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Ambos se separaron del beso. Y ambos estaban más rojos que un tomate.
Pero Sumire no podía ocultar su felicidad y tomó por los cachetes a Midoriya.

—¿Por qué eres tan lindo?— la pelinegra le dió un corto beso a Midoriya en sus labios.

Pobre Izuku, estaba demasiado rojo.

Sumire se sentó en el columpio en el que estaba anteriormente y tomó las flores. Izuku se sentó en el otro columpio.
Comenzaron a hablar sobre cómo estuvo el día de Midoriya, hablaron sobre las clases que tuvo el pecoso y sobre las cosas nuevas que había aprendido.
Sumire le prestaba atención y lo miraba fijamente a los ojos con una sonrisa. Mientras que Izuku de vez en cuando desviaba la mirada y sonreía tímidamente.
La pelinegra pensaba que Izuku era la persona más pura e inocente que hay en el mundo.

—Ah, sobre las flores...— decía Izuku mientras rascaba su mejilla —No... N-No sabía cuáles eran tus flores favoritas... Así que compre esas... P-Porque se parecen al color de tus ojos— Sumire nunca había sonreído tanto en un día, se sentía afortunada de tener a un novio tan lindo cómo Izuku.

De repente, Midoriya comenzó a murmurar sobre las diferentes flores que quería comprar para ella, tulipanes, orquídeas, girasoles... etc. Sumire soltó una risilla. Tomó la mano de Midoriya, logrando sacar a este de su trance.

—Te voy a decir un secreto— Sumire miró a todos lados, confirmando que solo estaban ellos dos —Puede que no lo parezca, pero me gustan las flores, mis favoritas son las magnolias— la ojiazul sonrió abiertamente.

"Cuando está feliz, no para de sonreír" pensó Izuku, para más tarde anotarlo en su libreta dedicada a Sumire.

Después, prosiguieron hablando sobre su día. Sumire le contaba lo que pasaba en la guarida y de lo aburrido que era estar ahí.
Claro que le contó sobre lo molesto que era Dabi y que la había sacado de sus casillas en tan solo dos días.

—Incluso lo amenace de muerte— decía Sumire, mientras tocaba con delicadeza una de las flores.

Izuku se sorprendió, pero, estaba celoso. Sin embargo, no iba a decirle que estaba celoso a ella. Se lo iba a guardar.

—Eh... S-Supongo que está bien que lo hayas puesto en su lugar— el pecoso comenzó a balancearse, Sumire imitó su acción.

Hubo un silencio. Pues al parecer, Sumire no esperaba esa reacción por parte del pecoso. Pensó que iba a ponerse celoso, y al parecer, debía dejar de leer esos mangas shoujo que le llenan la cabeza de ideas erróneas.

—Te lo cuento por qué te tengo confianza— soltó Sumire.

Dejaron el tema de Dabi a un lado y comenzaron a hablar sobre otra cosa, de vez en cuando Sumire tomaba a mano de Izuku, por qué le gustaba ver su reacción. Pero también le encantaban sus manos suaves y que encajaban a la perfección con las de ella.
Poco a poco Izuku perdió la timidez y comenzaba a hablar normal. A veces reían, por qué Izuku contaba anécdotas graciosas sobre Denki.

—Te quiero— soltó Sumire de la nada. Agachando la cabeza para ocultar su sonrojo.

— Y-Yo igual— el móvil de Izuku sonó, era su madre, preguntándole donde estaba y que ya casi iban a dar las 10:00pm, cuando en realidad eran las 8:43pm —Ya debo irme— Sumire asintió.

Aunque en realidad quería estar más tiempo con el.

—Entonces... Te veo mañana— Sumire se levantó del columpio y se despidió de Midoriya con un corto beso. El sonrió y se despidió con un ademán.

La pelinegra apenas dió tres pasos en la direccion contraria hacía Midoriya, despues, se detuvo, se giró y fue corriendo hacia Midoriya, quién estaba de espaldas y lo abrazó, sorprendiendo a Izuku.
Sumire besó la mejilla de el pecoso, causando un leve sonrojo por parte de el.

when it comes to you ; midoriya izukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora