7. Prince Harry

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La pareja perfecta.


—Espera, se ha doblado una medalla —Llevo mis manos hacia su pecho para colocar el colgante en la posición correcta—. Ya, estas perfecto —Sonrío y casi me acerco a darle un beso pero recuerdo que no puedo mostrar afecto en público y doy un paso hacia atrás. Él suelta una carcajada cuando cae en cuenta de lo que iba a hacer.

—También quiero besarte —Susurra con una sonrisita que acompaña con un pequeño puchero.

—No, no hagas eso. Quiero dar una buena impresión —Si seguía haciendo esa cara y mirándome de esa manera no solo haría besarlo delante de todos.

Estábamos en un evento realizado en honor a los veteranos de guerra. Era mi primer evento oficial como prometida de Harry y todos estaban esperando verme inmaculada y siguiendo el estricto protocolo real.

No estaba nerviosa pero si un poco ansiosa. Había sido difícil acostumbrarme a lo que debo y no debo hacer. La forma de saludar; el estilo de ropa que debo llevar; que si los guantes en eventos oficiales, y odio llevar guantes; el tipo de peinado; que si no puedo hacer este u otro gesto; no muestras de afecto en público, eso era lo más difícil de todo. Soy cariñosa de más por naturaleza, se me es inevitable no acariciar su mejilla, agarrarlo por la cintura o pegarme a él cuando me sujeta por la espalda. Ese era el tema de conversación favorito de los medios, que siempre íbamos sujetados de la mano o abrazados. A mí no me importa y a Harry menos, que siempre era el que tomaba la iniciativa.

—Bésame ahora, nadie nos ve. Corre, ven —Dice y acerca su rostro al mío. Yo rio un poco más alto de lo correcto y me alejo sin dejar que se acerque lo suficiente. Claro que nos ven. Había como mil pares de ojos y el doble de cámaras— ¿Ves? Te ves más bonita así. Riendo y relajada. Lo harás bien, mi amor —Sonríe y toma mi mano para dejar un beso en ella.

La sonrisa de tonta enamorada que me comienza en una oreja y termina en la otra solo hace ensancharse. Asiento y suelto un suspiro.

—Si ves que comienzo a tartamudear o a hiperventilar, corre y haz como que me estoy muriendo. Así la gente se asusta y no se burla.

Esta vez la carcajada es de Harry. Se ríe tanto que su rostro se pone más rojo de lo normal... y eso es mucho decir.

—Ay, por Dios, no. Harry, vas a explotar —Pongo cara de asustada y lo ventilo con mi mano. Estaba demasiado colorado, eso no puede ser normal.

Verlo así era una de mis cosas favoritas. Y él se ponía rojo literalmente de todo. Sonrojo, haciendo ejercicio, riendo o simplemente por estar dos segundos al sol. Era lo más lindo y tierno de ver, su pelo se veía a un más llamativo cuando su cara estaba toda colorada.

—No puedes ponerte así cuando tienes barba. Es naranja, rojo, naranja —Digo mientras señalo cada parte de su rostro con su respectivo color. Explotamos en risas otra vez. Él tiene ambas manos a cada lado de mi cintura y se arquea hacia atrás cada vez que ríe.

—Príncipe Harry, Señorita, la ceremonia está a punto de empezar —Escuchamos detrás de nosotros y Harry asiente hacia la organizadora.

—Gracias —Dice y vuelve su vista hacia mí—. Estarás perfecta, como siempre.

Mi primer discurso, como si la aparición como prometida no era suficiente presión. Estaba encantada de hablar en este evento, mi papá también fue militar y les tenía un respeto enorme a estas personas. Pero hablar ante toda esta gente, con todas esas cámaras. Todos pendientes de cada palabra, de cada gesto, hasta de la forma en la que caminara hasta el estrado.

Nos dirigimos hasta la primera fila y tomamos asiento en las dos primeras sillas, Harry quedando en la esquina. Saludo a unas cuantas personas que quedan cerca y trato de no verme tan mecánica. La ceremonia comienza, dan la bienvenida y luego del discurso de iniciación es mi turno de hablar.

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