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— ¡HASTA CUANDO ANIA! —, la voz de mi padre resonaba por el teléfono y hacía que mi cabeza doliera como los mil demonios. No tiene consideración por su pobre hija con resaca — No puedo permitir que sigas siendo la misma que eras en Londres aún estando ¡EN UN MALDITO INTERNADO!   

La directora había llamado a mis padres después de encontrarnos a las tres durmiendo en el piso con las botellas rodeándonos.

Los padres de Alexa simplemente le dijeron que no volviera a hacerlo. Los de Mane, como siempre, ignoraron la llamada diciendo que tenían una reunión. Pero mi padre, era el ser más estricto y latoso que hay, no entiende que su hija si quiere vivir y no postrarse en una silla a hacer dinero que no va a disfrutar porque tiene que tener el culo pegado a esa maldita silla todo el día, todos los días y en caso de que lo despegue, es para mudarme a otro país y pegarlo en otra silla.

¡Al carajo él y su maldita compañía y su honor!

— Iré a verte este fin de semana —, sí claro. Siempre dice eso y nunca viene — Espero que pienses sobre tu comportamiento. Te amo, hija.

Tranca la llamada y le devuelvo el teléfono a la directora quien me veía retante.

— Viene el fin de semana —, sonríe y quiero golpearla.

— Eso alegra mi día —, levanto una ceja y la miro fijamente. Me levanto, coloco mis manos en el escritorio y me acerco a ella.

— A mí no, tendríamos solo dos días para empezar lo que terminamos direc —, le guiño un ojo y ella me ve aterrada. Como cambiar la jugada en tres segundos — No se haga la santa, le va a gustar. Digamos que... —, sonrío de lado y luego muerdo mi labio — Puedo hacer venir a hombres y mujeres —, río por lo bajo y me levanto, su cara es de total pánico y eso me llena de euforia — ¡Nos vemos!

Salgo de la maldita dirección y me dirijo al patio frente al gran muro que divide los dos internados con una sonrisa inborrable.

Diviso a mis dos amigas y me siento con ellas.

— Déjame adivinar, viene el fin de semana —, ruedo los ojos y asiento hacia Mane.

— Solo nos queda jueves y viernes entonces para pensar que hacer el sábado —, me río porque todas tenemos muy claro que mi padre no vendrá.

— Nuestra habitación esta invadida todos los días por la directora, así que supongo que nosotras tendremos que invadir otra —, Alexa da pequeños aplausos y Mane sonríe.

Mi teléfono vibra y lo saco de mi bolsillo. Una videollamada de Jungkook.

Atiendo y me coloco en el medio de mis amigas para que las tres nos veamos en la pantalla.

— Me encanta esa vista, ¿Cómo están mis tres reinas? —, Jungkook estaba saliendo de la ducha dándonos una hermosa imagen de sus grandes hombros.

— No mejor que tú —, las chicas ríen y empiezan a silvar y empieza a alabarlo.

— Cuando quieran estoy a la orden —, baja la cámara hacia su abdome dejando ver hasta la toalla amarrada muy baja en su cadera.

Su cuerpo todo tonificado parecía haber sido hecho con la mayor delicadeza y dedicación posible. Pero era nuestro mejor amigo, así que no pasaría nada. O eso dije antes de beber como una loca y terminar con él encima y su miembro dentro de mí.

— Te dije que no se repetiría al menos de que alguna de estas dos quiera estar contigo.

— Yo estoy soltera, cuando quieras —, Mane es la primera en hablar.

WRONG © | SUGA - BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora