Capítulo 41
¿No fue eso lo más jodidamente romántico? Bueno, lo más romántico que él puede hacer. De todos modos, fue absolutamente tierno. Sonreí de puro gusto y pasé mis brazos por su cintura.
— ¿Has hablado con Zayn últimamente? —le pregunté sintiéndome culpable de repente. No me gustaría nadita que se dejaran de hablar por mi culpa, por un beso sin sentido.
Sentí como Niall se tensó a mi lado.
—eh… No.
—está de más decirte que tienes que hablar con él ¿Cierto? Es tu mejor amigo y no puedes solamente distanciarte de él por tonterías
—lo sé… Es solo que soy demasiado orgulloso como para pedirle perdón y él lo es también, pero algún día alguno de nosotros se va a cansar y vamos a volver a ser igual de amigos que toda la vida.
—bueno, más te vale que “algún día” sea pronto y que tú te decidas a hablarle a Zayn, porque tú tienes la culpa.
— ¿Cómo dices? Yo no tengo la culpa de nada —su voz se alzó de repente y todo su cuerpo estaba duro y enojado— Zayn tiene la culpa
— ¿De qué tiene la culpa?
—de… Olvídalo, cambiemos de tema ¿Está bien? —se volvió a relajar y se deslizó más en la pared haciendo que quedáramos acostados en el piso con la misma postura, yo entre su brazo izquierdo y recargada en su pecho. —Nunca te he preguntado pero supongo que esto lo tengo que saber… ¿No has tenido algo… no sé, cómo un síntoma?
— ¿De mi enfermedad? —pregunté, nerviosa de repente. No podía decirle de los dolores ¿Cierto? No, no debía. Se iba a escandalizar y eso no estaría muy bonito. Él hizo un sonido de aprobación con su garganta —pues… Eh, a veces me siento muy cansada, pero eso es todo.
— ¿En serio? Oh, eso es genial, porque… Pues es bueno que no estés sufriendo o algo, eso sí sería horrible.
— ¿sufriendo, cómo?
—pues ya sabes, no sé, que… Te doliera algo o cosas por el estilo, porque entonces si tendríamos que ir con un doctor, aunque no quieras.
—oh…
Mi corazón golpeaba furioso contra mi pecho y mis manos se empezaron a poner muy sudadas. Sentía la necesidad de decirle, de sincerarme con él acerca de eso, pero no quería. Me rehusaba totalmente a pisar de nuevo un hospital.
—Tengo un poco de suerte, supongo —murmuré sin ganas.
—Dentro de lo que cabe…
—oye, Niall ¿No piensas decirme nunca quien es “tu chica”? —pregunté muy interesada. Demasiado, porque, después de hablarlo con Vale, decidí sacarle la información a este inútil y después localizar a la chica y después no sé… Analizarla o algo por el estilo; quería ver que tan lejos estaba de ser perfecta para él.
—La verdad es que no sé —contestó apresurado. Se acomodó de modo que quedamos frente a frente. —Quisiera poder decirte, porque todo sería más fácil, pero siempre lo pienso y creo que estaría mandando todo al infierno.
—um, no entiendo… ¿Estás hablando de Vale? —pregunté con voz baja, dolida.
Oh no, eso no puede ser posible, bueno en realidad sí, porque ella es graciosa y linda, muy, muy linda, mucho más que yo…
—Claro que no —puso los ojos en blanco— es solo que no te puedo decir.
— ¿Pero por qué no? Se supone que eres mi mejor amigo y no me cuentas nada de ella, de lo que sientes —mi voz se quebró.