Cute but rude.
Anne x Tom💕Anne estaba sentada en la última mesa de la cafetería. Con una mano trataba de flojar la cola en la que tenía el pelo recogido y con la otra sujetaba el celular, cuya pantalla brillaba con la información de su horario para el semestre próximo. Tenía que realmente tener vocación para las leyes, por que la universidad estaba consumiendo todo su tiempo y energía, no sabía cómo no había desistido de tener una carrera y "ser alguien en la vida".
Bebe de su jugo fruit punch mientras sigue viendo cuáles días tendría sus materias favoritas.
La cafeteria estaba mas ruidosa de lo normal hoy, quizas por que estaban a mitad de su ultima semana antes de vacaciones de primavera. Suspiró y trató de enfocarse en lo que leía. Esa era la razón por la qué, durante los dos años que tenía acudiendo a esa universidad, se sentaba en la última mesa, la que estaba mas alejada de todo el bullicio y de los jóvenes con las hormonas revueltas. Tenía sólo cuatro sillas, la que ella ocupaba, la que cargaba su mochila, en la que ponia sus pies y la que guardaba para su novio. Dejaba desocupada la que estaba pegada a la pared a propósito para que nadie se sentara hasta que Tom llegara. No es que fuera una antisocial o pesada, solo que le gustaba mucho su tranquilidad.
—¿Me puedo sentar?
Quita la vista del aparato entre sus manos, fijándose en los Jordans negro con rojo y antes de llegar al rostro de la persona, ya sabía quien era. Lo mira un segundo y luego simplemente lo ignora, siguiendo con su jugo.
—Anne —La llama otra vez.
Ella rueda los ojos y suspira. ¿Tenía que ser más obvia? Él estaba muy consciente de que no era de su agrado. Que fuera amigo de Tom no significaba que tambien sería amigo de ella. Y ni siqueira sabía si Tom lo consideraba amigo o no lo había mandado a la mierda por que era demasiado amable para eso... pero a ella le importaba muy poco.
—Está ocupada, busca otra mesa.
—Están todas llenas. Tienes tres sillas aquí vacias, quita tus pies —Le responde con exigencia.
—Te pago el pase, ¿pa la mierda o pal carajo? —Esta vez si lo mira, con la misma felicidad de una persona a punto de ser ejecutada.
Pero antes de escuchar su tonta respuesta, en cambio oye una inconfundible risa desde su izquierda. Tom llega besando su frente y quitando sus piernas de la silla delicadamente, con una pequeña sonrisa surcadole el rostro.
—¿Como estan? —Saluda, moviendo la mochila púrpura hacia la silla a la pared para sentarse al lado de su chica— Sientate, Jake —Le apremia, sonríe mientras Anne rueda los ojos.
Jake toma asiento, negando.
—Eres tan bonita. Pero tienes una actitud de mierda.
—¿Quién?
—Tu —Responde obvio.
—Te pregunto —Tom no evita la risa a la respuesta de su novia. La palma de su mano choca con su frente, esta mujer ya era un caso perdido... y como le encantaba aquello.
—¿Amigo, como la aguantas? —Pregunta con tono exasperado.
Tom vuelve a reír y la besa en la mejilla.
—Eres irritante, en serio —Jake luce desconcertado. Nunca había visto una chica ser tan descarada.
El británico hubiera intentado decir algo a favor de su novia, pero estaba seguro de que ella no necesitaba refuerzos, sabía defenderse muy bien sola, incluso mejor que él.
—Cuando tu opinión pague mis billes, me la das. No afecta mi vida lo que los demás piensen de mi. No busco caerle bien a todos —Dicta segura. Era totalmente cierto, no esperaba que nadie la viera como una perita en dulce, la vida es mas complicada que eso. Habían cosas más importantes que preocuparse por cada comentario que cada ser, con o sin cerebro, hiciera de ella en el mundo.
—¿Y Tom? —Su voz sonando un poco mas pausada— ¿No importa lo que piense él de ti? ¿O él si te paga los billes? —Jake actua socarron ahora, como si ese comentario le hubiera asegurado la victoria.
—Me paga los billes, me lo da como nadie nunca me lo ha dado y me trata como reina —Anne practicamente escupe aquellas palabras, más su semblante permanece tan tranquilo como siempre. Se cruza de brazos encongiendose de hombros—. Y mira que irónico que él hace todo eso y nunca se ha quejado de mi actitud... Solo quiere mi amor a cambio.
Permanece mudo.
—Jake, créeme, esta es una batalla que no ganaras, amigo. Dejemoslo así —Thomas habla. Mejor advertirle al chico que no tendría más opciones, Anne no era fan suya y no dudaría en decirle dos o tres cosas.
—No, ¿sabes qué es lo que pasa? —La chica expresa con tono cansado— Que estoy cansada de la generación de idiotas que se está formando. Inseguros de mierda que tratan de esconderse tras la arrogancia y la autosuficiencia, y quieren mantener a las mujeres atadas de pies y manos. Tú podrías conseguir una chica que diga todo eso de ti tambien, Jake; pasará justo después de que tu ego baje dos mil puntos y dejes de creer que todas las chicas estan buscando tu validación. Malas noticias, hermano: ninguna mujer quiere salir con un patan que no sabe cuál es su lugar.
Si, puede que le haya tenido todas guardadas a Jake. Desde la vez que hizo aquel comentario tan asqueroso acerca del rol de las mujeres en una casa, que iba solo desde "cocinar tan bueno como mi abuela" a "y tragarsela". Así que tal vez se haya pasado, pero no se arrepentia de ninguna palabra.
Tomó su mochila y se paró dando la reunión por terminada.
—Estoy en la biblioteca, bebe —Fue lo último que dijo antes de comenzar a caminar a paso doble.
—Debiste de sentarte en otra mesa, amigo —Tom se levantó para seguir el mismo camino.
Alcanza a Anne cuando esta va ya por la puerta. Salen juntos y él la atrapa rodeando sus hombros con su brazo.
—¿Le apetece un frappe a mi bella novia?
Anne rueda los ojos con diversion.
—Pues ya que me han hecho dejar mi cóctel de frutas —Dice haciendo pucheros.
—Lo se, hermosa.
Ella se detiene un momento para mirarlo. Choca con sus brillantes ojos marrones y se acerca dándole un buen merecido beso. Tom pone una mano en su cintura y con la otra le quita la mochila para él llevarla, ella aprovecha que tiene ambas manos libres y sujeta su rostro.
—¿Ya no tienes clases hoy, verdad? —Estaba segura que la respuesta era no.
—No. ¿Peliculas y cervezas? —Sugiere sonriente.
—¿Harrison y los gemelos?
—Suena a buen plan.
—Estoy dentro —Anne asiente.
Pegan sus labios otra vez y él termina besando su mejilla.
—Soy el único que puede domar a esta fiera —Murmura el chico sonriendo, sintiéndose orgulloso de la mujer que tenía de compañera.