XVI. Cristales De Colores

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Como la comandante ordeno todos se separaron con su pareja, pero yo no tenía. Méndez todavía se encontraba inconsciente y se encontraba con el grupo de enfermeros, pero eso no me iba a detener de ingresar a Ibishchin así que de todas formas salí sola empuñando mis dagas. No sabía si un enemigo estaría asechando a mis espaldas. El plan era entrar por la entrada principal aniquilando a cuál guardia viéramos merodeando el muro de acero.

Escuché un silbido que provenía de las sombras y marqué mi mirada fija en la oscuridad en posición de ataque colocando las dagas delante de mí para protegerme de la amenaza, note como se empezaba a acercar haciéndome dar un paso hacia atrás con ayuda de la luz de la luna logre ver que era un chico de tes blanca y cabello oscuro en cuestión de micro segundos ate los nudos, baje mis dagas y me relaje.

-Interesantes dagas, hermanita- Exclamo Atrium en tono burlón saliendo completamente de las sombras.

-Llegas justo a tiempo, la fiesta ya iba a empezar- Le regalo una sonrisa de cómplice que eran típicas entre nosotros.

Me sentía segura y en calma ahora que Atrium se encontraba conmigo, sabía que alguien me resguardaría la espalda, nos separamos de los demás grupos y nos dirigimos directamente a la entrada principal del reino con Atrium y yo era suficiente para acabar con unos cuantos guardias que estarían custodiando la entrada. Quería invocar el traje de jinete, pero sabía que al final me dejaría exhausta así que mejor no arriesgarse.

Luego de rodear casi todo el muro pude ver la entrada y desde donde estábamos podía contar cinco guardias más o menos que estaban en la parte de abajo, y cuatro en unas torres sujetando unos arcos. Con un juego de señales le indico a Atrium que se encargará de los guardias de las torres ya que yo me encargaría de los cinco de abajo. Con un movimiento positivo partimos al ataque.

Atrium y yo salimos disparados hacia los guardias, como de costumbre Atrium me rebaso y los guardias se alarma al verlo llegar, pero él los ignora realizando un salto que lo impulso tan alto que logro llegar hasta los guardias que estaban en las torres al llegar ahí lo perdí de vista y me concentre en mis presas que todavía estaban pendientes de Atrium.

-Foliorum- Invoco unas ramas para intentar inmovilizar a todos los guardia pero no lo conseguí, solo logre aprisionar a dos que con esfuerzo logre aplastarlos con las ramas hasta lograr escuchar el crujir de sus huesos, volví a empuñar mis dagas y me lance a los guardias que cargaban unas espadas que me apuntaban, gracias a ser pequeña se me hacia muy fácil esquivar sus ataques cordinados, voy agachada y logro corta los talones de dos guardias más haciéndolos arrodillarse, con un juego de manos a los guardia que se encontraban de rodillas les cercene el cuello cayendo desplomados.

Solo me faltaba un guardia, me abalanzo hacia él pero justo antes de poder llegar algo cae sobre él causando una nueve de arena así que me coloco alerta, la nube de arena se disipa y logro ver a Atrium con las manos en el cuello del guardia con una sonrisa rompe su cuello y el cuerpo inerte del guardia cae al duelo.

-Eres muy lenta- Atrium hace un bufido como si estuviera alardeando de su gran asaña.

-Deja de presumir, estate alerta- Trato de no reírme de su estupidez, no podía entender cómo es que podíamos reír en medio de una invasión.

Puedo escuchar unas pisadas y me giro velozmente, puedo ver como se acercan unos guardias con el uniforme de Leorium, teníamos que salir de una vez de la entrada principal para que no nos encontraran, así que agarre del brazo a Atrium y empezamos a correr tratando de salir de la calle principal. Mientras corríamos nos escabullimos en un callejón oscuro, solo era cuestión de tiempo para que la guardia de Ibishchin llegara a matar a todo el pelotón de Leorium.

El Guardián de los Reinos: El Origen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora