Capítulo 24

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Creo que ya tengo todo listo para subir más de un capítulo al día.

Éste sería el segundo de hoy.

Capítulo 24

Narra Daniela

Los días pasan y él sigue sin mandarme los papeles del divorcio pero aun así no puedo estar tranquila. Temo que no cumpla con lo que prometió. Y temo que no vuelva a la casa. No aguanto que hayamos dejado de vivir bajo el mismo techo. No aguanto despertar y comprobar que no está a mi lado, que ni siquiera está en el otro dormitorio. Necesito hacer algo para que vuelva cuanto antes. Como también tengo que hacer algo para que no pueda echarme de la casa —por si eso decide. Por eso no voy a buscar trabajo y si me pregunta le diré que no encuentro nada... o ya veré que excusa encuentro. También le diré que me va muy bien con la terapia aunque estoy decidida a no volver más ahí.

Pero espero que hoy no sea necesario tocar esos temas. Hoy vine a verlo porque no pude resistirme, lo extraño demasiado. Vuelvo a tocar a la puerta del apartamento de Luis, ya que se tardan demasiado en venir a abrir. A cabo de unos segundos, por fin termina la espera.

— ¿¿¿Tú???

—Daniela... —constata ella; es evidente que no le agrada mi llegada

¿Qué hace Jacqueline aquí? ¿Habrá venido a ver a mi esposo? ¿Luis les habrá prestado el apartamento para que tengan un lugar donde hacer sus cosas? En algo estaban, la perra lleva un vestido tan corto y vulgar. Y parece que no lleva nada por debajo, pues su pecho- Qué asco. ¡No lo puedo creer! ¡Son todos unos desgraciados!

— ¿Interrumpo algo?

—No entiendo qué haces tú aquí.

—Lo mismo puedo decir de ti —replico mientras avanzo unos pasos para obligarla retroceder—. Déjame adivinarlo. Viniste a ver a mi esposo. ¡Te estás aprovechando de la situación!

Hace una mueca, como si no entendiera de qué hablo. Ay, por favor...

—Ya no tienes que fingir. Los acabo de atrapar.

—Estás loca.

— ¡Quítate!

No espero a que lo haga sino que la quito yo misma de mi camino, empujándola. Luego ingreso al apartamento y empiezo llamar a Eduardo. Estoy a punto de ir a revisar todos los cuartos existentes pero una mano —la de Jacqueline— se cierra sobre mi brazo. Me zafo de su agarre y casi al mismo tiempo veo a Luis apareciendo por una de las puertas. Está medio desnudo. Ya no entiendo nada...

— ¿Qué está pasando? —inquiere él

—Cree que vine a ver a su esposo —explica la mujer—. Y pretendía buscarlo por todos lados. Cree que Eduardo está aquí y que él y yo...

— ¿Dónde más podría estar? —intervengo— No iría a un hotel, menos por tantos días. Y tú eras su mejor amigo. O lo sigues siendo.

Luis rueda los ojos, luego empieza acercarse. Su semblante casi asusta.

—No tengo que darte explicaciones pero en este caso lo voy a hacer. Para que entiendas lo que equivocada que estás. En primer lugar, Eduardo no vive conmigo. En segundo lugar, Jacqueline y yo estamos saliendo. ¿Quieres detalles más explícitos acerca de su presencia y de cómo estamos vestidos?

¿Qué? ¿Están juntos? ¿Desde cuándo? ¿Pero Luis no tenía pareja? Bueno eso era hace meses, quizá esa mujer terminó dejándolo, tal como lo predije... Además todo parece tener sentido... Ella vestida así, el saliendo medio desnudo y con el pelo mojado. Supongo que acaban de...

Llámalo infierno © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora