XXXVII. Liberación

57 9 0
                                    

Santiago nos había revelado su verdadera naturaleza; Una criatura con sed de sangre que no le temía a la muerte, un escapista de la misma que había visto como el mundo evolucionaba bajo sus pies. Esta extraña criatura había sido doblegada y abusada con el reteniendo de su pariente, el ultimo recuerdo de una familia; su hermana.

El vurdalak estaba en las mismas circunstancias que los gemelos, su hermana había sido secuestra ya hacía varios años y fue utilizada como motor para que el chico cometiera asesinato tras asesinato, con el único objetivo de que su pequeña hermana siguiese con vida y anhelando la esperanza de que algún día lograra escapar con ella.

Estábamos marchando por los pasillos guiados por Santiago, el cual afirmaba saber el camino exacto donde tenían aislados a los prisioneros, no nos quedaba de otra que confiar en nuestro nuevo aliado, a pesar de que hacía solo minutos estábamos luchando a muerte en ese momento teníamos un mismo objetivo en común; rescatar a los prisioneros.

Nuestro líder y el vurdalak iban adelante liderando la marcha, mientras mi hermano y yo seguíamos de cerca sus pasos. Ya todos nos encontrábamos recuperados de aquella pelea sin sentido a pesar de que sentía que me desvanecía debido a que no había tenido tiempo de recuperarme del entrenamiento con Sofía, aquel esfuerzo sumado a la anterior pelea me había dejado exhausta a tal punto que quería parar la marcha y tirarme al suelo a descansar, pero no podía, teníamos que salir lo antes posible y liberar a todos, sentía que era mi responsabilidad a pesar de que entendía que no era así.

- ¿Falta mucho? – indague molesta, las plantas de mis pies palpitaban y podía sentir un hormigueo que recorría todas mis extremidades inferiores.

-Falta poco pequeña- esclareció el vurdalak dedicándome una amplia sonrisa que de solo verla hizo que me ruborizara levemente. Tanto a el centinela como a el dragón se les dibujo una mueca en sus rostros en respuesta de mi enrojecimiento que preferí ignorar.

Seguimos marchando hasta encontrarnos un camino bloqueado por una puerta reforzada con hierro al igual que la habitación donde se encontraba Santiago, el vurdalak explico que detrás de aquella puerta se encontraban los prisioneros, pero que además de estos se encontraban unos guardias que resguardaban a los cambiantes y criaturas que hay sé encontraban.

Todos estábamos preparados para actuar, estire mis brazos e invoque una llamarada que hablando el hierro formando un boquete en lo que era la puerta, detrás de aquel hueco se encontraba una habitación muy bien iluminada con jaulas, pero estas se encontraban tapadas con unos mantos negros que impedía ver su interior.

Cruce por el boquete que había creado, pero no había notado que dentro ya alguien aguardaba mi llegada; un hombre de extraña apariencia me estaba apuntando con una ballesta cargada, este presiono el gatillo produciendo un sonido sordo, haciendo que la flecha se proyectara en dirección a mí, no me dio tiempo para diseñar nada en mi cabeza que lograra protegerme, pero justo antes de que la flecha colisionara con mi cuerpo alguien se interpuso entre ella y yo, haciendo que su cuerpo hiciera de escudo, llevándose consigo aquel proyectil.

La flecha se clavó en su torso haciendo que este soltara un gemido de dolor, volteó a verme y me dedico una amplia sonrisa la cual se veía forzada, pude ver como hilos de sangre brotaba desde la zona afectada, pero al parecer a este no le importaba ya que no separa sus llamativos ojos amarillos de mi fría mirada azul.

Antes de tratar la herida del centinela hice emerger enormes raíces que poseían filosas espinas, con unos elocuentes movimientos de manos les ordene a las plantas que atraparan al usuario de la ballesta, aplastándolo a tal punto que el crujir de sus huesos resonó por todo el lugar, hasta que su cuerpo cedió por la presión haciendo que su sangre salpicara por toda la zona. Ya neutralizado el enemigo dirigí mi mirada hacia mi rescatista.

El Guardián de los Reinos: El Origen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora