Capitulo 54

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CAPÍTULO 54

{Niall}

Estaba disfrutando ese día al máximo. No podía dejar de sonreír. Amaba a Agustina más que nunca, porque no me volvería a meter en problemas con _____, porque estaba embarazada de uno de mis mejores amigos, porque estaba siendo más linda y divertida que nunca y porque gracias a ella le di cuatro besos a _____. No había manera de no amarla por esos besos. Estaba que saltaba de emoción y ahora no podía mantener mis manos alejadas de _____, por más que trataba de controlarme.

El reto se me ocurrió de último momento, ingenioso, perfectamente ingenioso ¿No creen? Esta fue la mejor idea que se me ha ocurrido en toda mi vida.

Estaba sentado enfrente de los probadores con los codos recargados en las rodillas esperando a que ____ saliera con ese traje de policía.

—te mueres por ella ¿cierto? —preguntó Agustina con una sonrisa. Yo la miré confundido. — A mi no me engañas.

— ¿Engañarte con que o qué?

—estás enamorado de _____ —supuso.

— ¡Ya voy a salir! ¿Vale, ya terminaste? —gritó ____ interrumpiendo a Agustina.

—Me gusta, eso es todo —mentí. — al igual que me gustas tú, que me gusta Vale y que me gustan muchas chicas.

— ¿Estás seguro?

— ¡Ya estoy lista, salgamos al mismo tiempo! —grito Vale.

Y dejé de ponerle atención a Agustina. Ella era la menos importante en ese momento. Las cortinas de los probadores se abrieron al mismo tiempo y la mandíbula casi se me despega de la cara cuando salió ___ y caminó hacia mí con el traje de policía más sensual del universo y una gorra de oficial sobre su cabello desordenado. Menos mal que el pantalón que traía me quedaba suelto, porque sin dudas tenía algo que esconder ahí.

Juro que la vi caminando como si fuera alguna película, lentamente, música de sexo de fondo y con el cabello volando. Dio una vuelta y casi suelto un chillido involuntario. El vestido estaba más apretado a su cuerpo que cualquier otra cosa que ella se hubiera puesto alguna vez y le llegaba justo debajo del trasero. Resaltaba sus pechos y dejaba ver su ombligo. Se veía más morena, se veía más sensual que nunca, algo me estaba estorbando demasiado en los pantalones y me daban ganas de tirarme sobre ella en ese momento.

—Ese nos lo llevamos, definitivamente —dije por fin después de unos segundos de apendejamiento natural. ___ río y negó con la cabeza.

— ¡Dios, que chicas tan sensuales tenemos aquí! —exclamó Agustina.

—Es algo natural —contestó ___ guiñándole un ojo a Agustina. —Vale, te ves estupenda.

—No mas que tú, morena —Vale se acercó y le dio una nalgada a ___.

Oh Dios, podía casi jurar que lo estaban haciendo a propósito. No podía despegar mis ojos de ____, así como no podía cerrar la boca.

—Mira estos zapatos —exclamó ____, caminó hasta una repisa y tomo unas zapatillas de prostituta. De esas que tienen en la suela un espacio para las propinas. Se quitó los zapatos y se metió en esas cosas, creciendo de repente cómo 15 centímetros. Me quise imaginar a ___ bailando en esas zapatillas. Pero verdaderamente solo me la imaginaba cayendo.

— ¿Puedes andar en eso? —le pregunté con burla y me levanté. —Por fin estas de mi tamaño.

—Sí, no son tan incómodos como se miran —me miró sonriendo y caminó de un lado a otro probando los zapatos.

La Lista (Niall y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora