No Soy Igual Que Todas

Capítulo 30

―Déjame repasar la situación ―papá se quita los lentes y masajea el puente de su nariz.

Claro que a él he tenido que decirle la verdad a diferencia de Ashley, la razón de porque he acudido a papá en lugar de mamá es más que obvia y aunque hay pocas probabilidades de que a papá le agrade la idea o de que siquiera considere el hecho de llevarme hasta la casa del experimento fallido espero poder obtener lo que quiero.

En la guerra hay que hacer aliados Aki.

―Solo será por un momento ―digo―, no tardare mucho, solo tengo que ir a entregarle unos apuntes ―bueno, tal vez si le mentí un poco pero no puedo decirle: Hey papá, creo que le ha pasado algo a Tony y aunque no quiera admitirlo talvez estoy preocupada por él, pero es casi una cosa de nada e incluso así quiero ir a visitarlo.

¿Berrinche? Claro que no, yo no lo veo por ningún lado.

―Aki, tú nunca me pides nada y debería de hacer esto por ti pero ¿Acaso no tienes un celular? ¿No puedes tomarle fotos a tus apuntes y enviárselas?

Yo niego con la cabeza.

Piensa en algo creíble Aki.

―Tengo que explicarle unas cosas, creo que él no es bueno en matemáticas ―me encojo de hombros como si de esa forma pudiera quitarle importancia―, ya sabes que me gusta ayudar.

Papá ríe y eso no me agrada mucho. ¿Acaso se está burlando de mí?

Finge demencia Aki.

Trato de formar una sonrisa. Incluso si es una mala mentira, papá no puede decirme que no, él mismo ha hecho que no se pueda negar... él fue el que dijo "tú nunca me pides nada y debería de hacer esto por ti" eso me da la victoria.

Después de esta "visita" tal vez debería de considerar ir con un psicólogo para verificar que todo va bien en mi cabeza. A lo mejor mamá ha tenido razón todo este tiempo y me falta más de un par de tornillos.

―Yo no niego que seas una buena persona pero no necesitas ayudar a otros cuando no ayudas a tu mamá ¿No te pidió que lavaras los trastes desde la semana pasada?

―Sí, pero fue la semana pasada y si no pude ayudar esa semana tengo más para reponerlo.

Papá reacomoda sus lentes y vuelve a suspirar.

―Que ni tu mamá, ni Ashley se entere de esto ¿De acuerdo? ¿No quieres que nos echen de la casa, verdad?

Yo sonrío de oreja a oreja y doy un pequeño saltito como si fuera una niña pequeña a la que le acaban de regalar una canasta llena de dulces que por cierto, no me haría nada mal.

―Gracias papá, de verdad, gracias.

¿Cuál era mi mayor defecto? Ah, claro, la curiosidad.

―Pero no iremos hoy ―me advierte―, tengo algunas cosas que revisar, así que, lo más probable es que te lleve el viernes por la tarde, después de todo tienes que ir a la escuela ¿No es así?

Yo asiento con la cabeza.

―No me importa el día, lo importante es que me puedas llevar.

Y es la verdad, me siento realmente feliz y que mi felicidad pueda aguantar unos cuantos días más no debería de ser un reto, incluso se lo debería de contar a Mylene.

―Y hay una cosa más Aki.

El ambiente se pone un poco tenso y papá se pone de pie.

― ¿Qué pasa? ―pregunto con un poco de confusión.