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POV Suga  

— Min... —, podía escuchar una voz a lo lejos llamándome, pero no me movía, no quería hacerlo, así estaba bien — ¡Min! ¡Levántate!

Un golpe en mi cama resonó y me volteo para encontrarme nada más y nada menos que con mi ex-suegro.

— ¿Cuánto vas a durar así? —, van dos meses, puedo seguir así sin problema.

Vuelvo a voltearme dándole la espalda y él quita la frazada sobre mí y me volteo molesto para verlo echando chispas por los ojos.

— Levántate, ahora —, ruedo mis ojos y me siento en la cama viendo un punto fijo en la alfombra negra de mi cuarto.

— ¿Qué haces aquí? — Mi garganta arde y mi voz sale mucho más gruesa y ronca. Lo miro con un ojo abierto y el otro cerrado por la luz cegadora que él se había encargado que entrara en la habitación al subir las persianas.

Él se sienta a mi lado y da unas palmadas en mi espalda.

— Por dos cosas —, no lo miro y él sigue hablando aún sabiendo que no puedo ni levantarme sin que me regañen o por emergencias fisiológicas, de resto, mi cama era mi mejor refugio — Te entrené por un año para que fueras mi mano derecha, para que guiaras mi empresa conmigo y fueras la persona que quería para... Ella.

Maldita, Ania. ¿No era más fácil haber discutido por los mensajes en vez de abandonarme?.

— Y lo otro —, digo intentando que mi voz no se corte.

— Sé que aún te importa y por eso vine a traerte ésto, tú tienes la decisión —, saca de su saco una tarjeta y al verla, es una de la empresa, lo veo confundido y el rueda los ojos — Volteala.

Lo hago y veo una dirección anotada con pluma y al final un "Londres" con un círculo a su alrededor.

Lo miro sin entender y él sonríe de lado viéndome obvio.

— Min, conozco a mi hija y no hay lugar en el mundo que ame más que Londres. Sus desastres, rebeldía y mal comportamiento se iniciaron en Londres, conoció a sus mejores amigas en Londres y fue dónde nació. Después de dos largos meses buscando, la encontré —, da dos toquecitos en la tarjeta — Tú sólo dime cuando y vamos a buscarla. Sí y sólo sí te sientes seguro.

La encontró, sabe dónde está.

No puedo moverme, respiro de a poco y no sé como reaccionar a ésto.

¿Quiero buscarla? ¿Recuperarla? Quizás. Pero no estoy listo.

Lo miro y esa sonrisa paternal me hace sentirme seguro pero a la vez no. Richard ha sido más que mi maestro, un padre y no quiero decepcionarlo.

— ¿Puedo pensarlo? — Asiente y da dos palmadas más en mi espalda.

— Estaré esperando tu respuesta, Yoongi — Se levanta y acomoda el saco de su traje — Me iré a la oficina y enviaré a alguien a limpiar este cochinero.

Dice mientras ríe al ver el estado de mi habitación y seguro después de ver el del salón.

— Richard —, lo llamo por su nombre y voltea, digamos que ya hay la suficiente confianza entre él y yo para llamarlo por su nombre — ¿Cómo entraste?.

Él ríe y me lanza otra de esas miradas que sólo los padres pueden dar.

— Ania —, mete su mano en su bolsillo del pantalón y saca las llaves que hace un tiempo le había dado a la menor de sus hijas.

Las vuelve a meter en su bolsillo y sale tarareando una canción.

Me quedo sentado por unos momentos viendo la tarjeta en mis manos.

WRONG © | SUGA - BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora