Capítulo 29
{Narra Niall}
—Niall ¡Niall! despierta, demonios —abrí un ojo primero para ver la cara de ____ confundida. Me senté en el sillón y la volteé a ver de nuevo-- ¿Por qué estás dormido aquí?
—No sé —me encogí de hombros. Ella frunció el ceño.
—bueno, como sea… Ya hice el desayuno —anunció con una tierna sonrisa que en menos de un segundo se borró de su cara— por cierto, tu celular no deja de sonar
—oh, quizás es Zayn —supuse. Ella se dio una vuelta y caminó a la cocina.
—no es él… Es tu novia —murmuró. Me levanté confundido y caminé hacia ella.
— ¿Agustina? Te he dicho muchas veces que no es mi novia
— ¿Entonces cómo sabes que estoy hablando de ella? —volteó y me miró con una ceja levantada. Cielos, tenía un buen punto.
—pues, eh… No hay ninguna otra chica que pudieras pensar que es mi novia
—da igual, solo ve a hablar con ella —puso dos platos en la mesa y se sentó a comer con mala cara. Ignoré su orden y me senté a su lado, como todas las mañanas a desayunar junto con ella.
—No me interesa hablar con Agustina —aclaré viendo como ____ aun con la mirada en su plato dejaba salir una dulce y floja sonrisa ante mis palabras — ¿Cómo dormiste?
—Como muerta, perfectamente —levantó su vista y llevó el tenedor a su boca mientras yo tomaba un sorbo de jugo— aunque tú estuviste inquieto toda la noche
—Oh… —quité mis ojos de los suyos y bajé la vista, avergonzado— tuve un sueño… Extraño
— ¿De qué se trataba? —preguntó inocente. Casi me atraganto con el desayuno al recordar el mejor sueño que había tenido en toda mi vida.
—no lo recuerdo bien, era… No sé —concluí. Ella rió y nos quedamos desayunando en silencio unos segundos, nos veíamos a los ojos y sonreíamos sin decir ninguna palabra— ¿Qué plan hay para hoy?
—No tengo idea —hizo una mueca.
— ¿Qué sigue en tu lista? —pregunté realmente interesado.
—oh, de acuerdo. Pon atención. Lo que sigue es lo más importante de toda la mugrosa lista, así que más te vale que escuches muy bien —dijo con voz misteriosa. Yo pasé la comida y pude toda mi atención en ella.
Pensé que sería algo muy, muy importante como no sé, quizás casarse, tener un hijo o algo así y yo ya estaba más que apuntado para ayudarla en todo.
—dime…
—es… —seguía hablando con su voz misteriosa y tenía sus ojos puestos en los míos con la mirada más profunda del mundo. Hizo a un lado su plato y se recargó en la mesa para quedar más cerca de mí, yo hice lo mismo que ella y nuestras cabezas quedaron separadas por pocos centímetros por encima de la mesa —robar…
— ¿Robar? —pregunté exaltado hablando casi en un susurro justo como ella.
—Robar —repitió con media sonrisa
¿Qué demonios quiere robar mi ángel de dios mandado del cielo? Es imposible pensar que ella quiera robar algo que no sea… Comida.
— ¿Quieres robar algo? ¿Qué cosa? ¡¿Por qué?! —pregunté confundido y notablemente alterado.
— ¿Me ayudarás? —ignoró por completo todas mis preguntas y esbozó una sonrisa abierta haciendo que sus ojos brillaran aun más, y supe que la ayudaría en cualquier estupidez que me pidiera mientras me mirara de esa manera.
