§ Té de los enamorados §

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- ¿Alec? - Preguntó Magnus sin obtener respuesta.- ¿A qué se debe toda esta cosa solemne? Siento que estas enojado o algo... ¿Es por lo que te dije lo de pasivo o por el drama ese de las mierdas nuestras de cada día?

- No es por nada de eso... - El profesional del té estaba armando una cajita un té especial, tenía hebras de té negro y corazoncitos y algo mas.

- ¿Entonces qué es? - Estaba empezando a impacientarse y apretó sus puños sobre sus rodillas.- ¿Me hablas?

- Hice un té en tu honor. - Magnus se quedó seco por la inesperada noticia.- Le puse el te de los enamorados, y solo se lo voy a servir a las parejas que de verdad parezcan enamoradas, y si veo que tienen problemas, me voy a sentar con ellos y voy a ayudarlos a que lo solucionen. Voy a hacer como de psicólogo de parejas o terapia de parejas, lo que sea que ayude... - Levantó la mirada ante un Magnus que estaba a punto de reírse.- Voy a poner eso en la carta no estoy jodiendo.

- Nonono, no creo que lo hagas, estoy seguro que lo vas a hacer literal. Pero... Mi pregunta seria ¿Por que en mi honor?

- ¿Hace falta que te lo diga o lo entendes solo?

- Me gustaría que me lo dijeras - Magnus sonrió como un nene.

- Soy asexual.

- ¿Que? - La cara de Magnus se descajeto.

- Es cuando no sentís atracción...

- Sisisi, se lo que es... Pero.. No.. No lo sentí de esa forma la otra vez. - Magnus se acercó a la mesa para mirar a un Alec que esquivaba su mirada.- ¿Me estabas mintiendo?

- No.. No lo hacía, me pasan cosas.

- ¿Y entonces? No entiendo nada... - Magnus se dejó caer sobre la silla de nuevo. Observando como Alec le dejaba una taza frente a él.- Alec no estoy de humor para tomarme un té en estos momentos.

- Es importante para mi que lo tomes..

El rostro de Alec tenía algo distinto a antes y el bailarín lo pudo sentir, se acercó de nuevo a la mesa y miró al joven delante de él, con sus ojos esperanzados. Probó la infusión e hizo un sonido de aprobación.

- Quiero estar con vos. - Dijo un Alec que lo miraba con algo de tristeza.- Pero necesito saber que si no quiero o me arrepiento, no te vas a ir como todos los demás. Porque de verdad me gustas y no te quiero perder.

- Alec... - Magnus estiró su brazo para tomar la mano de Alec con la suya.- Estoy seguro que esas personas son unos idiotas que no entienden nada. A mi también me gustas y mucho. No me voy a ir.

- Gracias.. - Le respondió tomando su mano.

- Bueno y... ¿Cuando cogemos? - dijo casualmente Magnus.

- Cuando quieras ¿Como hacemos? ¿Tu casa?

- Si. Vamos a mi casa y ahí nos enfiestamos...

- Okay.. - Alec lo miró raro pero luego comenzó a reír.  

- ¿Vamos? - la risa se le corto.

- ¿Ahora?

- Si Alexander, ahora.

- Entonces el té es super efectivo.

- ¿Me estas drogando?

- Nop... - Dijo con cara de inocente.

Claramente el afrodisíaco que le había puesto subía los calores y hacia que las cosas se solucionaran mas biologicamente hablando que mentalmente. Ambos se pusieron de pie a la vez, si claro. Mas que el té, eran los dos que estaban mas calientes que el sol.

× [ La casa de té ] ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora