Si, voy a hacer un esfuerzo y voy a tratar de terminar esta historia lo mas pronto posible, ya que va por el capítulo 31
Narra Carolina
Después de la universidad volví hacia la casa de Agustín, quien al parecer seguía enojado conmigo por no aceptar su regalo.
Cuando entré él estaba en el cuarto para hacer gimnasia, creo que olvidé mencionar que también existe ese cuarto.
Estaba sin camisa otra vez y unos shorts mientras hacía abdominales, la verdad que Agustín se pasa horas aquí, cuida mucho su cuerpo porque además come comidas no muy buenas entonces por lo menos hace ejercicio.
- Agustín - Hablé de repente para que me viera.
- Me asustaste ¿Qué quieres?
- ¿Podemos hablar?
- Estoy ocupado.
- Sólo unos minutos.
- Habla, estamos solos - Dijo mientras seguía haciendo abdominales.
- ¿Puedes mirarme cuando te hablo?.
- Agh, está bien - Dijo dejando de hacer abdominales y mirandome a la cara.
- Ahora si, no me gusta que estés enojado conmigo.
- ¿Quién dijo que estoy enojado contigo?
- Es muy obvio, estás super cortante.
- De todas maneras ni te importa porque no te importa si yo te hablo o no.
- No entiendo porque dices eso, me importa si me hablas.
- ¿Estás segura?
- Si claro.
- ¿No prefieres que no hablemos?
- ¿De que hablas?
- Muero de ganas de besarte - No sabía que hacer en ese momento, estaba en shock, no podía creer que haya dicho eso.
- Eh...yo...
Y no dije nada mas, porque se acercó y me besó, no fue un beso tranquilo, mientras me besaba empezó a caminar hasta dejarme en la pared y él acorralándome.
Sinceramente estuvimos un largo rato así hasta que reaccioné y me separé de él.
- ¿Qué pasa? - Preguntó Agustín.
- Esto no está bien.
- ¿Por qué?
- Porque no, somos diferentes, tú además eres mujeriego y yo.....no quiero que juegues conmigo.
-Em...bueno, tienes razón, perdóname. - Se fué del cuarto y quedé ahí sola pensando y pensando.
Esperaba que me dijera que él no quería jugar conmigo, que no me iba a tratar como a las demás, que iba a cambiar, algo por lo menos, pero no, está aceptando que no cambió y que no quiere cambiar, que sólo me quiere para un rato y ya.
La verdad me puse algo triste por haberme creído en algún momento que me quería, que quizás se estaba enamorando de mi, porque por momentos creía eso y no sé porque, no sé en que momento pude pensar eso pero ahora ya está, ya me dejó bien claro lo que significo para él, no sé si podré seguir trabajando en esta casa después de lo que acaba de pasar.
***
Bueno como ven aparecí ahre, perdón por estar tan inactiva pero estoy tratando de empezar a actualizar un poco seguido ya que quiero terminar esta historia.
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Enamorado de mi empleada |AGUSLINA| ❤
Novela JuvenilHistoria sobre Agustín Bernasconi y Carolina Kopelioff