Capítulo 31

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Subo a mi habitación para Seguir mandándome mensajes con Augusto. Terminamos nuestra conversación a eso de la  una de la madrugada. Me meto entre las cobijas, cierro los ojos, intento dormir, sumergirme en un sueño, donde todo será bueno, Donde Esteban y yo estaremos bien sin ninguna dificultad. algunas veces Los sueños son el reflejo de lo que deseamos.
Pero como cada noche, mi obsesión por Esteban aumenta, no me lo puedo quitar de la cabeza, deseo estar con el cada momento de mi vida, pero también quiero aprender a quererme a mi mismo. Quiero dejar de pensar en el, pero es imposible dejar a un lado una persona tan bella, misteriosa, oscura pero a su vez angelical, llena de Luz y tinieblas, Esteban es una maldita obsesión, Puedo llegar a comprender a Andrea, Mateo e Isaac, comprendo hasta donde puede llegar su locura a causa de la belleza que emana.
Me levanto de la cama, no puedo dormir, mi cabeza es un maldito torbellino, todos mis pensamientos dan vueltas por toda mi cabeza hasta volverme loco. Me pongo frente al espejo, mi habitación es iluminada por la tenue luz de la luna, Analizo mi silueta sería ante el espejo, mi peso a disminuido a lo largo de estos dos años, mi estómago es casi plano, no hay "llantas", mi piel a recupero su color, Aprecio mis cejas, la línea que dibuja mi nariz, lo largo de mis pestañas, mis labios medianos y carnosos, Admiro mi propia belleza, la que no encaja con el estereotipo, una belleza totalmente distinta a la de Esteban. Llevo mi mano derecha a mi mejilla, me acaricio yo mismo, Dejo mis labios entreabiertos, mi cuerpo se relaja, no dejo de admirarme. Tal vez Esteban tenga razón, necesitamos un descanso de los dos. Necesito tiempo para mi, para estar conmigo, aunque el tiempo sea corto, debo aprender a amarme más de lo que me amo, porque la vida es tan corta para pasársela desanimado y lamentándose. Acaricio mis pómulos, Todos somos hermosos, todos tenemos belleza, tenemos que aprender a querernos tal y como somos, adorar el color de nuestra piel, la forma de nuestros ojos, el tono de nuestros labios, el color de nuestros ojos, debemos apreciar cada detalle que nos define como humanos, el sonido que crea nuestra voz. Aprender a amarte, eliminar las inseguridades y temores es difícil, es duro, crecimos acostumbrados a un Estereotipo, el estereotipo que marca la televisión, las marcas de ropa, la industria musical, que marca la propia sociedad, donde nos dicen cómo nos tenemos que vestir o que tez de piel y color de ojos debo tener para valer en la vida, para valer en el amor, para encajar en un grupo de personas, Porque lamentablemente, si no cumplimos el estereotipo, no podemos pertenecer en algún grupo. Es duro ser rechazado por intentar ser tú mismo, es horrible vivir a diario con miedo cuando estás en una relación, ese miedo de despertarte y ver que a quien considerabas el amor de tu vida o tu mejor amigo, se a marchado, porque no fuiste lo suficientemente bello o listo para el. Se que Esteban no es ese tipo de persona, pero aún así existe ese miedo, esa inseguridad que no me dejaba disfrutar plenamente el amor de Esteban. Y ahora es difícil tratar de eliminar toda aquella mierda, no quiero convertirme en un estereotipo para encajar y gustarle, quiero ser yo plenamente, Pero hay ese temor, de si me muestro totalmente como soy, llegue a dejarme. Es complejo, todo es complejo, tratar de amarte a ti mismo es complejo, tratar de mantener una relación sin inseguridades es complejo.

Pasó mi dedo índice por el contorno de mi cara, lo deslizo suavemente por mis mejillas, en la barbilla, subo lentamente hasta llegar a mis labios, los contorneó con la punta de mi dedo.
Comienzo a desnudarme, frente al espejo, me despojo de toda la ropa con la que cargo. Cuando quedo completamente desnudo, mantengo la mirada clavada en el espejo, analizando cada detalle qué hay en mi, apreciando mi cuerpo y lo que representa.
Es un momento de intimidad donde busco conectar conmigo mismo, alma, mente y cuerpo. Pasó mis manos al rededor de mi cuerpo, las deslizo por mi cuello, bajando por mi pecho, acaricio mis pezones, sigo bajando, sintiendo la textura de mi piel, las orillas de mi cuerpo, el calor que brindan, la belleza en ellos. Puedo sentir el odioso vello que sale de mi piel, es suave. Pasó mi muñeca izquierda acariciando mi brazo derecho, así mismo lo hago con la otra muñeca, recorro mis brazos hasta formar un abrazo, me abrazo en la obscuridad, me rodeo, mandando vitalidad y amor a mi interior, a mi alma. Me abrazo fuerte, cierro los ojos,
Me dejo llevar por los recuerdos, en la secundaria, muchos chicos me decían que nadie me querría de verdad por cómo soy, Los chicos con los que estuve igual lo decían, me pisoteaban, yo les creía y me dejaba caer, me hacían sentirme avergonzado de quien soy.
Una lágrima cae por mi mejilla, todos esos recuerdos dolorosos me hacen sentir débil.  Me abrazo aún más fuerte.
«Eres valiente, Sobreviviste a eso y más, Eres Valiente, Y vales demasiado, vales más de lo que crees, Eres hermoso, todo lo que representas es bello, Todo lo que eres es Hermoso, y tienes que amarte más de lo que amarías a nadie...» Lo repito mil veces, repito cual hermoso soy, Y cuánto valgo. Dejo aún lado los comentarios de Isaac, Mateo y de todos los chicos del pasado, dejo que se desmoronen, hundiéndose en la lava de mi memoria. Todos valemos más de lo que nos hacen ver. Yo soy lo suficiente para mi, debe de tenerme a mi en primer lugar, en mi propio estandarte, porque soy lo único que tengo y debo mantenerme a salvo de todos y de todo. Porque soy hermoso aunque todos digan lo contrario, e intentaré amarme tanto que pueda compartir ese afecto a alguien más.

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora