WRONG © | SUGA - BTS.

▪ 22 ▪

— Entre V y yo no hay nada —, miro mal a Alexa y ella me ve sonriente.

— Podrás mentirle a tu madre que sigues siendo virgen y a tu padre de que no gastas más de un millón de euros en ropa, pero a mí —, me señalo exageradamente — Tu mejor amiga de toda la vida y que ha estado hasta en tus momentos más íntimos, no puedes engañarla.

— Pues, es complicado —, empieza a jugar con el borde de su pequeña falda.

— ¿Solo sexo? —, niega. Esto huele mal.

— No exactamente, o sí pero... —, se tapa su rostro y suspira.

Esto definitivamente olía demasiado mal. Ella no se comporta de esas maneras.

Si hay algo que sé, es que esa mente inquieta estaba maquinando algo y si no era estar con V por solo sexo era... "No puede ser".

— ¿TE GUSTA V? —, no pude evitar soltar un grito cuando mi mente por fin dio en el clavo.

— Y-Yo...

La puerta sonó y nos miramos intrigadas, me levanto y abro para encontrarme con la perfecta figura de Jimin. ¿Pero cómo?.

— Hola linda —, deja un beso en mi mejilla y entra a la habitación para repetir la acción con Alexa — ¿Dónde está su hermosa amiga?

No podía salir de mi trance, ¿cómo es que el pelinaranja está aquí? ¿Suga vendrá?.

— E-Esta en la practi... e-esta practicando fútbol, ¿cómo es que tú estás aquí? —, el ríe al notar mi nerviosismo y mis manos empiezan a temblar.

— Ania, se ve que no nos conoces del todo —, se acerca y me abraza y yo no me puedo mover de mi sitio. — ¿Dónde está practicando?.

Me separo de él y acomodo mi cabello mientras respiro profundamente.

— Al final del internado, es de las canchas que han abandonado —, él asiente y acomoda su reluciente saco del uniforme.

Empieza a caminar para salir de la habitación.

— ¿Y Suga? —, frena de golpe por mi pregunta.

Se voltea lentamente y me mira. Hay algo en su mirada pero no sé que es, lo que sé, es que no parece ser nada bueno.

— Hablan por mensajes, ¿cierto? —, asiento y él coloca sus labios en una línea recta.

— Deberías preguntarle donde está —, lo miro sin entender. — Ania, ni siquiera nosotros sabemos donde está.

Mi sorpresa fue tanta que sentí perder el equilibrio por un momento.

— ¿C-Cómo...? ¿Hace cuanto?

— Desde que le entregaron los móviles.

No entendía, se supone que él estaba en el otro internado intentando buscar la manera de que nos viéramos.

Me levanto lo más rápido que puedo y busco el móvil, lo llamo y no me contesta, no hay respuesta, solo la maldita voz del buzón de mensajes.

Una sensación se apodera de mi cuerpo y por más que intenté calmarla no puedo.

— No puede ser —, digo en un hilo de voz.

— Ania... —,quito rápidamente la mano de Alexa y agarro a Jimin por su perfectamente planchada camisa.

— ¿Cómo puedo entrar al internado de hombres? —, digo entre dientes a sólo centímetros de su perfecto rostro el cual golpearia con todas mis fuerzas si no llega a decirme donde está.