§ Muffin de banana §

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Sintió el impulso de dominar, como muchas cosas que sentía en su vida. Tal vez en ese momento lo sentía así, tal vez en otro se sentiría diferente pero, en ese momento lo sintió así con el. Dominarlo y hacerlo suyo.


Magnus lo penetro mientras le besaba, atrapando sus jadeos con sus labios. Le dolía y no a la vez, disfruto de su falta de movimiento en su interior, de como espero a que su cuerpo lo aceptará llenándolo de besos antes de comenzar a moverse. No le molestó que lo hiciera para nada, era lo que había estado esperando todo ese tiempo.

Jadeo sin controlarse los primeros cinco minutos en los que su pareja se movía sobre y dentro de él, estaban transpirados y se tocaban el cuerpo con una terrible necesidad, como si ninguno de los dos hubiera experimentado lo que pasaba entre ellos con nadie.

No duraron ni diez minutos y acabaron nuevamente ambos, el bailarín en su interior mientras mordía su cuello y el experto en sabores clavando sus uñas en la espalda baja del contrario.

- Duras muy poco... - Susurro como queja.

- Es que estas muy putamente apretado y es una locura cogerte lento...- Susurro en su oído, causando cosquillas que hicieron que Alec acabara un poco mas si eso era siquiera posible.

- ¿Compramos viagra?

- ¿QUE? - Magnus se apoyó con sus codos en los costados de la cabeza de quien le ofrecía tal insultante oferta.- El problema no es que yo no aguante, es que es imposible aguantar con alguien tan apretado... Es una tortura.

- ¿Qué insinúas?

- Que la práctica va a hacer que duremos mas, pero por ahora... Hay que disfrutar así... - Magnus se acercó y le dejo besos en los labios, unos besos que se transformaron en pasionales y ruidosos. Despertando el impulso inicial de Alec.

La lengua de Alec penetró la boca de Magnus como si se la estuviera cogiendo. Apretó el agarre que tenía en la cintura de quien acaba de hacerlo suyo por primera vez y lo giro, dejándolo a la merced de sus manos y su boca.

La tortura se sintió eterna pero para cuando el cuarto dedo comenzó a actuar, Magnus sintió que era hora de otra cosa. Alec era un experto en estas cosas, claramente era lo único que hacía siempre, sexo oral y esto.

- Alec... - Logró escapar de su boca, se sentía tan abierto y sucio.- ¿Me vas a penetrar con el puño? - Susurro a lo que Alec sonrió en su oído.

- ¿Te gustaría? - Magnus se estremeció, sintiendo los dedos de Alec tan dentro de él que la idea le causó un mareo intenso y algo que nunca pensó sentir.- Tu cuerpo me dice que si...

- No.. No... - La boca de Magnus decía algo que su cuerpo no sentía. Su pene endureció como piedra cuando los nudillos de Alec rozaron la barrera de su entrada.- Alec por favor... - Susurro y se movió un poco mas, llevando su mano a donde estaba la de Alec, no la quito, solo la detuvo.

- Decime que pare y yo voy a parar. - Le susurro en los labios, mientras lo miraba a los ojos, esos ojos en los que se perdió y una boca que se abrió para dejar salir jadeos cuando la mano de Alec comenzó a moverse.

Magnus se imaginó a si mismo, con las piernas apenas elevadas y abiertas cuál flores, atrapadas en esa posición de alguien que estaba encima de él con su mano trabajándolo internamente, penetrándolo con velocidad y un hermoso sonido causado por el gel que él mismo había comprado, uno que causaba un efecto frío maravilloso.

Los nudillos no llegaban a pasar pero chocaban contra el primer aro y eso era peor tortura que ser directamente penetrado por ellos. Su mano no estaba en forma de puño pero sintió que era el mismo efecto. Siguió por una eternidad. Lo penetró sin dejar de mirarlo, disfrutando de cada jadeo que salía de su boca.

- Aaahhh... - Dejó pasar los nudillos y allí quedaron, comenzando a mover sus dedos en su interior. Magnus giró su cabeza a un costado, no imagino así su día definitivamente.

Alec quito la mano y la lleno de gel, el vació fue terrible pero él ni siquiera se movió, lo esperó y recibió como buen putito. Se dejó besar con necesidad, gimiendo, jadeando y gritando mientras Alec le hacía ver las estrellas con su puño en su interior.

No hizo falta mucho tiempo, solo dos minutos de ese roce y esa abertura épica y acabó con fuerza contra el pecho de Alec, este saco su mano antes de lastimarlo por la comprensión y sonrió divertido.

- Sos un degenerado... - Dijo Magnus sintiendo todo su cuerpo temblar por el placer que acaba de recibir. Con un movimiento suave, Alec giro a Magnus y lo dejo boca abajo. Le masajeo la espalda relajando su cuerpo, algo que el bailarín agradeció épicamente.

- Si te digo cómo se te ve la cola hasta a vos se te pondría dura como la tengo yo.

- Podes cogerme si queres... - Susurro a lo que Alec susurró a su oído.

- Lo se, es la idea.. - Y lo que sintió luego de eso fue que estaba siendo penetrado por un pene muy largo y grueso. Uno que adoro succionar y que ahora estaba en su interior.

- Quédate así eternamente... - Susurró Magnus. Sintiendo como este se movía lento y profundo en el. Ya no le importaba nada, solo la persona que lo abrazaba por detrás con su calor y sus caricias y lo hacía suyo.- La mejor cogida de toda mi vida..

- Gracias por aceptar mi degeneradez... - Le susurro Alec mientras se lo cogia fuerte y profundo, con una precisión torturadora.

- Cuando quieras... - Susurro con su rostro reposando sobre el colchón mientras con sus piernas desparramadas recibía la recompensa mas bella de todas, una que había estado esperando desde que aceptó ese estúpido tratamiento de tés medicinales.

Que se lo coja asi.









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