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Salí del baño directo a vestirme y todavía Alexa y Mane estaban dormidas, no las culpo, era mucho más temprano a la hora que siempre despertábamos.

Como hoy no habría clases por la junta de profesores, decidí vestirme con solo un jogger negro y un sueter crop del mismo color.

Peine mi cabello y me senté para escribirle a los que me ayudaban a meter cosas al internado que necesitaba con urgencia un nuevo móvil.

El día estaba nublado y moría de ganas por ir al gimnasio, pero seguramente estaría cerrado.

Alexa es la primera en levantarse corriendo y tomar su móvil que estaba en su escritorio y sale de la habitación.

La miro raro y segundos después entra con su mano en el pecho y nivelando su respiración.

— ¿Todo bien? —, asiente.   

— Un pequeño desliz —, se dirige al baño y se encierra.

— Que loca —, me encojo de hombros.

Enseguida recibo un mensaje de que en menos de media hora tendría mi nuevo móvil en mis manos.

Busco el reproductor de música, saco los audífonos de mi gaveta y los desenredo para conectarlos.

Dejo que la música me lleve a otro mundo y paso varias canciones así con mis ojos cerrados y entregándome a una relajación inigualable.

— ¡ANIA!

— ¡AAAAHHH! —, me levanto de golpe al escuchar el fuerte grito en mi oído y veo a las chicas ya bañadas y cambiadas. ¿Tanto tiempo estuve en mi mundo?

— Tenemos más de cinco minutos llamándote.

— Hay formas más sutiles de hacerlo, estúpidas.

— Vamos a desayunar, muero de hambre —, asiento y acomodo mi cabello en ondas y colocándome un maquillaje sencillo al igual que ellas quienes vestían igual que yo pero Alexa en blanco y Mane en vinotinto.

Salimos de la habitación y en el camino me iban contando aún sobre la fiesta del sábado.

No hubiese querido perdermela, pero me gusto más mi sábado en la noche.

— ¡Que hayan pancakes, por favor! —, dice Mane cuando entramos al comedor.

— No entiendo como tiene ese cuerpo si come como vaca —, me río a carcajadas por el comentario de Alexa y Mane la mira presumida.

— Envidiame —, dice Mane mientras cada una toma un plato y pasamos a la sección de frutas 

— Se mantiene gracias a las cogidas extremas que le da Jimin —, Alexa ríe y Mane me lanza una uva.

— Tú no hables mucho, el sábado tuvo que haber sido salvaje —, intento no sonrojarme pero es imposible.

Las dos hacen un sonido de ternura y las miro mal a pesar de que intento contener una sonrisa. No les contaría que no fue salvaje, sino al contrario, fue más que tierno.

— No paso nada, solo dormimos. Como se pudieron dar cuenta, Suga estaba totalmente vestido y yo con pijama —, ellas asienten pero al mismo tiempo me miran y se que les preocupa todo esto.

— Ania, solo cuando sientas que ya...

— Pondré freno, no te preocupes —, le digo a Alexa.

Terminamos de llenar nuestras bandejas y nos sentamos en nuestra mesa de siempre, en el centro del comedor.

Empezamos a comer mientras hablábamos de todo un poco: Mane nos contó de su encuentro con Jimin, Alexa de los mejores momentos de la fiesta y yo de lo ocurrido con Jungkook en el salón de música del otro internado.

WRONG © | SUGA - BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora