Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3

Capítulo 17

Los días pasan increíblemente rápido, y las vacaciones de Semana Santa me caen como anillo al dedo. Los primeros días de vacaciones, los he aprovechado al máximo para arreglar mi habitación, que estaba hecha un maldito asco. Limpie mis estanterías, quite todo el polvo, acomode mis libros por tamaños, colores y editoriales. En una de mis estanterías coloqué una pequeña maceta color menta con un cactus. En una caja de madera, que simula ser un baúl, Guarde los poemas que Esteban me regaló, junto a las notas que me a dado. Arreglo mi ropa, la doblo para después acomodarla en mi armario por colores. Limpie la parte de mi estantería donde se encuentra mi colección de CD's, debajo de esta, hay un cajón lleno de posters de Lady Gaga, Madonna, Ariana Grande, Marina and the diamonds y Lana del rey, saco algunos, los pego dispersos por mi habitación. De la parte de arriba por la cabecera de mi cama, coloqué un cuadro con una fotografía de Marilyn Monroe. Todo había quedado hermoso.

                               —•—
Esteban y yo Estamos acurrucados en el sofá de la sala.

—¿Recuerdas lo del campamento?

—¿Qué Campamento?

—Te mencione que iríamos a acampar, Espero Tengas todo listo, partimos mañana temprano.

Pongo los ojos en blanco.

—Dios Esteban, eres el maldito rey de los viajes sorpresa.

—Estabas avisado.

—Eso no cuenta, ni siquiera me avisaste cuando sería, ¿Cómo podría tener mis cosas listas?, a parte, aún dependo de mi madre, No se si tenga permiso.

—Claro que tendrás el permiso de tu madre—Sonríe. Tiene un aspecto más juvenil— ella me adora.

—Sigue soñando cariño.

—Vamos a tu casa por ropa y tú Jodido permiso.

—A la orden Jefe, ¿Alguna cosa más?.

—¿Me podrías regalar un beso?.

—Ni en mis mejores tiempos regalaba besos, Cariño.

Voltea los ojos.

—Mmmmm.

Es inevitable besarlo, es tan Guapo, Tan humano, increíblemente diferente a los demás.  Me acerco a él, tomo sus mejillas y lo beso. Es un beso rápido, tierno.

—¿Contento?

—Pudo ser mejor.

Me levanto con falsa indignación, le doy un leve manotazo en el pecho. El sonríe.

—Venga, no seas tan rudo.

—Basta, Tenemos que ir por mis cosas, Ya que alguien, se le ocurren viajes de la nada.

Se levanta del sofá, me toma de la mano y salimos al porche, entramos el auto y emprendemos el viaje hacia mi casa.  El camino es rápido, Cuando llegamos, baja del vehículo para abrirme la puerta al bajar, sin duda es todo un Caballero. Siento un gran alivio al ver que el carro de mi padre no está. Saco la llave de mi bolsillo, abro la puerta, entramos a mi casa, cuando entra Esteban, siento un poco de "Pena", mi casa es mucho más sencilla y humilde que la de el, Varios pensamientos atropellan mi mente «No eres suficiente para el, El es todo lo contrario a ti...» trato de quitar todos los pensamientos negativos de mi cabeza, no puedo, es odioso pensar que no eres suficiente para alguien, es horrible sentirte inferior por tener menos dinero-posibilidades que los demás. Esteban parece percatar mi cambio de humor.

—¿Que pasa?—Pregunta Serio, lleno de curiosidad.

—Nada—Miro al rededor de la sala, todo es tan anticuado a comparación con sus hermosos muebles.

—Dime la verdad.

Antes de que pudiera contestar algo. Mi madre baja de inmediato las escaleras, se ve radiante, lleva un vestido de color rosa con degradado en azul rey, aparenta menos años de los que en verdad tiene.

—Hola Abraham, Esteban—Se sonroja al pronunciar su nombre. Se acerca a nosotros, me da un abrazo fuerte y un beso en la mejilla—¿Qué los trae por aquí?

—Buenos Días señora Vega—Mi madre vuelve a sonrojarse por la formalidad en la que habla Esteban—Vine aquí para pedirle la autorización para que Abraham pueda acompañarme a un bosque increíblemente hermoso para acampar.

La situación me hacía sentir incómodo, Esteban pidiendo permiso para poder salir de campamento, como unos adolescentes.

—¿Cuando?

—Mañana por la mañana. Le prometo que lo cuidare como a nada en el mundo, Estará en buenas manos.

—¿Irán a un bosque, Solos? ¿Acampar? Es algo lindo de tu parte Esteban, pero suena muy arriesgado, No lo se.

Pongo los ojos en blanco, por milésima vez en el día.

—Son vacaciones, Mamá, necesito distraerme de todo el ambiente escolar, Y acampar es una idea excelente—Intervengo.

—Lo se Abraham, pero es peligroso.

—Esteban me "Cuidará"—Me pongo como tomate al pronunciar aquello.

—¿Me lo prometes Esteban?

—Se lo prometo, Señora.

Tuerce la boca, me mira y luego a Esteban.

—Está bien, ¿Cuando regresan?.

—En dos Días, tal vez tres.

—¿Lo cuidarás muy bien? Tienes que revisar que se ponga suéter si hace mucho frío, Y todas esas cosas.

Esteban sonríe aún más. Parece divertirle o enternecerle la preocupación de mi madre.

—Obviamente, usted no se preocupe por ello.

—Bien, iré por mis cosas.

—Sube con el Esteban, Si quieres, En lo que preparo algo para que merienden.

—No es mucha molestia.

—Para nada.

Comienzo a subir las escaleras, entro a mi habitación, un poco apenado, por todos los cambios que hace unos días efectué en ella. Esteban la mira sonriente, pensativo.

—¿Qué Pasa?—Habló mientras me acomodo al borde de mi cama.

—Es Justo como la imagine—Mira por todos lados, su vista pasa de Lady Gaga a Madonna, de ella a Marilyn Monroe.

—¿Ah si?—Pregunte divertido.

—Si.

Se acerca con curiosidad a mi librero.

—¿Crepúsculo?—Parece estar a punto de romperse a reír.

—Fue una lectura entretenida.

Hace un gesto de disgusto y Se encoge de hombros.

—Si tú lo dices.

Recorre por todos mis libros. Llega hasta donde está el pequeño baúl de madera. Lo abre con curiosidad. Sus ojos se iluminan al ver su interior.

—¿Aún conservas todo esto?.

—Pues claro, son papeles llenos de recuerdos, sería incapaz de desasearme de ellos.

—Deberías tirarlo, no son buenos poemas.

—Deberías callarte.

—Bien.—Sonríe—Te quiero Pequeño.

Su muestra de afecto me toma desprevenido. Casi siempre lo decimos, pero esta vez, hay mayor sentimiento.

—Yo igual Te quiero—Me acerco a él.

Me paro de puntitas, para darle un gran beso en los labios.