seis

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Harry está inclinado en un escritorio, sus manos están sobre éste y está hablando a un distinguido hombre que se encuentra sentado detrás de la mesa. Su rostro es sereno y seguro. Harry me mira, sus ojos se dilatan y muestran confusión cuando me ve.

"Ah." Dice el hombre de la mesa. "Usted debe de ser Rose." Me sonríe. "Robert Crystal, Director de Publicidad Crystal." Se levanta y camina hacia mí para estrecharme la mano.

Yo la acepto emocionada, intentando ignorar la mirada intensa de Harry. "Es un placer." Le digo.

"No." Me responde él. "Créame, el placer es mío." Creo que hasta se siente agradecido porque le he salvado de Harry y sus gritos.

"Mr. Greenman me ha mandado directamente aquí para que le de el manuscrito que he editado." Le digo mientras se lo dejo en la mesa.

"Ah, por supuesto." Dice cogiéndolo. "Vamos a hablar sobre ello, ¿sí?"

"Sr. Crystal." Interrumpe Harry. "Todavía no hemos acabado–"

"Lo hecho, hecho está Sr. Styles. No puede hacer nada para cambiarlo." Dice Crystal, dando por terminado el tema.

"Pero sí que lo hay." Dice Harry. "La solución es sencilla–"

"Lo siento." Vuelve a decirle. "Lo hecho, hecho está."

Las mejillas de Harry vuelven a ponerse rojas. "Con todo el respeto, Sr Crystal, ¿qué cojones se le está pasando por la cabeza?"

Siento que se me cae la mandíbula al suelo al ver como Harry le habla así a su superior. Una cosa era con el Sr. Greenman, pero esto es otro nivel.

"Vuelva al trabajo Sr. Styles."

"No voy a volver al trabajo hasta que esos recortes sean reducidos al menos un seis por ciento."

"Puede que sea el mejor contable que tenemos, Styles, ¡pero te aseguro que no voy a dudar en despedirle si sigue así!" Le grita el Sr. Crystal.

Harry traga, su marcada nuez de Adán sube y baja. "Mira, sé que soy un vago. Sé que muchas veces no estoy donde debería estar. Pero tiene que hacerme caso esta vez, Crystal, porque si no lo hace, esta compañía se va al garete." Harry mira por última vez al Sr. Crystal y sale de la oficina.

El Sr. Crystal resopla, sacudiendo la cabeza. "Dos horas." Dice. "Nuevo récord."

"¿Suele pasarse mucho por aquí?" Pregunto sentándome.

"Oh, por lo menos dos veces al trimestre. Se ha quejado varias veces de cómo estamos llevando la compañía." Crystal toquetea algunos papeles que tiene sobre la mesa. Lee uno de ellos y agita la cabeza. Yo me quedo en silencio mientras él pone un poco de orden. "Odio admitirlo, pero puede que el chico tenga razón."

Me acomodo en el asiento. "Todo el mundo dice que es el mejor contable." Le digo. "Quizá debería escucharle al menos." No tengo ni idea de por qué estoy ayudando a Harry, pero si es por el bien de la empresa (por no mencionar por el de mi trabajo), está bien.

El Sr. Crystal sigue con su montaña de papeles y lee unos pocos. Tensa la mandíbula y maldice. "Joder." De pronto presiona un botón en el teléfono que tiene al lado. "Dile a Styles que vuelva." Le dice al aparato.

No han pasado ni 10 segundos cuando Harry aparece otra vez por la puerta sin aliento "¿Quería verme?" Dice esperanzado. ¿Cómo ha llegado tan rápido?

"He pensado sobre lo que ha dicho." Dice. "Y quizá tenga razón."

El alivio inunda la cara de Harry, y sonríe engreidamente. "Gracias." Dice.

"Puede agradecérselo a Rose, ella es la que me ha ofrecido una segunda opinión sobre el tema." Dice. Harry me mira de reojo y yo bajo la mirada.

"Bueno." Dice Harry. "Gracias Sr. Crystal, no se arrepentirá de haber tomado esta decisión, se ahorrará muchísimo dinero."

El Sr. Crystal asiente y Harry se va de la oficina, no sin antes mirarme una última vez.

Cuando escucho que se cierra la puerta, me levanto. "Probablemente debería irme yo también." Digo. "Ha sido un placer conocerle."

Este asiente. "Igualmente, Srta. Knight. Espero ver más de su trabajo si este manuscrito es tan bueno como el Sr. Greenman lo pinta." Dice sonriéndome.

Asiento y le vuelvo a dar las gracias antes de irme de su oficina. Miro mi reloj y veo que ya es la hora de irme a casa, no sé cómo ha pasado todo tan rápido.

Corro hasta mi escritorio para ordenar todo y guardar mis cosas. Me coloco mi bolso y salgo de la oficina apartando el pelo de mi cara mientras despido a Marion con un movimiento de cabeza.

Bajo en ascensor y cuando salgo del vestíbulo, no me sorprende ver a Harry. Está apoyado en una de las paredes del edificio, y cuando me ve, guarda su móvil y se endereza.

Rompo el contacto visual con él y al pasar por su lado le ignoro.

"Rose." Dice detrás mía, poniéndose a mi lado.

"Hmm."

"¿Por qué me has ayudado?" Paro de andar y me giro para mirarle.

"¿Qué?"

"Has convencido a Crystal para que me tomara en cuenta. ¿Por qué?"

Me encojo de hombros. "Quiero mantener este trabajo más de tres años."

Harry tensa su mandíbula. "Podría haberlo hecho yo solo."

"Bueno, obviamente no podías hacerlo."

"Lo que quiero decir es que no necesito tu ayuda." Me dice bruscamente.

"¿Por qué no me lo agradeces y ya está?" Resoplo, me está hartando su actitud.

"Porque no te he pedido que me ayudes."

"Dios Harry, eres jodidamente increíble. La próxima vez que no puedas salvar la compañía tú solo, no esperes que te ayude." Continúo andando, noto la ira circulando por mis venas.

"¡También era por el bien de tu trabajo!" Me grita quedándose detrás.

"¡Me gustaría que no fuese por el bien del tuyo, porque no haces otra cosa que no sea joder a todo el mundo!" Le grito de vuelta, abriendo la puerta de mi coche y deslizándome en el interior. Vuelvo a casa tan rápido como puedo, así no tendré que encontrarme con Harry otra vez, y enciendo la radio para ver si me calma un poco. Maldito Crystal por escucharme. Maldito Greenman por mandarme a esa oficina. Maldito Harry por ser mi vecino. Maldito Harry por ser un maleducado. 

Y maldita yo, por ayudarle cuando lo único que hace es joderme.

Hidden | h.s (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora