Capitulo 39

1.1K 43 5
                                    

CAPÍTULO 39

Oh por Dios. Que ridiculez. ¿Zayn es mas “lindo” que yo? No lo creo ¿Yo soy lindo? Si… Estoy seguro de que si lo soy. Digo, todas la jodidas chicas lo dicen ¿Por qué no lo nota ella? Zayn no se la merece… Aparte, a él le gustan las rubias, creo.

—Ana, es imposible —podía jurar que estaba virando los ojos. Y ya no quería seguir escuchando sus cotilleos estúpidos acerca de Zayn. Me acerqué a la puerta de la entrada, la abrí y la cerré ruidosamente para que advirtiera que ya estaba allí. —Luego te hablo, te quiero mucho.

— ¿____, estás aquí? —pregunté torpemente. Seguramente se le haría extraño que dijera eso, los días anteriores nadie se preocupaba mucho si el otro estaba presente.

—Sí, aquí estoy —murmuró. Salió de la cocina y caminó hasta el sillón sin verme siquiera. ¿Acaso va a seguir con esta mierda? No, claro que no.

— ¡¿Que se supone que pasa por tu torpe cabeza?! —grité. La tomé por los hombros, sorprendiéndola antes de que lograra llegar a la sala. Ella se quedó inmóvil un segundo mientras sus ojos buscaban los míos.

— ¿A qué te refieres? —preguntó nerviosa.

—a todo esto. A todo lo que ha estado pasando últimamente ¡Es un mierda! ¿Por qué demonios no me hablas? ¿Que no se supone que “todo estaba bien”? ¿No éramos mejores amigos?

— ¡No me eches la culpa a mí! —gritó también, un poco más fuerte que yo. Se soltó de mi agarre y me miró con ojos furiosos— tú ni siquiera me mirabas ¿Por qué te iba a hablar si parecía que te molestaba con cada puta palabra?

— ¡Yo no te hablaba porque tú no me hablabas! —grité también, más fuerte solo para no perder contra ella. Ahora ambos parecemos estúpidos. Me sostuvo la mirada furiosa unos segundos, después su rostro se suavizó poco a poco y soltó una carcajada de repente con esa maldita risa que me hará reír siempre. Entonces todo rastro de pelea se borró y estuvimos riendo cómo por dos minutos. — Deja de reír tonta, me duele el estomago.

—Lo siento —me miró con cara de perro lastimero— ¿No me odias?

— ¿Cómo te voy a odiar, estúpida? Te quiero mucho —admití. Ella sonrío abiertamente y se lanzó a mí con los brazos abiertos para abrazarme.

—yo también te quiero mucho, James. Mucho, mucho. —murmuró contra mi hombro. La estreché aun más fuerte y aspiré con anhelo el dulce aroma de su cuello deseando que aquellas palabras tuvieran otro significado.

— ¿Ahora está todo bien, en serio?

—sí, te lo juro.

Nos separamos con una lentitud casi exagerada, como si ninguno de nosotros quisiera deshacer ese abrazo.

—Te tengo un regalo —dije. ___ me miró con los ojos brillantes.

— ¿Qué es?

—la cosa más importante de toda la maldita lista.

— ¿Fumar marihuana y tener sexo con cinco hombres? —preguntó rápido, con los ojos bien abiertos y con una sonrisa muy grande. Mi corazón se paró, está a punto de darme un ataque. Lo siento llegando a mi cuerpo, sé que tengo la cara de trauma más grande de todo el mundo pero… ¿Tener sexo con cinco hombres? ¿Fumar marihuana? Eso no puede ser cierto, jamás le ayudaré en algo así ¡Nunca!— por Dios ¡Estaba bromeando!

—Gracias al cielo —de acuerdo, me escuché demasiado contento respecto a que aquello fuera mentira— pero no, es robar dulces, porque tú dijiste que…

— ¡¿Me vas a llevar a robar dulces?! —gritó. Ahora estaba completamente emocionada con algo totalmente normal. Eso sí que lo podía soportar. Asentí y ella se emocionó aun más— ¿En serio? ¡Oh Dios mío! Esto es tan asombroso, voy a llorar, lo voy a hacer ¿Cuando, cuando vamos a ir? ¡¿Cuando?!

La Lista (Niall y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora