Capítulo 55

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ESTEBAN


Pasado

Esteban se encuentra en uno de los gimnasios más prestigiosos de la ciudad de Nueva York, frente al costal de boxeo, entierra su puño contra el cuero, descarga toda su ira en este, el recuerdo de la última conversación que tuvo con él golpea su mente, aunque esa no es la peor parte; la peor parte es la imagen de Abraham y Augusto entrando a la casa de este último, esa maldita imagen que Mateo tuvo que mostrarle.

—¿Dónde mierda conseguiste esto?.

—No importa de dónde haya salido esta fotografía, lo importante es que tú "novio"—lo pronuncia con asco—pasó la noche con su amiguito, imagina cuántas cosas se pueden hacer en una noche, Esteban.

Eso lo hizo perder el control, comenzó a gritar y desordenar. Mateo supo cómo tranquilizarlo, aprovechó ese momento de rabia para proponerle un proyecto en Nueva York, una nueva franquicia de farmacéuticos que lo haría ganar el doble de lo que gana con sus restaurantes en México. Esa no fue la parte fuerte del trato, Esteban tenía dinero de sobra, no le interesaba ganar más, era lo de menos, lo fuerte del trato era dejar la Ciudad de México y largarse lejos, dejando a Abraham realizar su vida adolescente con quien se le antojara. De nuevo se le metió en la cabeza dejar a Abraham comenzar de nuevo con alguien más. Por eso decidió marcharse un tiempo a Nueva York, para "volver a iniciar" lo cual era estúpido. Esteban reclama la falta de seguridad de Abraham cuando él mismo tiene inseguridades, tiene el mismo miedo que posee Abraham, Qué alguno de los dos decida abandonar el barco.

Mateo se aprovechó de este temor de Esteban, acomodó toda la situación a su favor para volver a fornicar con su amor del pasado. Cosa que no pudo lograr, el corazón de Esteban estaba totalmente entregado a Abraham, todo él está totalmente entregado.

Nueva York era frío, nada tenía sentido sin Abraham, es Tenebroso lo que el amor puede lograr, hace que necesites a una persona para que tu vida tenga "sentido", te vuelve dependiente de su amor. El trabajo se volvió insignificante, el sexo perdió el sentido, la gran manzana perdió su color. Todo volvió a grises. Mateo se volvió insoportable, siempre tratando de cotillear con Esteban, insinuándose, tratando de entrar en su cama, todos intentos fallidos.

Esteban recordaba cada cosa mientras enterraba su puño en el costal, imaginó la cara de Augusto, golpeó fuerte, imaginó la cara de Mateo, lo hizo más fuerte aún, luego sin alguna razón apareció Isaac, todo se desplomó, la cordura se derrumbó, tiró golpes sin parar. «¡Toda la mierda es gracias a ti, maldito hijo de puta!» pensaba a la vez que marcaba un golpe. Culpaba a Isaac y su desastre mental de todas las decaídas con Abraham, gracias a Isaac todo terminaba mal.

Nueva York era insoportable sin el amor de su vida, cada día que pasaba terminaba aborreciendo aún más a Mateo, toda la química y amistad que compartía con él terminó una tarde en la que Mateo no dejaba de tirarle mierda a Abraham, tratando de que Esteban cambiara de opinión sobre este, tratando de que Abraham saliera del mapa y sólo quedará el.

Esteban enfureció, Mateo le temía cuando este se enojaba, recordaba el pasado, su sumiso interior salía a la luz. Le confesó todo lo que le dijo a Abraham aquella noche, todo lo que provocó que el autoestima de este se esfumara.

—¡Eres un cabrón Mateo! confié en ti, en tu amistad, y todo lo qué haces es destruir a mi Pequeño, toda la mierda que dijiste sólo para volver a chuparme la verga. Que asco me das Mateo.

—Entiéndelo Esteban, él es sólo un mocoso, ¡jamás tendrás las mismas experiencias con él cómo las que tendrás conmigo!—Suplica.

—¡Cállate! No quiero oír tu puta voz.

—Pero Esteban...

—!Nada! estoy cansado de que terceros quieran arruinar mi puta relación, ¿no pueden comprenderlo? Ya fueron cosa del pasado, ¡Ya me los tiré!, deberían estar felices, pero no. Sólo vienen y tratan de destruirlo todo. ¡Carajo!—Grita Esteban.

—Deberías relajarte, Esteban.

—¿Como putas pides que me relaje? Eres un pendejo.

—¿En verdad quieres perder una oportunidad de producir mucha plata por un puto adolescente?.

— ¡Lo prefiero a trabajar con un pendejo de mierda como tú!.

Esteban sale de la oficina de Mateo, toma el primer taxi de vuelta al departamento que rentó en su estancia en la gran ciudad.  Llega al departamento, toma sus maletas y comienza a guardar todas sus pertenencias, llama a su asistente y le pide que reserve un boleto de regreso a Ciudad de México lo antes posible, su asistente consigue un vuelo programado para la tarde del siguiente día. Esteban lo acepta, no puede estar perdiendo más su tiempo.

Decide ir al gimnasio, se enrolla los puños con vendas y descarga toda la ira. Los recuerdos lo invaden, toda su vida y sus problemas caen en sus hombros: su asqueroso primo, el maltrato de su madre, la infidelidad de su madre, la falta de atención y de amor, el rechazo de sus padres al revelarles que le gustaban los hombres, su vida problemática, el sexo, las drogas, Andrea, Isaac, Mateo, Abraham. Todo recae sobre él,  quiere despedazar el costal de boxeo, tiene tanto reprimido en su interior, tanta ira que había controlado por meses, toda sale y recae en el puto costal de boxeo. Los nudillos de quedan destruidos al igual que el saco y también un fragmento de pared del gimnasio.

Por otra parte, Mateo quedó hecho toda una furia en su despacho. Su secretaria pasó a preguntar si pasaba algo, contestándole inmediatamente que todo bien, se dispuso a realizar dos llamadas, una de ellas la más importante dirigida a un supervisor de enseñanza muy cercano a Esteban. él le contestó que todo se encontraba bien, que lo dejara solo.  Realizó llamadas a dos personas, una más importante que la otra, dirigida a un supervisor de enseñanza muy cercano a Esteban.

—Hola. necesito tu ayuda, cierto familiar tuyo al que le guardas mucho aprecio—Sonríe malicioso—uno de los mejores profesores, está teniendo una relación con un alumno—escucha atentamente—¿Si tengo pruebas? pues claro, las suficientes—Escucha—¿Lo arreglarás después de julio?—Se dibuja maldad en su rostro—Me parece perfecto. Espero que lo resuelvas, por el bien de tu querido primo.

Cuelga.

«Tú relación y tú estabilidad mental se jodieron, Esteban» Piensa Mateo, mientras se sirve una copa de whiskey.

Editado por DiegoKarel

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora