Mientras Alec dormitaba a su lado miles de cosas le empezaron a pasar por la cabeza a un Magnus que aun podía sentir en su interior pequeñas descargas de dolor y placer. Todo lo que habían venido hablando antes y lo que había sucedido. Muchas cosas para él tenían sentido ahora.
Asexual.
Su ex.
Su perversión.
El asunto de los te.
Miles de cosas cerraban como carpetazos y portazos en su mente. Como si hubiera solucionado un caso que nadie se tomó el tiempo de mirar. Alec era un pervertido encubierto con todas las letras pero, eso no lo hacía un depravado sexual, claramente no disfrutaba del sexo para el, pero si para los demás.
Le acaricio su cabello haciendo que se removiera en su lugar apenas, siguiendo con los suaves ronquidos enseguida.
Magnus giro y se puso boca arriba sintiendo como su cadera sonaba por eso, definitivamente su cuerpo no estaba listo para esas cosas. Tenía que hablarlo con él, tenía que dejar en claro cómo serían las cosas de ahora en mas. Los límites, los gustos... Esas cosas se tenían que hablar... Lo de la noche anterior había sido un... Placentero error.
Cerró sus ojos y sonrío. Nunca había experimentado eso. Por eso tenía miedo... Le iba a decir todo que si a Alec y eso no estaba bien... Por mas bueno que sea... Por mas delicioso que haya sido...
Alec se despabiló por unos segundos y se volteo a abrazarlo, acostándose sobre su pecho.
Bueno.
Así no se puede pensar.
Abrazo a su pervertido personal dejando un beso en su frente.
- Magnus... - Balbuceo y este apretó sus labios para no reír por la burbujita que se había hecho en sus labios, algo normal al parecer, cuantas veces lo había pescado en el local durmiendo o soñando despierto con anda a saber que.- Te amo tanto...
Los ojos de Magnus quedaron abiertos y su sonrisa se borró.
Definitivamente. Iban. A. Tener. Que. Hablar.
Seriamente.
Por horas.
- Necesito un té de tilo. - Susurro para su sorpresa.