18. Justin Bieber

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Perras.




—Mira nada más a quien le ha dado la gana de llegar —Mi voz suena amenazadoramente pausada.

Justin se gira espantado antes de llegar bien al pasillo que dirige a nuestra habitación.

—Tres y cuarenta de la madrugada, Bieber. Sigue así, que vas muy bien, rey —Antes de que él me dé una de sus excusas estupidas, me pongo de pie y me encamino al cuarto que compartimos, pero que lamentablemente hoy sería solo mío. Estrallo la puerta en sus narices. Más rápido ve al diablo jugando canicas antes de dormir conmigo e intentar tocarme.

Caigo en la cama y aunque me odio a mi misma cuando siento esta presión en el pecho, de todos modos termino con los ojos aguados, más no me permito soltar una sola lágrima. No otra mas, no por Justin. No obstante, se que las lagrima son más de enojo que de otra cosa. Estaba demasiado harta y cansada de lo mismo.

Escucho como sus nudillos tocan la puerta. Repite mi nombre una y otra vez. Permanezco estática en mi lugar, simplemente ignorándolo.

—Bebe, estaba en el estudio. Tu lo sabes, ¿por que estás actuando así?

Sigo sin decir nada, rodando los ojos. Yo sabía perfectamente donde él había estado.

—Nena, por favor. Solo estábamos los chicos, ¿o estás molesta por que llegue tarde? Nunca te enojas por eso, tu sabes como funciona.

Esta vez si me hierve la sangre. Y arriba de todo me creía tan tonta como para venir a mentirme.

—¿Tu me crees estupida o que? —Exclamo abriendo la puerta bruscamente.

—Estoy tratando de explicarte —Comienza acercándose a mi. Yo doy un paso hacia atrás y quito mi brazo cuando intenta sujetarme.

Pongo ambas manos frente a mi indicándole que ni se le ocurriera seguir avanzando.

—Mira, Justin, yo seré muchas cosas, excepto relajo tuyo. Te lo deje bien claro cuando comenzamos esta relación, si se puede seguir llamando así: no te aceptaré nada que atente contra mi salud emocional.

—Nena, no di-

—No, escúchame. Si te digo que no te juntes con las perras que me molestan, lo último que debe de pasarte por la cabeza es irte al "estudio" hasta las malditas tres de la mañana y dejarlas de compañía.

—¡Estaban con los chicos, yo ni sabía que llegarían! —Se defiende poniendo las manos al aire.

—¡Me importa una mierda lo que sabias o no! ¡Eran las dos de la mañana y esas locas estaban subiendo stories, muy divertidas, con mi novio! ¡Mientras yo estaba aquí sola como tonta, esperándo que tú te dignaras a venir! —Exploto saliendo de mis cincos sentidos. ¿Es que él no estaba entendiendo?

—Estás enojada por algo que ni siquiera pasó, yo no estaba con ellas —Dice negando, mirándome como si lo que yo estaba diciendo no tiene sentido.

—Justin —Suspiro antes de seguir mientras una mano descansaba en mi cadera—, yo no soy como las chicas con las que acostumbras a salir. Yo tu nombre, tu fama, tu dinero, todo eso me lo paso por los huevos que no tengo. Yo no me quedaré donde no me aprecien. Y si tú no estás dispuesto a tomar esta relación en serio, entonces yo no tengo por qué hacerlo tampoco.

—Sinceramente no sé qué estoy haciendo mal. No sé por qué estás diciendo todo eso —Sus manos dentro de sus bolsillos mientras se encoge de hombros.

—¿Qué tal si comenzamos por estar hasta las tres de la mañana con un montón de perras qué solo quieren atención? ¿O por preferir irte todo el maldito día y dejar a tu novia sola? Novia a la que ni un mensaje enviaste.

—Mi celular murió —Dice sacándolo rápido de su bolsillo trasero, mostrándome el aparato apagado.

—Le haremos el mismo funeral que le haremos a esta "relación".

Presta más atención a mis palabras.

—¿Qué es lo que estás tratando de decir? ¿Me dejarás? ¿Es eso lo que estás diciendo?

Ahora sus hombros están tensos y su espalda completamente recta. No estoy segura de que siquiera este respirando.

