Capítulo 38

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¡¿Dónde está el experimento fallido?!

Paro de saltar y me alejo unos pasos de Dominic, mis ojos viajan de un lado al otro como si de esa forma, Tony pudiera aparecer de la nada, pero no hay ni un solo rastro de ese tipo.

― ¿Qué intentas hacerle a tu Julieta, Romeo? ―pregunta Mylene.

Frunzo mi ceño, siento que ya la he escuchado decir esa broma antes.

―Ella es la que se ha lanzado a mí ―ni siquiera se molesta en aclarar la situación.

Giro en su dirección una vez más y sus ojos caen en los míos directamente, brillando como si frente a él... No. Aki, el hambre ya está afectando tus sentidos.

―Tengo hambre ―hablo.

―Sí, creo que acabo de escuchar un gruñido ―bromea el más alto de los tres.

Él ríe pero la verdad es que la broma ya no me hace gracia en lo más mínimo. Tengo que forzarme ha simular una risa y vuelvo a hablar:

―Será mejor que vayamos a comer.

Mylene se nos vuelve a acercar y esta vez veo como ella es capaz de quitarle el libro de las manos a Dominic.

― ¿Qué es esto? ―pregunta mientras lo mueve de un lado a otro y de repente una hoja de papel sale volando del interior del objeto, Dominic habla con Mylene mientras yo me agacho y tomo la hoja, tiene varias operaciones y números escritos con lápiz.

Suelto un suspiro. Esto cuenta como marca páginas cuando estás en este trabajo.

Vuelvo a ponerme de pie y lo extiendo.

―Sé ha caído ―digo.

Dominic gira a verme con los ojos abiertos de par en par, no se molesta en tomar el separador de entre mis manos y vuelve a girar en dirección a mi amiga.

―Mylene ―llama con voz acusadora y ella se encoje de hombros.

―No es la primera vez que pasa ―se limita a contestar.

―Mi mamá me mando una manzana ―comento cuando Mylene me pregunta qué es lo que voy a pedir.

―Tu mamá siempre te manda manzanas ―me contesta y gira los ojos.

Imito su gesto de hace unos momentos y me encojo de hombros. No puedo hacer nada al respecto sobre la comida, la comida es comida y punto, yo no tengo quejas aunque si que hay sabores que pueden llegar a cansarme de vez en cuando, ejemplo: las manzanas. Pero mamá no lo entendería.

―Entonces vamos a sentarnos, no quiero que nos quedemos sin mesa ―me toma del brazo y toca el hombro de Dominic, que solo gira durante un momento para ver quien lo llama pero tan pronto como ve el rostro de Mylene, se vuelve a girar. Es un grosero―. Aki y yo nos adelantamos, tú pide lo que quieras.

Ambas nos dirigimos fuera de la cafetería y buscamos alguna mesa libre. Tenemos suerte y señalo una mesa con sombrilla un poco lejos de donde estamos pero no hay problema según Mylene y salimos corriendo por ella.

Cuando llegamos, las dos reímos con la respiración un poco entrecortada.

―Hace mucho que no me divertía de esta manera ―comenta.

Estoy a punto de abrir la boca y decir una broma sobre eso pero me arrepiento al último segundo porque recuerdo que antes de Mylene, ella no le había tenido mucha confianza a las personas con las que estaba y en cuanto a mí.... No es muy diferente y Emily sigue en mi mente....

No Soy Igual Que TodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora