— Suéltame imbécil —, saco mis manos de las suyas y lo veo mal. No puedo creer que se haya atrevido a venir.
— ¿Así me vas a tratar después de tanto tiempo, Ani? —, me sonríe y solo quiero patear sus bolas hasta que pida clemencia.
— No me digas así, lárgate de aquí. ¿Quién te dejó entrar? —, se acerca a mí casi rozando nuestros labios.
— Te recuerdo Ania, que paso como tu familiar —, maldije internamente al recordar que mi padre lo había puesto en la lista de familiares, lo odio.
— Adiós, Jaden. Tengo cosas más importantes por hacer —, cuando iba a dar media vuelta, me toma del brazo dejándome frente a él.
Si no fuera porque lo odio pudiera decir que es un tipo apuesto. Su cabello castaño hacia atrás, ojos verdes, labios rosados y porte de empresario perfecto. Pero sólo es un imbécil con cuentas millonarias y dinero no es algo que me falte.
Toma mi mano izquierda y la sube a la altura de sus ojos logrando que ira se apodere de su mirada.
— ¿Dónde está? —, me mira molesto y habla entre dientes.
— Donde nadie pueda verlo —, sonrío y él levanta una ceja y de un movimiento me deja contra la pared tomando mis muñecas pegándolas en esta.
— Te recuerdo que tenemos un trato, Ania Green —, su respiración se une con la mía provocando náuseas en mí. Forcejeo para que me suelte pero es inútil.
— Sabes lo que me importa tu trato —, sonrío falsamente y él se aleja de mí.
— Igual ya esta hecho Ania, quieras o no —, se acerca a mí para darme un beso en los labios pero me ruedo.
— Lárgate.
— ¿Me vas a hablar así? ¿De verdad? —, me habla tierno y baja sus labios a mi cuello para dejar un beso casto en este.
— Me das asco —, me mira fijamente y yo le mantengo la mirada.
Ríe por lo bajo y empieza a caminar hacia la salida del gigante pasillo y yo boto todo el aire de mis pulmones mientras maldigo a mis padres por toda la mierda que he pasado por culpa de ellos y su maldita empresa.
Me volteo y pego mi frente de la pared. Odiaba estar en estas situaciones, odiaba a mi padre por esto y me odiaba a mí cuando con tantas cosas podía salirme con la mía y esta vez no podía.
Unas manos en mi cadera me aprietan suavemente, cuando me iba a voltear ejercieron solo un poco de fuerza para que no lo hiciera.
— ¿Quién era ese? —, susurra en mi oído y aprieto mis ojos para respirar profundo al oír su voz — ¿Estás bien?
Asiento ya que de mi garganta no podía salir palabra, su presencia me hacía colapsar.
Sus manos aprietan mi cadera y suelto un gemido, se pega más a mi cuerpo y sentir su miembro chocando contra mis glúteos me estaba enloqueciendo, pero no podía perder.
— Mira como me tienes sin siquiera hablarme —, una mano pasa por debajo de mi vestido y me dejo, su toque me hacía relajarme mucho más que un cigarro y eso era lo que más necesitaba en este momento.
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WRONG © | SUGA - BTS.
Hayran KurguPorque es típico que los hijos de millonarios sean mimados, malcriados y crean tener el mundo a sus pies. Los castigan mandándolos a internados y centros de ayuda cuando se les pasa algo por alto: Son hijos de jefes. Saben liderar y salirse con la...