¿Quién quiere otro capítulo?
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Capítulo 16
Narra Eduardo
Veo que Daniela regresó más temprano de su trabajo. La curiosidad me anima a hacer preguntas al respecto pero no quiero que me malinterprete, que piense que le estoy pidiendo explicaciones... o quién sabe qué más. No quiero decir nada que la moleste y me traiga una pelea más. Por lo tanto prefiero quedarme con la duda.
Desde la cocina, trato de seguir al pendiente de sus movimientos y de adivinar si me está buscando mientras continúo preparando mi almuerzo. Es un poco tarde para almorzar pero bueno... ni que fuera la primera vez que la falta de hambre cambia mi horario.
De pronto creo oír unos sollozos, por lo tanto me detengo. Trato de entender si son ideas mías pero mis oídos me demuestran que no. Dejo lo que estaba haciendo y me dirijo a la sala, donde encuentro a mi esposa sentada en el sofá. No luce muy bien y sí está llorando. Me angustia tanto que no soy capaz de contenerme, de fingir que nada está pasando, por lo tanto me acerco.
— ¿Qué pasa?
No me ofrece una respuesta. Y al igual que ayer, evita mi mirada. Eso es algo muy extraño de su parte, creo que nunca antes lo había hecho. Me encuentro dividido entre el afán de insistir hasta recibir explicaciones y el miedo de provocar otro escándalo. Sólo consigo sentarme de rodillas en frente del sofá y mirarla. Y esperar.
—Necesito contarte algo —dice poco después, poniéndole fin a la agobiante espera—. Algo que a mí me... Ay, es una realidad que aún me niego aceptar. O sea... ¿A quién le gustaría admitir que se equivocó?
¿¡Se equivocó!? ¿Cómo? ¿A qué se refiere?
—En realidad empiezo creer que tal vez me equivoqué desde el principio. Pero esa es otra historia.
Actúa muy extraño y dice cosas que no llego a entender. Sobra mencionar que me sorprende que se considere culpable de algo. No la caracteriza.
—Eduardo... —suspira con pesadez y sigue sin mirarme a los ojos— El sábado cometí el peor error de mi vida. Tuve... —vuelve a suspirar— Tuve relaciones con otro hombre. O sea te fui infiel.
Mi mundo se vuelve patas arriba. La noticia me aplasta. Estoy acostumbrado a sufrir pero jamás había sentido mi corazón desgarrarse de la forma en la que lo hace ahora. Lo que queda atrás es insoportable. Asfixiante. Trato de respirar y no lo consigo, como tampoco puedo moverme o hablar. Es como si todo mi cuerpo se hubiera apagado y lo único vivo es el inconmensurable dolor, que recorre cada parte de mí y lo hace todo pedazos. Lo peor es que con cada segundo que pasa, parece aumentar.
Desde el infierno en el que me metió, aun puedo escuchar su llanto desconsolado, sin embargo soy incapaz de sentir preocupación. No sé qué me está pasando... Sólo me queda claro que quiero que pare y me explique. Tendrá sus defectos pero no pensé que llegaría a engañarme. ¿Por qué lo hizo? ¿¿¿Por qué???
«Si sigues así, tendré que buscar en otros lados lo que tú no me das.»
Entonces ese día estaba hablando en serio... Ese comentario suyo que no había logrado preocuparme ni un solo segundo, resultó ser una amenaza. Y supongo que es mi culpa; dejé de satisfacerla, no le di lo que necesitaba, me volví una sombra de lo que una vez era. Aun así, no puede ser que ella haya caído tan bajo. Entiendo que ya no me aguante, yo tampoco me aguanto pero lo que hizo no tiene lógica... Me hubiera pedido el divorcio... pero ¿¡engañarme!? Dudo que no haya sido consciente de lo que algo así provocaría. ¿Cómo pudo? ¿Qué clase de mujer tengo a mi lado?
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Llámalo infierno © |COMPLETA|
General FictionEn cuanto Eduardo ya no es capaz de distinguir los comportamientos normales de los dañinos, está en peligro de quedar atrapado en una relación tóxica, una relación que muy bien podría ser llamada infierno. ¿Podrán Daniela y él entender que los supue...