Capítulo 49
Nunca la había visto sin una sonrisa hipócrita en la cara, sin balancear las caderas de manera sensual cuando caminaba o sin mirarme mal. Ella se veía destrozada y parecía mucho más pequeña caminando junto a Niall por el pasillo. Me cayó mejor de esa manera. Él se devolvió rápidamente y sacó algo del sillón sin darme oportunidad que viera lo que era. Maldije y lo miré, él sonrió y fue con Agustina de nuevo.
— ¿Qué es eso? —preguntó ella con voz baja.
—Que te importa —respondió seco, lo cual me hizo reír.
Pasaron dos muuuuuuuy largos minutos de agonía desde que se metieron a la habitación de Niall, quizás fueron tres, quien sabe. Quería saber de que estaban hablando, no, no solo quería… NECESITABA saberlo. Tomé aire y me levanté, me quité los zapatos para no hacer nada de ruido y caminé en puntitas por el pasillo para no ser escuchada. Podrá estar llorando, sufriendo por algo, siendo miserable y todo eso, pero aun la odio, aun es una zorra y aún está sola con mi hombre.
Me acerqué a la habitación de Niall y puse la oreja pegada a la puerta para poder escuchar algo.
Hablen fuerte, por favor. Necesito escuchar esto.
—Deja de darle vueltas a todo, Agustina —escuché decir a Niall. —No soy bueno adivinando.
— ¡agh, Nialler! Soy tan tonta —escuché un sollozo y apreté los dientes porque lo más probable era que él la estaba abrazando o algo así.
Todos sabemos que eres tonta y una zorra, ahora aléjate de él.
— ¿Entonces? —insistió Niall. Yo estaba nerviosa.
—es que… Estoy embarazada —admitió con la voz baja. Me quedé paralizada pegada a la puerta. Pasó un largo minuto de silencio donde yo no podía reaccionar y al parecer Niall tampoco.
Mierda, la Jirafa está embarazada, Niall va a ser papá. Oh no.
— ¡¿ESTÁS HABLANDO EN SERIO?! —rugió Niall enojado.
Estaba segura de que eso lo hubiera haber podido escuchar desde la sala. Me alejé de ahí sin poder poner atención en nada más que en mis pensamientos acerca de Agustina embarazada. Me sentía tan vacía de repente. Llegue al sillón y solo me dejé caer.
Niall va a tener un hijo ¡Un hijo de Agustina! Dios santo.
Debería de estar feliz por él, debería de estarlo. Pero no lo estaba. No podía estar feliz por una cosa así. Llámenme egoísta, como sea. Ella… Esa jirafa, una mujer tan hueca y mala tendría todo lo que yo quería. Una vida larga, a Niall, un hijo suyo, un matrimonio con él… No era justo para mí y no era justo para él tampoco. Apenas y podía cuidar de él mismo, por Dios ¿Qué demonios iba a hacer con un bebé?
Niall no era un tipo que pudiera ser padre así de joven, o no sé… Bueno, no me lo imaginaba. La pobre Agustina tendría que lidiar con dos niños pequeños.
Dos hermosos niños pequeños.
De pronto sonreí melancólicamente y las lágrimas se volcaron de mis ojos al imaginarme a un pequeño bebé con grandes y preciosos ojos azules y pestañas largas; un niño hermoso y travieso que haría a Niall desesperarse, qué lo llamaría papá. Sería tan precioso, aunque su mamá fuera la molesta Agustina. Ella pasaría por todo el ritual del embarazo, por todas esas cosas malas. La barriga enorme, los dolores, el hinchamiento de pies, los cambios de ánimo, eh… El dolor de senos, o no sé, todas esas cosas malas… Pero tendría un hijo, le daría vida a alguien y eso valía la pena, valía todos los dolores.
Deja de llorar, _____. Maldición, deja de ser tan asquerosa y llorona. No es como si tú pudieras tener hijos algún día. Deja de ser tan jodidamente envidiosa.
