Smut⚠️
Madruguemos.Fabuloso. Estaba excitada.
Jodidamente excitada.
Eran las cuatro de la mañana, por Dios. ¿Que se supone que haría? ¿Masturbarse?
Da dos vueltas en la cama buscando una posición cómoda para volver a dormir. Tal vez si simplemente ignoraba la molestia entre sus piernas, el sueño volvería a ella nuevamente. Solo esperaba que su mente no creara el mismo escenario erotico donde Taron la tenía amarrada a una cama mientras la embestía ferozmente. ¡Santo Jesús! Tenía que dejar de pensar en eso.
Dos vueltas más. A este paso lo único que conseguirá sería caer de la cama. Mal día para dormir en bragas, eso la hacía más sensible a los roces. Y no podía creer que literalmente estaba mojada. Nunca le había pasado esto, no al punto de realmente manchar su ropa interior. No por un simple sueño, al menos.
Decidida a seguir durmiendo, se coloca de lado y abraza la almohada. Pero como la noche pretendía ser realmente larga, siente como Taron se mueve detrás de ella y lo siguiente es su pecho caliente pegado a su espalda, su brazo alrededor de su cintura y maldita sea, su miembro aplastado contra su culo.
Aún si hubiese querido ignorarlo, no habría funcionado. Antes de darse cuenta, se encuentra restregándose contra él. Se sentía tan bien que casi suelta un gemido. ¿Pero que estaba haciendo? No. No podía ser tan egoísta. Eran las cuatro de la madrugada y Taron tenía que levantarse a las seis de la mañana para tomar un vuelo a Mexico para una gira de promoción. Ya habían tenido algo de acción en la tarde, no podía pensar solo en ella y no dejarlo descansar.
Respira y trata nuevamente de deshacerse de esos pensamientos. Intenta salir de entre los brazos del rubio y lo hubiese conseguido si no es por que él la sujeta más fuerte y entierra su cara en su cuello, haciendo que su respiración pausada causara un cosquilleo en su nuca. Esto iba de mal en peor. Como si no fuera ya suficiente, Taron desliza la mano bajo su blusa de tirantes y, en una acción nada extraña que solía realizar muy seguido cuando estaban de cucharita, acuna uno de sus pechos. Esta vez el gemido es imposible de aguantar, el solo contacto de su dura mano en un lugar tan sensible la hace ver prácticamente estrellas. Lo necesitaba, lo necesitaba tanto que ya no podía detenerlo más.
Gira sobre su cuerpo y antes de que Taron se queje por haber quitado su mano, ella está de frente hacia él. Lo piensa una vez antes de despertarlo cuando el enreda sus manos en su cadera y sigue durmiendo como si nada. Pero la presión en sus piernas es la que la está controlando y tímidamente acerca su boca a la de él. El beso es virgen pero presiona sus labios con fuerza. Taron tararea en aceptación pero no hace nada más.
Desesperada por algo de atención, vuelve a besarlo. En esta ocasión un beso más necesitado. Agarra su cara entre las palmas y se pega hacia el fornido cuerpo, ansiando algo de contacto. Ronronea al sentir el bulto a penas perceptible chocar con su vientre.
—¿Nena? —Pronuncia teniendo que romper el beso para poder hablar. La voz ronca y sonando confundido, los ojos prácticamente cerrados.
—Te necesito, bebe —Ella murmura casi sonando avergonzada.
Taron mira a su chica con el ceño fruncido. Ve sus ojos abiertos de carrocho y le parece hasta tierna la forma en la que le ha confesado que desea ser follada, por que eso era lo que su mirada pedía a gritos.
—Perdón, se que te tienes que levantar tempra-
—No, silencio —La interrumpe con una pequeña sonrisa. Ella no puede evitar sentirse mal cuando ve sus ojos asueñados—. Ven aquí, muñeca. No es una molestia.