1

8K 491 166
                                    

En una fría tarde, Sumire observaba desde un techo a su presa; Midoriya Izuku.
Colocó su mano sobre su cubre bocas, lista para quitárselo y matar a todo aquel que esté cerca de ella, incluyendo a Midoriya. Pero algo la detuvo, algo en ella le decía que debía dejarlo vivir, retiró su mano del cubre bocas y simplemente se quedó observando.
Ella estaba curiosa, sobre por qué alguien se esforzaria mucho en cumplir sus sueños, si al final estos nunca se cumplen. Hizo una mueca con su cara y se sentó a orillas del techo, bien dicen que un mínimo error, por más insignificante que sea, puede causar un problema más grande. Y el error de Sumire fue que algo se calló del bolsillo de su sudadera negra, Midoriya rápidamente buscó al dueño de ese algo, y solamente encontró los azules ojos de Sumire, que parecían tener luz propia, y de repente, esta desapareció.
Midoriya, algo confundido, fue hacía donde estaba Sumire segundos atrás y no había rastro de ella, como si se hubiera esfumado.

Mientras tanto, Sumire se encontraba en una tienda para comprar algunas golosinas. Se estarán preguntando ¿Como pudo llegar tan rápido a una tienda? La razón es sencilla, ella posee dos quirks, uno de ellos es la teletransportación.

Ella caminaba tranquilamente por las calles, a lo lejos, parecía una chica misteriosa y algo en ella te hipnotizaba. Sumire no era consciente de su belleza, nunca se consideró bonita, pero tampoco piensa que es fea.
Caminaba mientras se dirigía a un parque comía, escuchaba música y a la vez estaba pensando, pues a pesar de su apariencia fría y misteriosa, es una chica soñadora. Siempre quiso entrar a la UA, pero debido a la mala influencia que recibido, su solicitud fue rechazada.

—Midoriya Izuku ¿Eh?— Sumire se subió a un árbol hasta llegar a la copa de este, solamente para ver el atardecer, se sentó en una rama —Que envidia— soltó una pequeña risa —Disfruta cada maldito segundo de tu vida, por qué pronto se acabará— y así, solamente disfrutó de la vista.

• • •

Llegó a su "hogar", siendo recibida por Shigaraki Tomura.

—¿Donde estabas?— preguntó Shigaraki, mientras se rascaba el cuello.

—Haciendo la misión que no has podido hacer— respondió Sumire, de mala forma. En segundos, Shigaraki ya se encontraba insultandola, y lo único que ella hizo fue desaparecer.

Apareció en su habitación, sentada en su cama. Y sin razón alguna comenzó a llorar.
Comenzó a maldecir la asquerosa vida que le tocó. Maldecía el día en el que sus padres la vendieron a la liga de Villanos. Nadie conoce suficientemente bien a Sumire, por qué todos ven lo superficial, nadie se toma el tiempo de conocerla como realmente es. Por eso odia a las personas, por solo fijarse en el físico, pero a pesar de todo, ella sigue creyendo que por ahí afuera habrá una persona que la quiera por como es, y la aceptará con su actitud de mierda.

• • •

Midoriya Izuku sigue pensando en aquellos hermosos ojos azules que vió. Ya pasaron horas y sigue pensando en los ojos de esa misteriosa chica. El se encontraba en su casa, cenando con su madre.
Al terminar de cenar, el llevo los platos de ambos al lavabo y comenzó a lavarlos, mientras tanto el comenzó a pensar sobre el quirk de la misteriosa chica.

—¿Podrá controlar el agua?— se preguntó, pero en seguida negó con la cabeza.

Una vez que terminó de lavar los platos, se fue a su habitación.
Una vez ahí, el comenzó a repasar todos sus apuntes sobre los héroes y algunos de sus compañeros y así, se quedó profundamente dormido.

when it comes to you ; midoriya izukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora