§ ¿Que se yo? ¿Vos sabes? Nadie sabe §

340 43 25
                                    

Un movimiento le despertó, uno muy sutil de alguien que se movía para levantarse. Con su mano sujetó el brazo de quien quería irse sin siquiera hablar. Este rió por lo bajo y se acercó a dejarle un beso en el cachete, pero enseguida se fue. Alec se removió en la cama y giro para el lado contrario de la ventana, el sol le molestaba.

El sol.

¿Había salido el sol?

Abrió sus ojos y miró hacia donde estaba el reloj de la mesa de luz, eran las 6:30am y mierda, en dos horas abría su local. Miro a todos lados y vio que Magnus le había secado su ropa y dejado todo sobre una silla.

Se levantó con torpeza y sintiendo el fresco de estar desnudo. Se calzó los boxers y cuando fue a estirar su pantalón, cayo el celular al piso. Lo tomo y miro por unos segundos. Miro por la ventana y luego escribió.

"Buen día mi amor, que lindo es saber que alguien ahí afuera te quiere sin importar nada y cuando menos lo esperas te llena de mimos y te da ese calorcito necesario para poder seguir. Que lindo que vos seas mi alguien. Perdón si te asusto mi declaración mientras dormía. Me gustaría haber podido elegir cuando decírtelo pero a mi mente y a mi corazón no les importa de tiempos, ellos quieren vivir este amor sin importar nada. Además, me hubiera gustado verte la cara..."

Apretó enviar y luego dejó el celular. Se sonrió a sí mismo ¿Quién hubiera dicho que el seria de los idiotas enamorados que siempre envidió y nunca entendió?

Mientras se ponía la remera noto que Magnus entró a la pieza con dos tazas de café. Tomo una y le regaló una sonrisa a medias ¿No iba a decirle nada?

- Buen día. - Dijo Alec.

- Buen día hermoso - Le dijo Magnus.

- ¿Dormiste bien?

- Si, por supuesto. Un poco duro porque cierta persona en el medio me abrazo fuerte.

- Ah, esta vez no hable, solo te apreté.

- Bueno algo es algo - Magnus soltó una risita.- Supongo que me irás sorprendiendo cada noche con algo nuevo.

- Para.. Me estas invitando a quedarme mas noches acá...

- Por supuesto. ¿Pensas no venir mas?

- No se, pensé que te molestaban mis habladurías y los aprietes.

- No me molestan para nada, podes venir cuando quieras. Me divertís.

- Eso soy... - Susurro tomando el último sorbo de café. Magnus lo miró con sus ojos entrecerrados y luego caminó hasta el.

- ¿Queres ser algo mas?

- Pensé que ya lo éramos... - Dijo Alec mirándolo algo ofendido.

- ¿Me preguntaste?

- ¿Por qué me torturas así? - Alec empezó a reír y Magnus también.

- ¿Me jodes? ¿Sabes lo que es vivir con alguien como vos? Déjame divertirme. - Magnus empezó a hacerle cosquillas, mejor dicho, pegarle piñas en los perfectos abdominales.- ¿Haces ejercicio?

- Tengo una rutina todas las mañanas... - Dijo algo "avergonzado"

- Agh... ¿Me la mostras? - Alec empezó a reír por el extraño pedido.- Sabías que novios que ejercitan juntos se mantienen juntos.

Alec se tiró al piso en sus boxers y lo mismo hizo Magnus, acomodándose junto a el. Puso sus piernas levantadas a 90 grados y empezó a moverse, trabajando los abdominales bajos y luego de un minuto cambió a oblicuos, uno de cada lado por otro minuto hasta que ambos quedaron sostenidos en el aire del mismo costado y se rieron.

Algo en la cabeza de Alec hizo un clic y enseguida se levantó.

- Está frío el piso. - Balbuceo agitado.

- Vestite, ponemos una manta...

- No. Tengo que irme a trabajar... - Tomo el pantalón y se lo calzó. Magnus se fregó el rostro y se puso de pie detrás de él abrazándolo por detrás.- Magnus...

- Estaba frió el piso, te estoy calentando... - Alec se puso la remera con el detrás y este se separó riendo cuando la tela lo apretó.- Mala onda!

Este se giró y le dejo un beso en la frente. Magnus no entendía nada a estas alturas era tan ciclotímico, rodó sus ojos y lo agarró suavemente del brazo empujándolo con sutileza contra el mueble.

Le acarició el pecho con sus manos y lo beso "románticamente"

Alec no se quejo, lo abrazo por la espalda baja y ahí quedaron por un largo rato. Disfrutando del sabor del café en la boca del otro. Acordándose donde estaban y quienes era. Magnus se separó, rozando ligeramente sus narices.

- Quédate conmigo...

- No me pidas cosas que no puedo hacer.

- ¿Como pedirte cosas sexuales?

- Si mal no recuerdo te pedí yo ayer y me rechazaste.

- No quiero que hagas cosas porque están ahí, se que no queres.

Las palabras de Magnus le causaron un dolor en el estómago, esa estúpida ansiedad por querer hacer las cosas bien. Se observaron, miraron, intentaron leer mutuamente.

- No quiero hablar de eso ahora..

- Yo tampoco - dijo Magnus haciendo muecas, Alec lo empujo sonriendo.

Tomo su campera y se la calzo, guardó sus cosas y sin dar mas vueltas se fue del departamento. Magnus se quedó mirando la puerta por unos segundos hasta notar que su celular tenía una luz, un mensaje. Lo tomo para leerlo, se lo acercó a leerlo de nuevo pero esta vez con una mano sobre su boca.

- Alexander! - Dijo mientras bajaba las escaleras detrás de él.

Este paro y lo espero a que bajara el piso que estaba mas arriba. Se quedaron mirando y Alec levantó sus hombros como no entendiendo porque corría detrás de él.

- ¿Te paso a buscar a las 20 y comemos acá?

- Dale, yo pongo el postre. - Le contestó.

El ex bailarín se acercó y le dejo un beso en la mejilla sonriendo. Se alejó de la misma manera que había bajado y entró rápido a su departamento queriendo gritar porque de la nada tenia una emoción muy grande.

× [ La casa de té ] ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora