§ Rosa pastel §

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- Tu casa es muy rosa y blanca y... Rosa. - Comentó Magnus mientras pasaba al departamento.

- Si lo se, y uno cree que las lesbianas son machos pero no. Son mujeres. - Dijo entrando como si fuera dueño del lugar.

- ¿No es tu casa? - Dijo algo menos cómodo de pasar.

- No. Pero tranquilo, mi hermana esta de viaje. Se fue a Mar del Plata por el fin de semana... - Miro unas botellas del minibar.- Lesbianas que saben tomar.

- Así que son todos gays en tu familia... - Comentó el supuesto bailarín entrando en confianza y apoyando la campera sobre el sofá.

- No, en realidad mi hermana es pansexual y yo bisexual. No me preguntes la diferencia.. Para mi es lo mismo pero ella me discute que no...

- Okay - Magnus empezó a reír aceptando el licor que de repente le pasaba.- Gracias.. Creo...

- La cosa es que no tengo donde vivir porque me pelee con mi ex y como el idiota no tiene donde caerse muerto le deje el departamento. - Miro al chico que lo miraba atento.

- ¿Por qué te peleaste? - Dijo interesado en el, algo que Alec aprecio.

- Se canso de mi, le aburrí.

- Que estupidez. - Alec empezó a reír con amargura.

- Todos se aburren al final...

- Me parece algo imposible aburrirse de vos, sos un chabon interesante.

- ¿Te parece? - Le pregunto acercándose a él luego de tomar con audacia su trago, dejando la copa a un costado.

- Si... - Magnus hizo lo mismo. ¿Iba a hacer un movimiento ahora?

- Deberías esperar. - Le peino el cabello causando una electricidad invisible pero notable entre ambos.- Siempre aburro a todos...

- No soy todos.

- Me doy cuenta.

Magnus se puso de pie, acercándose a Alec llevo una de sus manos a su rostro para acariciarlo y tocar su cuello suavemente.

- No parece... - le reclamó.

Alec respiró profundo ante sus palabras y sonrió como si su mente estuviera en otro lugar. Tal vez lo estaba... Él era así.

- ¿Te cocino algo? ¿Tenes hambre?

- Sí, claro... Podría comerme algo.

Magnus bajo su mano acariciando el brazo de Alec y tal vez él creía que Alec le entendía todas las indirectas que a su manera le expresaba, pero pese a ser una persona que hablaba de frente, normalmente el maestro del arte del té no lo hacía.

Magnus apretó sus labios y besó el aire cuando Alec volteo y se fue a la cocina a preparar algo para comer porque si, de verdad era especial.

× [ La casa de té ] ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora