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Londres - Inglaterra  

Dos meses después...

— ¿Quieres otro trago? —, asiento y cuando me lo entrega lo bebo lo más rápido que puedo.

Estira sus brazos y me lleva a la pista donde empiezo a mover mis caderas al ritmo de la música, restregando mi trasero en su miembro que me pedía a gritos.

La música se ponía cada vez más lenta y yo sólo me dejaba llevar y disfrutaba de esa sensación única que te da el alcohol cuando se encuentra actuando en el cuerpo.

Mi manera de olvidar siempre fue ésta, intenté ser una mejor persona, organizar mi vida, decidirme a estar sólo con un hombre, ¿pero para qué?, de nada valió el esfuerzo.

— Ania —, su voz agitada invade mi oído y un escalofrío recorre mi espalda — Vámonos de aquí.

Su voz ronca me ponía la piel de gallina y mis sentidos se alteraban aún más rápido con todo el alcohol que ya había consumido.

Me toma de la mano y me hala para sacarme del local y llevarme al estacionamiento donde está su auto.

Él me llevaba casi a rastras y yo iba sonriendo por alguna razón que no entendía. Simplemente, estaba feliz.

Nos adentramos en su auto y yo empiezo a hacer el ritmo de la canción que estábamos bailando al mismo tiempo que muevo mis caderas.

Él se me acerca para besarme y lo freno colocando un dedo en sus labios, sonriendo frente a su rostro.

— Nada en el auto, espera a que lleguemos —, él lame mi dedo lentamente y sé exactamente lo que quiero que haga con esa lengua, pero no será en el auto.

Mi respiración se profundiza pero me contengo y le señalo que empiece a conducir.

Yo enciendo la radio y sigo bailando a medida que él va manejando.

En una canción lenta, me muevo extremadamente sexy y él frena en un semáforo. Me mira mientras yo me dejo llevar por la música.

Tomo la parte superior de mi vestido strapple y lo bajo dejando ver mis pechos.

Él suelta un jadeo y yo empiezo a tocar mis pechos y halar mis pezones.

— Eres una maldita tentación —, lo veo acariciar su miembro por encima del pantalón y muerdo mi labio al mismo tiempo que sonrío la ver lo que logro en él.

— Debes acelerar, cariño —, él vuelve su mirada al semáforo él cual ahora resalta una luz verde.

La velocidad a la que va es ilegal, pero sé que está ansioso de llegar al apartamento y hacerme todo tipo de cochinadas que pasen por su mente.

Yo sigo masajeando mis pechos hasta que me aburro y quiero más.

— Necesito tu ayuda —, frunce el ceño aún con la vista en el camino — saca tu lengua.

Hace lo que le pido y paso mi mano por ésta para ahora llevarla a mi feminidad.

— ¡Ahhh! ¡Ohhh, sí! —, empiezo a gemir y él suelta un jadeo al no poder concentrarse en el camino por querer ver lo que estaba haciendo.

— Ania, me estás torturando —, dice entre dientes.

— ¿Por qué? ¿Acaso quieres que sea tu lengua en vez de mi mano? —, hablo entre gemidos mientras mi mano sigue su trabajo la otra aprieta masajea mis pechos — ¿O quieres que sea tu miembro él que me recorra y me haga gritar?

Muerde su labio y puedo ver su frente brillar gracias al sudor. Sus nudillos se veían blancos mientras apretaba el volante y su respiración agitada se escucha en todo el auto.

WRONG © | SUGA - BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora