Capítulo 50

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Aki

Muy bien Aki, guarda la calma, ¿No quieres perder a una amiga más, verdad?

A pesar de que Dominic no paro de repetirme que todo estaría bien, el nudo en mi garganta continuo y mi pecho siguió doliendo un poco. Mylene es una gran amiga, claro que lo es y no me gustaría perderla y mucho menos que desapareciera de mi vida como lo hizo Emily.

―Tal vez soy yo la mala amiga ―murmuro.

―No sé porque te preocupas por ella, solo déjala ―dice una voz a mis espaldas.

Me giro al instante y quedo de frente con Clark.

― ¿Qué haces aquí? ―mi voz suena chillona.

Sus ojos miraban hacia al frente, por arriba de mi cabeza pero bajan en mi dirección y él sonríe. Ha estado muy feliz últimamente, eso es sospechoso...

―No lo sé ―comienza a hablar―, solo vengo para escapar de casa ―por un momento su comentario parece serio pero de pronto comienza a reír como si estuviera loco―. Vamos Aki ¿Por qué estaría aquí? Tengo que estudiar ¿o no? ¿Dime, tú que haces aquí? Vienes a estudiar ¿no? Pues yo hago lo mismo.

Retrocedo un paso y lo miro con el ceño fruncido. ¿Acaso este experimento fallido ha perdido algún tornillo?

― ¿Te sientes mal? ―pregunto sin pensarlo y es en ese momento cuando juro que por un solo segundo vi su expresión cambiar pero mantiene una sonrisa firme, como si ese pequeño cambio no hubiera ocurrido.

―No ―dice con un tono alegre―, todo va de maravilla.

―Ah.

Claro, cree que soy ciega...

Doy media vuelta y sigo mi camino.

― ¿Y has pensado en mi disculpa? ―pregunta.

En estos momentos quisiera ser más alta, porque Tony lo es y no tarda mucho en alcanzarme.

―No puedo perdonarte aún ―digo con sinceridad.

― ¿Aún tienes miedo de hacerme daño? ―su pregunta hace que pare de golpe pero no giro a verlo― ¿O tienes miedo de hacerle daño a Mylene?

Aprieto mis puños con fuerza, tanta que temo lastimarme pero no quiero girar, no quiero verlo, no cuando ha dicho esas palabras.

Sé siente como si me acabara de golpear. Claro, ¿Qué más podía esperar de él? ¿Acaso no había dicho ya que me podía volver a dañar?

.―No metas a Mylene en esto ―pido―, es verdad que no quiero hacerle daño, pero nuestros problemas van por separado.

―Por lo menos ahora tenemos un "nuestros".

De verdad que le pasa algo.

Giro a verlo rápidamente. Sus ojos ya están sobre mí pero no logro descifrar que es lo que piensa.

― ¿Qué quieres decir? ―tengo mi ceño fruncido.

―Justamente eso, que ya hay un nuestros.

Quedo básicamente con la boca abierta.

No me lo creo, no me lo creo, no me lo creo.

― ¿Ha qué estás jugando esta vez? ―pregunto con un leve tono de enojo.

―No estoy jugando ―asegura.

Okay, esto está mal.

― ¿Quieres que comencemos a discutir en frente de todos una vez más?

No Soy Igual Que TodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora