Capítulo 22

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Terminamos desnudos sobre el campo lleno de flores. El olor de la naturaleza, nuestros cuerpos desnudos, el sudor que genera nuestro contacto. Tengo una mano sobre su bello, Justo donde queda el corazón, mi cabeza reposa por encima de su hombro. Parece una escena bíblica, un ángel desnudo tendido sobre las flores. Esteban acaricia mi cabello, de fondo, el sonido de las pequeñas olas de la Laguna.

—Se supone que deberíamos acampar—La voz de Esteban me eleva.

—Se supone.

Se levanta del pasto, me levanta con delicadeza sobre sus brazos.

—Es hora de dormir, Pequeño.

Me lleva en sus brazos, hasta el interior de la casa de campaña. Me recuesta sobre las cobijas.

—Espero no ser asesinado por jeyson.

—Tranquilo, esto no es viernes trece, Abraham.

—Bien, creeré en ti.

—Yo te cuidare pequeño.

Cierro los ojos, el cansancio se apodera de mi, el día a sido estupendo. Esteban en increíble, sin duda alguna.

                                 —•—
Regresamos de un fin de semana espectacular, acampar, pescar, hacer el amor, recolectar frutos de los árboles, es una tarea cansada.  Esteban se encuentra revisando su MacBook, mientras yo me veo envuelto en Pretty Litter Liars. Cuando Esteban trabaja, Es completamente hermoso, arruga el entrecejo, murmura algunas cosas para si mismo, se frustra, es más que tierno.

—Abraham ¿Te importaría ir conmigo a una fiesta de negocios? Toda las personas importantes de Mexico estarán ahí, incluido Yo—Sonríe—Claro está.

—¿Cuando?.

—Hoy, por la tarde.

Mi aspecto cambia. Una cena con gente multimillonaria no es lo que tenía en mente.

—¿Hoy?.

—Si, Hoy.

—Pero si acabamos de volver de un viaje sumamente cansado.

Voltea los ojos.

—¿Quieres ir o no?—Contesta irritado.

—Bien, Pero... no tengo Nada que ponerme.

—De  eso no te preocupes, iremos con un sastre a que te confeccione un traje y listo.

—Que fácil, ¿No?

—Para mi, si lo es—se levanta del sofá, cierra su MacBook, dejándola en la mesita de centro—Iré por mi tarjeta de   Crédito, cuando vuelva, iremos por tu traje y unos zapatos.

—Si, te espero.

Me da un beso en la frente, camina a su despacho y se encierra en el. Me quedo sentado en el sofá. ¿En verdad quiere llevarme a ese lugar lleno de gente rica?  ¿Sin importar nada? Sin duda a Esteban le hace falta un tornillo. El vuelve de inmediato, me toma de la mano, bajamos juntos las escaleras.
Subimos a su BMW negro. Me abrocho el cinturón de seguridad, a su vez, el entra al auto.

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora