Epilogo

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{E P I L O G O}

Mis dedos empezaron a palpitar de una manera extraña y enseguida mi cuerpo comenzó a recibir las mismas sensaciones. Como cuando te palpita un ojo, pero en todo el cuerpo. Súper incómodo.

Abrí los ojos terriblemente confundida. Miré el techo y baje mi vista a las paredes. Todo era blanco y eso me confundió aún más.

¿Estoy en el cielo? ¿Ya me morí?

—¿______? —preguntó alguien y tomó mi mano. Pero mi vista estaba borrosa y mi mano aunque podía sentir que la estaban tomando, estaba entumida.

Y yo estaba toda confundida aun. ¿Entonces... así es el cielo?

—¿_____? —repitieron, pero ahora era otra persona... o ángel.

Traté de hablar pero mi garganta estaba reseca. Tosí y parpadee varias veces para poder ver bien.

—¿dónde estoy? ¿quién soy? —pregunté entre susurros, por si las dudas.

—______ —volvieron a decir, y aun así como estaba de jodida, puse mis ojos en blanco y levanté mi mirada. Era Ana y me veía con los ojos bien abiertos.

—¿Ana? —pregunté. Luego recordé que otra persona estaba agarrando mi mano. Era Nicolas. —¿Nico? ¿qué paso? ¿estoy en el cielo?

—claro que si —dijo Nico y se rió. Yo lo miré atentamente. Para ser un ángel, estaba igualito a mi hermano.

—entonces... entonces esto es como el paraíso ¿Cierto? Mi paraíso... ¿Dónde está Niall? —exigí, aun con la voz ronca y baja. Los ángeles rieron.

La puerta blanca se abrió y entro otro ángel, igualito a mi doctor. ¿qué demonios pasaba en el cielo? ¿por qué aparecían todos menos Niall?

—¿cómo te sientes, _____?

—confundida y enojada, ángel ¿dónde demonios esta Niall? —mi voz salió mas fuerte ahora. El ángel doctor frunció el ceño. — si esto es un paraíso, no luce como uno, me voy a quejar con el gran señor...

—creo que sigues anestesiada...

—no. Todo está perfecto, así es ella —contestó Nico con una sonrisa, apretando mi mano aun mas.

—no —solté su mano y miré a los tres sin saber que estaba pasando. —no lo volveré a repetir ¿Dónde. Está. Niall.? Tráiganmelo, aunque sea un ángel igualito, y si no es mucho pedir, que esté desnudo...

—eh... ¿nos podrían dejar solas? Yo quiero decirle todo —pidió Ana.

Y de algún modo mi cerebro comenzó a despertar, todo se sentía demasiado real.

Ellos asintieron y salieron de ahí.

—deja de decir estupideces ¿está bien? No estas muerta, ni estas en el cielo —puso los ojos en blanco. Oh, claro que no...

¿qué demonios pasa conmigo? Estoy avergonzada de mis pensamientos.

—pero... no entiendo... me pusieron esa inyección...

—no. El doctor solo te anestesió... 

—entonces ¿no estoy muerta? —pregunté, solo para confirmar. Ella negó y yo sonreí. —de acuerdo, ahora explícame que demonios pasó

—un milagro, _____ —suspiró y se sentó de nuevo a mi lado— bueno... el día que estábamos aquí, justo antes de que te fueran a poner la inyección, llegó un niño muerto al hospital. Con los estudios que te habían hecho descubrieron que necesitabas con urgencia un trasplante de corazón y de pulmones y el niño era un perfecto donador para ti... no nos dijo a nosotras porque la madre se negaba a donarlos, pero Nico ya sabia de esto

—oh, entonces... —empecé a decir, cerré mi boca ante su mirada matadora.

—momentos antes de que el doctor te fuera a poner la inyección, la madre aceptó y lo que te inyectaron fue solo anestesia. La operación se complicó... estuviste muerta tres minutos —la miré con la boca abierta— pero no sé... no sé qué demonios hicieron, ____ el caso es que ahora tienes un corazón y unos pulmones nuevos.

—¿estas bromeando?

—no, fue un maldito milagro. Tanto que te quejas de que nunca te pasa nada de película... Esto fue totalmente de película. Increíble. Aunque bueno, nos tuviste desesperados por una semana. Llevabas una semana inconsciente.

—wow una semana... ¿o... o sea que ya estoy curada, no tengo ninguna enfermedad? —pregunté toda emocionada.

—Sigues teniendo la misma enfermedad rara que nadie conoce, pero ahora tienes mucha fuerza, ellos tienen mucho más conocimiento y no hay muchas probabilidades de que mueras —me dijo igual de emocionada que yo— ¿y adivina que?

—¿qué?

—oh por dios, vas a morir —murmuró con una sonrisa gigante— bueno, no literalmente

—¿qué sucede, Ana?

—tú —me apuntó, como si no hubiera entendido lo que "tú" significaba— y yo... estamos embarazadas.

—¿qué? —susurré—...esta vez si estás bromeando ¿cierto?

—no, para nada. Cuando te estaban haciendo los exámenes se dieron cuenta... Nico se estaba volviendo loco, pero después lo aceptó —soltó un grito de emoción— vamos a ser mamás ¡Vamos a ser mamás!

—¡OH POR DIOS! ¡OH POR DIOS! —de repente recordé a Niall. No estoy muerta y Niall escucho esa jodida grabación. —ME QUIERO MORIR ¡OH POR DIOS! ¡¿POR QUÉ NO ESTOY MUERTA?! SE SUPONE QUE DEBERIA DE MORIR

—eh... ¿qué te pasa?

—¡LA GRABACION, ESA JODIDA GRABACION QUE LE DEJE A NIALL! LE DIJE TANTAS COSAS... LE DIJE TODO.. QUE VERGÜENZA

—espera, espera —puso su mano en mi brazo para tranquilizarme, la maquina a mi lado empezó a sonar acelerada. —vas a tener un hijo con él, no creo que le moleste saber que estas enamorada...

—¿estas loca acaso? No voy a volver a Londres, nunca...

[Un mes Después]

Solo tengo un mes de embarazo, pero aquí estoy, frente a un espejo tratando de ver mi panza que aun no está abultada en lo absoluto.

No hay noche que no lloré de la felicidad por tener un precioso regalo dentro de mi, un regalo de Niall.

Él piensa que estoy muerta y creo que es lo mejor, yo no quiero volver a verlo después de haber admitido todo lo que siento a través de una grabadora.

Mientras acaricio mi vientre me doy fuerza mentalmente y me digo que no importa que no esté junto a Niall.

Puedo criar a mi hijo yo sola.

FIN

La Lista (Niall y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora