Capítulo 57
Mierda. Mierda. Mierda.
No sabía qué hacer, no sabía que decir, ni siquiera sabía que cara poner. Ella estaba mirándome con confusión y con las manos aun dentro de mi camisa, yo estaba solamente congelado. Sin poder mover ni un musculo.
¿Por qué se me salió? ¿Por qué demonios lo dije?
Y lo más importante de todo; ¿Eso había sido un "¿qué dijiste? Eres mi mejor amigo y solo te beso porque obviamente eres el mejor besador del universo, pero no te amo de esa manera" un "¿Que dijiste? Oh, por dios, estoy muy emocionada porque yo también te amo más que a nadie más" o un "¿Que dijiste? No entendí, estaba demasiado ocupada besando tu cuello de la manera más sexy del mundo" ?
—yo... Eh, nada, no, yo no dije nada, nada importante, o no se… ¿Entendiste? —pregunté rápidamente con la voz amortiguada por el miedo. Sentía como me estaba sudando hasta la nuca.
Ella quito las manos de mí y se alejó un poco sin levantarse de mis piernas. Sin quitar esa cara de confusión que aún no podía descifrar. Quizás ella solo estaba pensando en que yo era el hombre más patético del mundo y no encontraba la manera de rechazarme. Claro, eso era seguramente, ella era tan tierna y hermosa que nunca me podría decir algo tan malo…
—primero dices que no dijiste nada y después me preguntas si entendí, de verdad ¿No puedes ser un poquito más imbécil? —se exaltó. Tomo aire, entrecerró los ojos y cruzo los brazos haciendo que sus pechos resaltaran aún más. Los mire un segundo con hambre y devolví mi vista a su cara enfadada.— dios, solo repite lo que dijiste.
—No, tú primero dime si entendiste —replique de la manera más canalla y patética del mundo; como si fuera un niño de 13 años asustado de los regaños de su madre.
— ¡Obviamente no entendí! —exclamó, haciendo que mi corazón volviera a bombear con normalidad. Respire profundamente. — Pero dijiste algo, un nombre...
— ¿Un nombre? —repetí confundido. _____ se levantó rápidamente. Y me dirigió la mirada más dura que me haya dado jamás.
—Dijiste su nombre ¿Cierto? —preguntó con desprecio. —Dijiste su puto nombre, no lo puedo creer
— ¿qué nombre? ¿De qué hablas?
—Del nombre de la tipa que supuestamente “amas” —escupió agachándose por su vestido— esto es…
—estás loca, yo no dije su nombre, yo solo… —de acuerdo. La cagué más. Ahora acepte que esa chica es otra. La puerta se abrió de repente y las chicas entraron.
— ¿dijiste su nombre? —preguntaron al mismo tiempo con caras enfadadas. Yo trague saliva y mire a ____ quien se acercaba a ellas con el cuerpo tenso.
—no, yo no…
— ¡Cállate, Niall! —Grito Vale— ahora no tienes derecho a hablar
— ¡Te pusimos a _____ en bandeja de plata! ¿Y así es como nos pagas? —se quejó Agustina. Y no trate de responder porque sabía que era verdad. —Dios santo…
—solo olvídenlo… —ordenó ____—Vale ¿nos puedes llevar al departamento?
— ¿qué hay de mi auto? —pregunté recordando que se había quedado en la Sex Shop de Gale. Bueno, gracias a Dios no era mi verdadero carro. Ese aún estaba en USA.
Las tres chicas me miraron un segundo y después se voltearon como si yo no fuera nadie.
—Claro _____, yo los llevo
—oigan… ¿qué vamos a hacer con las esposas? —Pregunto Agustina de repente— yo no puedo llegar a mi casa así…
—no lo sé, mañana vemos. Ahora tengo mucho sueño, fue un largo día —dijo ____ ahogando un bostezo. —Solo quiero dormir