CAPÍTULO 53
Sin poder ni respirar pasé mis manos por su cuello para juntar nuestros cuerpos aun más. No me interesaba en absoluto estar en la calle o que alguien nos pudiera ver. Yo solo quería besarlo y besarlo y besarlo un poco más. Él pasó sus manos por mi espalda y se acomodó más pegado a mí.
—De verdad nos gustaría dejarlos expresar su amor eterno de esta manera —nos exaltó la voz de Agustina. — Pero están en la calle y una señora los está viendo mal.
—Oh —volteé la cara hacia una señora paseando a su perro. Nos estaba viendo desde la acera de enfrente pero podía sentir su desprecio y podía ver bien su cara ceñuda. Tosí falsamente y Niall se alejó de mí.
—es su culpa de todos modos —dijo con amargura hacia a ellas y se metió al auto de nuevo, claramente un poco molesto.
—de acuerdo… Bueno, _____, se nos ocurrió una idea —murmuró Vale y se acercaron a mí.
Yo seguía en sentada en el cofre con los sentimientos a flor de piel.
— ¿Qué?
—Que vas a perder tu gran V con Niall —susurró Agustina muy cerca de mí para que no escuchara nadie. Yo no era tan imbécil como para no saber que la “gran V” era la virginidad. —Obviamente no esta noche porque nosotras vamos a estar ahí, pero mañana…
— ¿De qué están hablando? —Susurré fuerte— no voy a perder nada con nadie y menos con él.
—No seas testaruda, ya planeamos todo —dijo Vale— y esos trajes van a ser la cereza del pastel
—niñas, ya traté una vez ¿Recuerdan cómo terminó? Agustina, a ti te acabo de contar lo que pasó —ella reprimió una risita al recordarlo— no sirvo para eso ¿De acuerdo? Lo voy a estropear todo de nuevo.
—Pero ahora nos tienes a nosotras para… —un fuerte pitido nos hizo saltar a todas. Las tres fulminamos a Niall con la mirada.— Casi me deja sorda el maldito.
—miren, no quiero rechazar sus consejos sexuales de esta manera —me bajé del cofre— pero de verdad no sirvo para esto, no soy seductiva o esas cosas, de verdad no lo soy ¿No me ven? Probablemente me rompa una pierna en el intento
—No dudamos que quizás te lastimes tratando de hacerlo —dijo Vale— o que lastimes a Niall, o que quemes el apartamento de alguna manera, o que rompas la cama, o que…
—sí, ya entendí —la interrumpí.
—el caso es que va a valer la pena ¿Está bien? Tú solo, solo déjale todo el trabajo a él —aconsejó Agustina. — Y no hagas nada que pueda terminar en tragedia.
—todo lo que hago yo termina en tragedia, de todos modos, aquí no es lugar para hablar de eso
—esta noche no te salvas de nosotras —amenazó Vale y se metió al auto.
—nosotras solo queremos ayudar ¿No crees que el pobre Niall se merece algo de acción? —preguntó Agustina antes de subir también.
No podía creer que de verdad me estuvieran obligando a hacer eso.
Estaba enojada y nerviosa. Niall aparcó fuera de una tienda que se veía obscura salvo por el gigante anuncio en colores neón “Sex Shop”
— ¿Cómo conoces este lugar? —le pregunté a Niall antes de bajar.
—El dueño es hermano de un amigo —contestó y se encogió de hombros— ya vamos, esto va a ser divertido.
—No, esto es considerado acoso sexual en muchos países —murmuré para mí misma antes de bajar. —Acoso sexual y prostitución.
—No seas exagerada —Niall me rodeó la cintura con fuerza y me arrastró hacia dentro de la tienda.
Penes de plástico, cosas del diablo, mujeres desnudas, juguetes sexuales, más penes de plástico, trajes de prostituta, más cosas del diablo… Estoy realmente gritando de pánico por dentro; no es que no haya visto este tipo de cosas antes, Ana y yo vimos una película porno hace un tiempo para sacarnos de dudas. Pero todo esto es otra cosa, otro nivel que va más allá de lo obsceno. Me voy a ir al infierno por estar aquí.
— ¡Niall, hola hombre! —gritó un tipo gordo que estaba tras el mostrador. Lo rodeó y caminó hacia nosotros. Casi podía sentir el piso retumbar con cada paso que daba el gordo.
— ¿Qué hay, Gale? —Niall se acercó a él y estrecharon manos.
—no mucho, ¿Cómo esta Joel? —preguntó. Agustina a mi lado se volteó nerviosa y Niall dio una mirada hacia ella.
—él está muy bien, procreando y todo eso.
— ¿Procreando? —repitió sin entender.
—sí, Joel va a ser papá ¿Puedes creerlo, Gale? Ella es la afortunada —señaló a Agustina. El gordo me miró con la boca abierta y se acercó a mí con los brazos abiertos. Me encogí tratando de no ser tocada por el dueño de una Sex Shop pero de todos modos me abrazó.
— ¡Que linda eres! —exclamó.
—um no, no ella —corrigió Niall— la de al lado.
—oh, lo siento —se separó de mí con un poco de timidez y avanzó hacia Agustina para abrazarla también. — ¡Que alegría! ¿De verdad estás embarazada?
—si… Tengo tres meses —admitió nerviosa separándose de él.
— ¡Que lindura va a ser mi pequeño sobrino! Aunque necesitas comer más, estás muy delgada
—sí, lo sé… Nada de dietas para mí de ahora en adelante—dijo ella más confiada. No era tan escalofriante el gordo después de todo. Solo muy cariñoso.
—las dietas son para los débiles. Entonces… ¿Están aquí para darme esta fantástica noticia o necesitan algo? —le preguntó a Niall —sabes que puedes tomar lo que quieras, gratis.
—En verdad, necesitamos unos trajes —dijo él y me tomó del brazo para que lo siguiera— vamos a echar un vistazo.
—Claro, claro, mi tienda es su tienda —nos dio una sonrisa y regresó al mostrador.
Avanzamos hacia los percheros que estaban llenos de todo tipo de disfraces porno.
—como yo voy a pagar… Bueno, a tomarlos gratis… —habló Niall poniéndose entre mi y los disfraces —tengo derecho a escogerlos.
—No, no tienes derecho a nada —lo empujé. —Yo los voy a elegir, y serán solo dos
—No, serán cinco —renegó.
—tres
—cuatro
— ¡Tres! —levanté la voz.
—Está bien —puso los ojos en blanco —pero yo los elijo
—como quieras, pero no te pases ¿De acuerdo? —él asintió y empezó a husmear entre todos los trajes.
—Pásate todo lo que quieras, Niall —dijo Vale — ella es tu prostituta y tú puedes elegir lo que te convenga
—Pruébate este —levantó uno de policía. Yo negué. —Tienes que probártelo ¿Qué tal si los llevamos y no te quedan?
—solo me lo probare si ustedes dos —señalé a las chicas —se prueban unos también, de ese modo no me sentiré tan mal
—Por mí no hay ningún problema —contestó Niall sonriendo. Por supuesto que no, maldito caliente.
Tomó uno de enfermera y se lo tendió a Vale, quien lo tomó con diversión.
—yo estoy embarazada, que ni se te ocurra, no lo voy a hacer —renegó Agustina.
—está bien, la preñada se queda sin diversión —murmuró Niall y volvió a poner en su lugar uno de colegiala. —Entren, póngaselos y después salen para que yo les diga que tal
—eres un mal amigo —murmuré hacia él antes de meterme con mi traje de Policía al probador.