Bajo el rostro sintiéndome derrotada. No, claro que no quería dejarlo. Lo amo. Pero también me amaba yo, y si nuestra relación me iba a traer tantos sinsabores pues tenía que velar por mi bienestar primero. Aunque me rompa el corazón en mil pedazos.

—Te estoy advirtiendo, Justin —Mi voz sale baja. Hasta ese momento me doy cuanta que estaba jugando nerviosamente con mis dedos. Yo no quería, por supuesto que no quería dejarlo —. No me quedaré donde no me aprecien —Repito para que entienda el punto que estoy tratando de defender—. Siento que no te importo. Te pasas la semana siendo perfecto y luego actúas como si estuvieras aburrido de esto.

Veo como sus sneakers se acercan. Esta vez no me muevo o me rehuso a que me toque. Sus manos acunan mis mejillas y alza mi rostro, yo relajo mis facciones y trato de verme lo más seria posible, aún me estuviera rompiendo por dentro.

—Lo siento. Siento mucho hacerte sentir de esta manera, esa nunca ha sido mi intención. Yo sería incapaz de causarte algún tipo de dolor a propósito —Sus ojos mieles penetrando los míos—. Por favor, te lo ruego... no me dejes. Estoy en un punto donde no sé qué sería mi vida sin ti. Yo sé que no tenemos mucho tiempo juntos y te juro que estoy haciendo lo posible por ser el mejor novio del mundo contigo, pero de lo que estoy seguro, más que nada... es de que te amo.

Mi pecho sube y baja por el torbellino de emociones que recorren mi cuerpo en ese momento. Él acababa de decirlo, con sus ojos rogando por que yo dijera lo mismo, con las palabras deslizándose de sus labios con una sinceridad imposible de negar y sus manos sujetando mi rostro fuerte para no dejarme ir hasta que las mismas palabras fueran pronunciadas por mi. Era la primera vez que uno de los dos decía 'te amo'.

—Yo también te amo, Justin —Respondo segura—. Justo por eso es que quiero que esto funcione. No te quiero perder.

—Y no me perderás, nena. Te lo prometo. Por favor, perdóname por ser un idiota. Nunca pienses que estoy aburrido de ti, ojalá yo poder estar contigo las 24 horas del día, los siete días de la semana —Sus brazos me abrazan con necesidad. Pegándome a su cuerpo y dejando un beso en mi cabeza. Acaricia mi pelo mientras me mantiene en sus brazos.

Mi postura se relaja sin siquiera darme cuenta. Lo abrazo fuerte por la cintura, amando como su cuerpo encajaba tan perfectamente con el mío. Mentiría si diría que no es así como quiero pasar el resto de mis días.

—No —murmuro con la voz amortiguada por su pecho—, perdóname tú a mi. Tal vez me he pasado un poco hoy. No fue tu culpa, tú no sabías.

El niega rápido y se aleja para verme a la cara. Sus manos vuelven a acunar mi rostro más yo permanezco abrazada a su cintura.

—Estás en total derecho de reclamar como mereces ser tratada. Por eso es que me encantas tanto, por ese carácter y esa personalidad. ¿Tu crees que no sé qué te importa una mierda mi apellido? Si me tienes que patear el culo fuera de tu vida, lo harás. Por que soy Justin, y eso es todo. Y me amas así, siendo Justin y ya.

—Lo hago —No puedo evitar sonreír un poco.

—Y yo te amo a ti. Exactamente como eres, sin más, sin menos. Eres perfecta, nunca me aburriría de esto. Eres todo lo que quiero.

No me deja contestar. Sus labios se cierran con los míos en un beso suave pero lleno de significado. Me estaba besando con tanto amor que me quise soldar a su cuerpo para que no se detuviera nunca. Mis palmas suben por sus costados y terminan presionadas en su pecho. Esto era por lo que estábamos luchando. Por lo bien que nos hacíamos sentir, por este amor que nos rebozaba el corazón cada día más, por todas las sensaciones que ninguna otra persona  sería capaz de darnos.

—¿Si me dejarás dormir contigo? —Susurra cuando nos separamos por falta de aire, sus ojos cerrados y nuestras frentes unidas.

Río despacio y le doy otro beso antes de responder: —Solo si prometes abrazarme toda la noche.

—Esta y todas las noches de mi vida.

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora