§ Té con miel §

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{ No me hago cargo de nada de lo que sucede a continuación.}

× ♥ ×

Cuando Magnus abrió los ojos vio que Alec no estaba a su lado, estaba solo. Se acomodo para sentarse y se fregó los ojos, estaba en su ropa interior y se rió por eso. Sintió un rico perfume y sonrió más amplio. Desayuno en la cama.

Espero sentado mirando hacia la cocina hasta que lo vio venir, él también estaba en sus boxer y tenía un cuerpo para el infarto.

- ¿Qué me hiciste de rico?

- Hice mate pero.. Esto es para vos.

- ¿Para mi solo? - Magnus lo miró raro.- ¿Desayunaste solo?

- No, mi desayuno sos vos.

- Oh.. - Magnus se llevó las manos a la boca para que no viera que se estaba riendo.- Me estas gustando demasiado... Estas mal pero me encanta.

- Magnus ya jugamos mucho al cazador y a la presa ¿Por qué no lo hacemos real?

- Estoy completamente de acuerdo, si.

- ¿Te molesta si yo lo hago primero?

- No, para nada, no. - Magnus estaba en las nubes.

- Date vuelta...

Y Magnus lo hizo, se giró y ni bien lo hizo sintió como las manos de Alec le bajaban muy lentamente la única tela que le cubría el cuerpo.

Se subió a la cama y se posó entre sus piernas, abriéndoselas sutilmente. Sintió como se acercaba a él y le besaba la cola, con besos suaves y un par de veces mordiéndole.

- Alec.. - Le susurro

- ¿Sabes que me gusta para el desayuno? Un té con miel ¿Queres ser mi té con miel?

- Si.. Quiero. - Susurró Magnus con el corazón acelerado.

- Quédate quieto... - Le dijo mientras tiraba algo en su entrada, entre sus nalgas. Magnus empezó a oler y miro hacia atrás con una ceja levantada.

- ¿Me estas tirando... miel? - Dijo y Alec lo miro riendo.

- No hables y dejate disfrutar...

Y eso fue lo último que escucho, porque lo siguiente fue el sonido y sensación más extraña y maravillosa que había experimentado en su vida.

Alec le estaba lamiendo la miel de su entrada. De su puta entrada.

Lo succionaba y comía como si de verdad estuviera haciéndolo con comida y Magnus estaba a punto de morir. Se separó y volvió a echarle más miel, volviendo a hacer lo que hacía.

Recargo su comida a.k.a el ano de Magnus, unas cuatro veces mientras el pobre bailarín se removía del placer y gemía con lo que estaba comenzando a hacer.

Le jugaba con el cucharón específico de miel hecho de madera, penetrándolo con el mismo, asegurándose de dejar miel bien en su interior, una miel que iría a buscar con su lengua luego.

- Alec por favor.... - Le suplico pero Alec no lo estaba escuchando a el, estaba escuchando a su cuerpo, y su cuerpo estaba adorándolo.

Inserto su lengua y lo movió repetidas veces, comiéndolo como se merecía ser comido, como había deseado hacerlo desde que lo vio por primera vez.

Magnus intentó moverse pero Alec lo sostuvo y se separó, comenzando a penetrarlo nuevamente con el cucharón de madera. Pero esta vez solo se dedico a eso.

- Gira para mi por favor...

Y eso hizo Magnus. Okay definitivamente el tipo estaba loco o algo pero...

- La puta madre.. - Grito entre gemidos cuando Alec se introdujo su miembro en la boca y mientras se lo chupaba le movía el palillo en su interior.

¿Cuánto se puede durar así?

Acabo a los dos minutos porque si, estaba aguantando todo lo que podía. Quería que lo que estaba sucediendo sea eterno. Alec se quedó mirándolo mientras él lo miraba lamerle el pene para no quedarse sin nada de su semen. Un maldito enfermo.

- Me estoy enamorando. - Le dijo Magnus y Alec se rió divertido.

- Me gusta el sabor de tu cuerpo... - Le confesó.

- A mi me gustas vos.

- Magnus... No te enamores de mi. - Se acercó hasta su rostro y le lamió una lágrima que había salido de su lagrimal por el placer que habia sentido.

- Vos déjame sentir lo que se me cante a mi y vos no pares de ser vos.

El chico apuesto dueño de la casa de te lo observo por unos segundos y cuando sintió que la tensión era suficiente, le comió la boca como le había estado comiendo hacía media hora la cola.

× [ La casa de té ] ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora