Carta a una desconocida.

185 17 9
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Pasaron años desde aquel momento en el que me mirabas con sonrisas furtivas, y regalabas brazos cálidos, cuando rodaba una lágrima por mis ojos. Cuánto tiempo pasó, del instante en el que mis pasos te emocionaban; celebrabas cada uno de ellos.

En qué momento fue que cambiaste un te quiero por un cuánto hay...


ººº

Dama sin previo aviso, embustera de dulces sueños. Florero de adornos abstractos. Besos alquilados y mirada perdida... Te perdiste gran parte de mi vida sin darte cuenta. Pero sí hacías cuentas con los dedos para el cobro de fin de mes, y los regalos que pronto te llegarían de no sé donde.

¿Cuándo fue ese segundo, en que lo importante desapareció, en las horas que invertías en espejos para verte mejor? ¿Cuándo fue que mi amor no era suficiente y suplantaste mi lugar por cualquier hombre que obrara ante tu malicia?

¿Qué has hecho para cuestionar mi valor? ¿Qué has elegido para cuestionar mi posición?

Hoy, después de tanto, qué es lo que querés, no lo tengo en claro. Te alejaste muchos kilómetros como para adivinarlo.

Te convertirse en una pieza rota de tantos rotos sin descosidos, de sueros de amor perdido. De creer en disfraces, utilizados durante esta línea sin retorno...

Me defraudaste, te fuiste... Me abandonaste.

Y no cualquier abandono, niña de ojos vacíos; el abandono donde uno se pregunta para qué vino a la vida, para qué siente y si hay motivo para seguir. El abandono que te tira a la cama, aplasta el alma y no deja conciliar el sueño.

Ése... que deja un vacío tan intenso, que nada lo llena, que cada sonrisa de aquellos que observo, me de envidia, convenciéndome de que todo eso también es mentira, que lo único que existe es este pesar de no ser suficiente. De sentirme aislada del mundo. De que mi cuerpo es tan pequeño que ni se percibe.

Las lágrimas corren todas las noches, cual carrera donde luchas por tu vida, porque un ladrón te persigue a punta de pistola, y sólo corres y corres y corres, pero no te mueves del lugar y sientes la punta fría, en la sien constantemente.

Nada que hacer, señora... usted es una desconocida para mí.

La persona que me enseñó, que la calidez es el medio para un fin. Que las palabras se utilizan para manipular y embaucar. Que el amor y el sexo, son dos cosas separadas. Que el futuro no existe. Que el presente es una mierda y que el pasado, es el ladrón de sueños.

Que te apaga la mirada... Que no vales nada... Que un abrazo es sinónimo de un favor.

Sos una desconocida para mí, aunque siempre corra detrás de vos, esperando la reacción que nunca llega.

¿Cuándo fue el momento en que tu vida valió más que la mía? ¿Cuándo fue que tu primavera vive, gracias a los inviernos del hogar que no es hogar?
Y pensar que no confío, no resuelvo por tus conflictos. Y contrariar mis pensamientos en noches intensas donde grito:

¡Por qué me dejaste sola!

Me dejas sola todos los días.
Cada día que me haces a un lado,
Que marcas mis fracasos,
Que criticas mis gustos y mis elecciones.
Que competís para ver quien tiene mejores.
Que te reís de mis desgracias a mi espalda,
Que disfrutas mintiendo sobre todo.
Que además de todo eso, y aunque lastimosamente lo piense, aún te quiero. Pero ya no como antes...

Porque de vos, aprendí que estoy primero.

¿Cuándo fue que creí conocerte?

Algún día, mamá... algún día te entenderé.

Noche sin café. [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora