Para mi.
⚠SmutSalgo del ascensor y choco de frente con la persona que esperaba del otro lado cuando camino sin alzar la vista del correo que tenia en mis manos.
—Lo siento —Me disculpo rápido para después mostrar una sonrisa cansada al ver quien era—. Oh, hola, amor —Digo y le doy un pico.
—Hola, preciosa. ¿Como estuvo el trabajo?
—Estresante, agotador, como siempre. ¿A donde vas? —Pregunto con el ceño fruncido cuando veo las llaves del auto en su mano.
—Iba de camino al super a comprar la comida de Príncipe que se ha acabado. Te pediría que me acompañes pero te ves realmente cansada.
—Lo estoy. No te tardes —Digo y lo beso otra vez.
—No lo haré —Es lo último que dice antes de yo palmear su hombro y caminar en dirección a nuestro apartamento.
Cuando estoy dentro lo primero que hago es tirar el correo en la mesa de centro y quitarme los zapatos mientras avanzo a la habitación. Príncipe ha venido corriendo hacía mi y lo acaricio dándole un beso en el lomo en forma de saludo. Me quito la ropa en tiempo record y me meto a la ducha. ¡Dios! Esto era exactamente lo que necesitaba. Estaba cansada y harta de la semana, habia estado trabajando prácticamente trece horas por día desde el lunes y ya ibamos por el jueves. Estaba hecha polvo y con un dolor de espalda terrible. Tardo mas de lo debido en el baño, tal vez mas de media hora y justo cuando estoy envolviéndome en la toalla, escucho la puerta de la sala cerrarse.
—Cariño —Llama Armie desde donde creo es el pasillo.
—¡Estoy en el baño!
Él aparece unos segundos despues con una bolsa en la mano.
—Ven, he traído algo.
—Déjame cambiarme.
—No, así estas perfecta.
Él sonríe y me toma de la mano para encaminarnos hacia fuera del baño y dejar la bolsa al lado de la cama.
—Has estado trabajando mucho estos días —Comienza poniendo sus manos sobre mis hombros y mirandome a los ojos—. No me gusta verte tan cansada. Por eso ahora quiero que te relajes, te acuestes boca abajo en la cama y me dejes consentirte un rato.
Sus manos se deslizaron por mis brazos lentamente, volvieron a subir hasta mi cuello y se inclino para dejar un beso en ese espacio al mismo tiempo que deshacia el nudo de mi toalla y esta caía al suelo.
—Te prometo que te sentiras mucho mejor —Me dio una de esas sonrisas que me derretían y yo asentí encantada —Recuéstate.
Hice lo que dijo y me acosté en la cama boca abajo, no me daba pena estar desnuda frente a él, teníamos un año juntos y Armie se había encargado de demostrarme que era más que la mujer perfecta frente a sus ojos. Nunca me sentía mas cómoda y hermosa que estando a su lado.
Una vez estuve acostada, acomodé mi cabeza para ver que hacía . Lo vi sacar varios botes de la bolsa que parecian ser aceites e inciensos.
Se acercó a mi y tomó dos almohadas, colocó una bajo mi cabeza y otra bajo mi pelvis.
—¿Qué vas a...?
—Tu solo vas a relajarte y a dejarme trabajar, ¿de acuerdo? —Ordena y besa mi hombro.
Se remanga la camisa hasta los codos y sonrio por la expectativa de lo que hara. Saca un encendedor y prende el incienso, la habitación no tarda en llenarse de un rico olor que consigue relajarme y hasta me hace cerrar los ojos. Siento como esparce un líquido en mi espalda y lo siguiente son sus manos sacándome unos cuantos suspiros cuando acaricia y masajea de mis hombros a mi espalda baja.