9. KJ Apa

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Perfecto.





—Ven, ya deja de moverte.

Le reclamo por decima vez. Este hombre era peor que un niño de dos años. Me pellizco el puente de la nariz antes de hablar otra vez: —James, toma las flores. Te hare una foto con ellas aunque eso sea lo ultimo que yo haga hoy. 

Trato de sonar ruda pero eso no causa algún efecto, KJ sigue haciendo payasadas y no toma lo que le digo en serio. Resoplo y decido  trabajar con lo que tengo: un novio tonto y la luz del sol. Tomo la cámara en las manos y enfoco el lente mientras busco un buen ángulo. Le había pedido a James que fuera mi modelo para estrenar mi nueva adquisición, de la que estaba muy orgullosa por cierto, por fin compraba la cámara de mis sueños y no había parado de usarla desde que me llego esta mañana. El día estaba hermoso y quería aprovechar pero KJ no estaba siendo de mucha ayuda. 

—Haz una linda pose, no te quedes parado como tonto.

—Nena, estoy posando. Esto sale natural —Comenta con burla.

Comienzo a tirar fotos mientras él solo sonríe y pone una flor en su cabeza y la otra en su boca. Ruedo los ojos por su idiotez aunque una pequeña sonrisa se me ve en el rostro. Tomo unas treinta capturas y bajo la cámara.

—¿Quede lindo?

—Cierra la boca.

Busco la galería y me sorprendo cuando veo las imágenes. ¿Como es que pudo haber salido bien en todas y cada una de las fotos? Se veía perfecto. Si que era buena fotógrafa, definitivamente. Él se coloca a un costado al ver la mueca que hago.

—¿Como puedes ser tan perfecto? Hasta la luz se acomoda a ti.

—Y luego te quejas. Te dije que salía natural —Sonríe socarrón.

Giro mi rostro en su dirección y me encuentro con sus bonitos ojos marrones mirándome con diversión. La verdad es que no me podia quejar, solo bastaba mirarlo para saber que me había sacado la lotería de los novios. Aun así merecía mi crédito, yo tome la foto.

—No todo fue trabajo tuyo, la cámara está en mis manos.

—Y estoy totalmente de acuerdo, eres la mejor en lo que haces, preciosa —Acepta besando mi mejilla y abrazando mi cintura—. Y como fui un buen novio y deje que me usaras como tu muso gratis, creo que merezco un agradecimiento.

—¿Si? ¿Como que, según tu?

—¿La heladería de la esquina que tiene esos helados gigantes de caramelo y chocolate?

—¿Pero el premio es para ti o para mi? —Cuestiono sonriendo, yo era la fanática del helado en esta relación.

—Para ambos. Se que te pondrás feliz y si tu eres feliz yo soy feliz —Gira mi cuerpo totalmente y ahora nos encontramos de frente. Sus manos sujetan mis costados y me veo obligada a dejar la cámara colgar para llevar mis brazos a sus hombros.

Entrecierro los ojos hacia él pero solo se queda mirándome inocentemente.

—¿Que quieres, Keneti James?

—¿Que? —Pregunta haciéndose el ofendido— ¿No puedo consentir a mi novia?

Lo miro dudosa pero igual me encojo de hombros: —Claro que puedes, mi amor. Lo siento, si quiero ir por ese helado.

Sujeto su mano y emprendemos nuestro camino.

—Tengo las llaves del carro pero no las del departamento, acuérdame buscarlas cuando lleguemos, Lisa me dijo que no se levantara a abrir otra vez.

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