Magnus tomó unos cuantos tragos de agua. No quería tomar el vino blanco de Izzy, ni mucho menos el jugo de limón con jengibre que tomaba Alec. Solo agua, como tomaba Clary.
El silencio era abismal en la mesa y el único que estaba nervioso parecía ser el bailarín. Miró su paquete de macarrones en el sofá. La verdad es que quería huir de ese lugar con toda urgencia.
- Contame Magnus - interrumpió al silencio Izzy.- ¿Qué planes tenes con mi hermano?
- Aparentemente. - Le respondió.- Según el. - Prosiguió.- Ninguno.
- Oh... Bueno, mi hermano es así de idiota. - Sonrió ampliamente y Clary rodó sus ojos mirando a Alec que parecía enfocado de mas con su plato de ensalada con pollo a la plancha.
- ¿Siempre fue así o fue culpa del ex? - Preguntó Magnus.
- Fue Jace.
- No lo nombres! - Dijo Clary pero su novia la ignoro.
- El imbécil le dejo unos tornillos sueltos. Debe ser por tanto golpe en la cabeza.
- Isabela. - Dijo Alec y le dio una mirada asesina pero esta solo soltó una carcajada.
- Ustedes son todos unas maricas. Magnus vení a la cocina vamos a traer el postre y te cuento un poco mas.
Este le hizo caso y se puso de pie, dejando la servilleta sobre la mesa perfectamente arreglado. Claro, está era rosa al igual que los vasos y cubiertos. Antes de irse miro a el chico del que iban a hablar pero este le ignoró.
- La cosa es así. - Dijo cuando ambos entraron en la cocina.
- ¿Te puedo hacer una pregunta? - La interrumpió.
- Claro.
- ¿Por qué todo es tan putamente rosa?
- Ah eso - Izzy soltó una carcajada muy contagiosa que hizo a Magnus reír.- Es que... A mi me gusta el negro, en general, todo es negro y azul en mi vida. Alec ama el azul. Cuando nos mudamos con Clary, no nos decidíamos, yo quería todo negro, azul y blanco.
- Es una buena elección! - Le apoyo a su idea el bailarín.
- Si pero.. Clary no. No quería eso ni sabía que quería así que un día que sabía que trabajaba hasta tarde, pinte toda la casa rosa y blanca y compre absolutamente todo lo que podía de color rosa.
- Dios mío... - Magnus soltó una carcajada.
- Cuando llegó casi me mata pero.. Lo amo. Ella ama el rosa. Ósea, no tanto pero lo que pasa es que...
- Magnus. - Alec interrumpió lo que hablaban.
- Hey, estábamos hablando! - Dijo Izzy.- Déjame conversar tranquila con mi cuñado.
- No, ya se burlaron suficiente.
- No nos estábamos burlan...
Pero no pudo terminar de decir la palabra porque Alec le sujetaba la mano y se lo estaba llevando a su habitación. Sin permisos, sin preguntar. Lo metió adentro y cerró la puerta.
- ¿Estas bien?
Alec se giró y se apoyó contra la puerta, mirándolo mientras con una mano giraba la traba. Magnus miró su mano y luego lo a él. Por una extraña razón sintió la mirada de Alexander algo intensa sobre el.