Alec separó las hierbas finas con sus dedos tibios, dejando el gramaje justo en cada uno de los tachitos. Tenia té negro en uno, pétalos de rosas en otro, fresas secas y por último, pequeños corazoncitos de azúcar y chips de chocolate.
Era la mezcla preferida de los amantes, pero ¿Que sabía el?
Su mundo se había venido abajo con todas estas cosas que estaba sintiendo. Toda su vida creyó que no le importaba el sexo, que nunca lo haría ni mucho menos que querría hacerlo. El no era así.
Pero con Magnus, las cosas eran distintas.
Tenía muchas dudas sobre todo pero más sobre la vida que había elegido. Empezó a pensar en sus ex, en la gente que lo dejo por ese motivo...
Clary le había mencionado algo sobre la demisexualidad, una rama de la asexualidad donde solo se tenia relaciones con las personas que se sentía un apego emocional.
Pero eso le hacía sentir peor.... ¿Estaba enamorado de ese idiota?
Formó con sus dedos los moños de los frascos donde guardaba su mágico té de amantes y noto que se sonrojaba pensando en la idea de estar enamorado.
Una pregunta en su mente le dio una repentina paz ¿Y por qué no? ¿Que tenía de malo enamorarse? Magnus era un chico apuesto y divertido que le aguantaba sus locuras.
- ¿Y si el no esta enamorado de mi? - Se pregunto en voz alta a lo que su hermana le miro. Porque claro estaba ahí sacando unas cuentas sobre el negocio.
- Vas a tener que arriesgarte. - Le contesto y el sonrió divertido.
- Bueno, si te pones a pensar ¿Por que no lo estaría?
- No me imagino una razón... - le dijo riéndose de sus palabras.