XXXVI. Mi Hermana

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- ¿Listos para morir? - pregunto lentamente saboreando cada una de las palabras.

Aquella pregunta retumbo en mi cabeza como una amenaza directa, aquel sujeto era imponente, no dudaba de su fuerte, pero ¿estaba tan seguro que podría ganarle a un centinela del reino, a un descomunal dragón y a una jinete? No lo creía, para mi era un fanfarrón que se creía mucho y que acabaría como los demás, muerto.

Ninguno se molesto en responder su estúpida pregunta, la habitación era merced de un terrible silencio que nadie se había atrevido a romper, estábamos alerta a los movimientos del enemigo, esperando a que este diera el primer paso para atracar, no sabíamos quien era o que era.

El silencio fue quebrantado por el crujir de los huesos del sujeto, aquel espantoso sonido arrítmico que producían sus huesos al romperse era aterrador, este paro dejado ver como sus manos habían sido mutadas a unas filosas garras cuyo tajo reflejaba la luz.

Allen levanto dos rocas que se convirtieron en largas espadas de color negro, Atrium dio a relucir sus majestuosas garras rompiendo sus huesos, muy parecidas a las de nuestro enemigo y yo empuñe mis dagas elevándolas hasta mi pecho en modo de defensa de cualquier posible ataque.

El sujeto esbozo una amplia sonrisa que dejo ver sus alargados colmillos para luego abalanzarse hacia nosotros, se dirigió específicamente a el centinela el cual trato de bloquear su ataque con sus espadas, pero estas fueron destruidas al mero contacto con sus filosas garras haciendo que nuestro líder se llevara un fuerte zarpazo que desgarro su brazo por donde brotaba aquel liquido carmesí.

No nos había dado tiempo para actuar cuando Allen ya estaba derrumbado en el suelo, aquel sujeto era de temer, su velocidad era asombrosa a tal punto que me era imposible seguirlo.

Intercambie unas miradas con Atrium y este se abalanzo contra el sujeto mientras yo corrí a auxiliar a el centinela, me apresure y me arrodille, frote mis palmas entre sí y luego libere la magia en su brazo la cual curo la abertura que se había formado en este, haciendo que el sangrado se detuviera. Ya curado Allen se incorporo regresando a la batalla al igual que yo.

El dragón estaba en desventaja, el sujeto lo estaba acorralándolo así que fui a su ayuda, convoque enormes raíces que atraparon sus piernas dándole la oportunidad a mi hermano para que este lograra estocar un buen golpe que logro sacarle el aire, esta ventaja no duro mucho. El hombre con un zarpazo deshizo las raíces que lo aprisionaban y con una velocidad alarmante golpeo a Atrium haciendo que este colisionara contra la pared.

En conjunto con Allen nos proyectamos hacia el sujeto, el centinela lo distrajo con unas enormes espadas negras fingiendo que lo atacaría desde arriba, haciendo que el enemigo por impulso llevara sus garras para protegerse del ataque mientras yo aproveche la oportunidad y ataque desde abajo con mis dagas cortando el viento y consigo parte de su muslo y tobillo izquierdo. Este se quejo del dolor soltando un gruñido que resonó por toda la habitación.

Atrium se levantó del suelo y embistió al oponente, pero este ni se inmuto parecía una piedra que emergió desde la misma tierra; no se había movido ni dos milímetros luego del ataque de mi hermano. El rival tomo el cuello del dragón y lo elevo, separándolo del suelo. Atrium forcejeo una y otra vez, pero no lograba zafarse de su agarre, el hombre pego el cuerpo de mi hermano al suyo para luego clavar sus enormes colmillos en la cavidad entre el cuello y el hombro de Atrium. Haciendo que liberara un grito de dolor, provocando que mi pecho se comprimiera.

Ante aquel espectáculo volvimos a atacar repitiendo la misma táctica; Allen invoco dos espadas negras mientras yo atacaba desde abajo, pero este plan se vio interrumpido debido a que el sujeto soltó el agarre de mi hermano y lanzo su cuerpo hacia nosotros haciendo que colisionáramos y nos derrumbáramos en el suelo, produciendo una nube de polvo que entro por mis pulmones al intentar tomar aire.

El Guardián de los Reinos: El Origen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora