§ Rosa mosqueta §

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Cuando entraron a la casa de Magnus, Alec sintió que estaba en un territorio del cual el no sabia nada ¿Como era? ¿Le molestaba que tocaran sus cosas?

- Sentite comodo. Voy a poner agua y tomamos algo ¿Queres?

- Si dale... - Le contesto y se sentó en una de las sillas del comedor, no tenía sofa, ni sillon ni nada. Espero a que volviera para preguntarle.- ¿Que tenes en contra de la comodidad?

- No tengo tiempo para esas cosas, nunca estoy en casa... - Le respondió achicando sus hombros.- Pero tengo una muy buena cama! - Dijo feliz.

- Eso es lo que importa! - Magnus se rio pero pensó que Alec lo decía por lo sexual como el pero...no. - Ya sabes cuando se es bailarín lo más importante es dormir, ¿Dormis al menos seis horas diarias? Hay una línea de colchones que dicen ser para deportistas. Si yo hiciera deportes, cosa que no hago, seguramente me compraría esa.

- Alexander. Sacate la ropa.

- ¿Nada de previas? - Pregunto honestamente.

- No. Al menos que quieras que yo te la saque... No se.

Alec apretó sus labios sintiendo algo en su pecho, algo que no le pasaba con nadie. Sentía emociones, sentía ganas de que cosas pasen. Miro al piso y allí dejo su mirada enfocada mientras se dejaba sentir los nervios y ganas en su cuerpo y mente.

- Quisiera saber que estás pensando... - dijo Magnus acercándose, llevando sus manos a su cinturón, quitandolo con un ágil movimiento.

- Pienso que hace mucho que... - Miró a Magnus, su rostro era tan putamente precioso. Sus ojos, su naricita, sus labios... - Hace mucho que no te la chupo.

- ¿Queres?

- Si, me gustaría.

- A mi tambien me gustaria... - Magnus sonrió pero Alec no, se acercó y lo beso, llevando sus manos a hacer lo mismo que hacían las manos del bailarín, desvestirlo.

×

Magnus movió su pelvis repetidas veces mientras el mismo movía su boca sobre el miembro de Alec. Era una pose que nunca había intentado y se sentía tan bien que comenzó a dudar de que había estado haciendo su vida entera.

Alec cerró sus ojos, dejándose coger la boca mientras otra boca a su vez era cogida por el. Que magnifica situación, pensó para sí, con ambas manos apretando la cola de Magnus.

Magnus estaba haciéndolo tan bien.

Alec sujeto su cola con fuerza cuando sintió que estaba a punto de acabar, no quería perderse ni una gota de su semen y asi fue. Sin quererlo cuando Magnus acabo en su garganta, llevo su mano a la cabeza de este y levantó su pelvis para hacer lo mismo con el. 

La sensación fue magnífica y sintió acabar de la misma forma que le acababan a el. Con fuerza y deseo, lengua y dientes que torturaban al pene sensible.

Cuando Magnus se movió, sintió un gran vacío y se dio cuenta que adoraba el sabor de el en su boca. Se relamió los labios y rió divertido al ver como su pene estaba todo babeado.

- ¿Te gusto?

- Si, me encanto cogerte la boca - Dijo Magnus girando para ponerse encima de él.- Y me va a encantar cogerte ahora.

- A mi me va a encantar que me cojas.

¿Acababa de decir eso en voz alta? Oh si.... Asexual.

- ¿Queres que tomemos el té mientras esperamos que nuestros amiguitos se vuelvan a activar?

- Si, claro.

Un beso suave en los labios y para él ya estaba completamente activado pero, claro, para una persona que no tenía mucha vida sexual, cualquier cosa lo activaria.

Tomaron de las tazas en silencio.

¿Cinco minutos? Si, eso y ya estaban besándose de nuevo.

× [ La casa de té ] ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora