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Guys my age.
Alex x Heaven💕El marco vibra cuando cierra la puerta con la fuerza de Superman. Está cabreada. No. Está más que cabreada. ¿Es que en algún momento iba a dejar de fijarse en idiotas que no saben ni dónde tienen las bolas?
Tira su mochila en el sofá y lanza sus zapatos a no sabe donde. Mientras camina a la cocina se detiene a ver su patético reflejo en el espejo de la repisa. Se observa unos segundos y se retira el pelo de la cara para verse con claridad.
No. Por más que buscaba no encontraba que podría estar mal. Es decir, no era perfecta pero no estaba fea. Tenía lindas facciones y estaba muy cómoda con sus curvas. Era la mejor estudiante de su grupo y se consideraba buena persona, así que tampoco lo intelectual podría ser la razón.¿Entonces por que los tres chicos con los que había salido en sus veinte años de vida terminaron siendo completas decepciones? ¿No era suficiente? ¿Era tan difícil de amar o que?
De repente sus ojos caen en un JUUL con un estúpido diseño de Fortnite. Esto sin duda era de su, ahora, exnovio. Rueda los ojos cogiendo el aparato en su mano y tirándolo en la basura. Y todo queda claro en su mente: los chicos de su edad no sabían cómo tratarla.
Claro, dos de su edad y uno solo un año mayor. Lo había estado pensando últimamente también. Quizás el amor de su vida era un poco mayor, por que definitivamente no congeniaría nunca con los chicos de su edad, los encontraba demasiado atrasados para ella.
Era una mujer independiente, con metas claras, decisiones precisas y sin tiempo para perder. Y los hombres de su edad, o la mayoría de ellos, estaban muy lejos de compartir su mentalidad. Y ni hablar de la falta de experiencia a la hora del sexo, cree que ni mezclando todas su relaciones sexuales llegaba a sacar un solo orgasmo.
Suspira y decide ahogar sus penas. Consigue llegar a su habitación y allí se cambia los jeans y la camisa por un vestido rojo ligero. Se calza con flip flops y hace su camino hacia la cocina. Ahí encuentra una botella de whisky escocés. Con la bebida en una mano y un vaso en otra sale al patio trasero. Se sienta en una de las sillas que más le permite disfrutar del poco sol que hace, por que parece que la nube gris a la derecha piensa seguir creciendo.
Heaven no se queja de la vida que tiene. Se mudó a Reino Unido a hacer la carrera de Sociología dos años atrás, vivía con su prima Leslie en una cómoda casa de dos cuartos que no quedaba a más de cinco minutos en auto de la universidad. Estaba haciendo lo que quería hacer, no tenía los complejos típicos de las chicas de su edad por que se cuidaba mucho de las cosas a las que le dedicaba su energía pero de lo que no tenía control ninguno era de su vida amorosa. Era un desastre. Tenía que comenzar a elegir a verdaderos hombres si quería ver un cambio notorio.
El sonido familiar de la moto del vecino la espanta por un segundo. Gira el cuello unos grados para verlo entrar al garage y luego mira el gran portón blanco cerrarse en automático. Sonríe cuando la imagen del lindo británico aparece en su mente. ¿Por que no podía conseguirse un tipo como ese? Diez años mayor que ella pero estaba muy segura de que él si sabría cómo hacer que una mujer se quedara a su lado. Alto, encantador, educado, trabajador, guapo y con sus prioridades muy claras. Como debía ser.
Pérdida en sus pensamientos no se da cuenta cuando él rubio sale a donde se encuentra hasta que escucha un "hey" a unos pasos de ella. Tenían un patio compartido por que las casas se encontraban relativamente cerca y no se habían molestado en poner una cerca para no reducir más el espacio.
—¿Que te cuentas? —Le devuelve el saludo sin mucho ánimo.
—¿Examen estresante otra vez? —Pregunta con una pequeña sonrisa. Las manos dentro de sus bolsillos y la cabeza inclinada a un lado. Se queda atontada mirándolo pero consigue que su cerebro busque las palabras para contestar.