cuarenta y seis

54 3 0
                                    

"Rose." Contesta Jason al otro lado de la línea. "Me alegro de que hayas acabado llamando."

"¿Po–Podemos vernos?" Digo rápidamente, mi corazón late con fuerza.

"¿Vernos?" Hace una pausa. "¿Dónde?"

"Eh..." Miro a mi alrededor. "Hay una cafetería entre la octava y la cuarenta y siete."

"Está bien."

Cuelgo y camino hacía la esquina, tomando asiento en una de las mesas de la terraza de la cafetería. No me puedo creer que esté haciendo esto. Jason es una de las razones principales – por no decir la única– por las que me fui de Nueva York. Y aquí estoy, esperando a verle en una maldita cafetería.

Mis pensamientos me llevan hasta Harry. Parecerá mentira, pero quiero verlo en cuanto llegue a casa. Él me ha demostrado que es un buen amigo, y creo que era lo que necesitaba ahora mismo. Pero ahí está, siempre, esa maldita parte de mí que quiere saber más de él. Tiene tantos secretos que quiero descubrir. Cada vez que averiguo algo sobre él, parecen aparecer miles de incógnitas más. Es como la luna, una parte de Harry siempre está oculta.

De repente, mi móvil vibra en mi regazo. Lo cojo de inmediato.

"¿Hola?"

"Hey, tu correo ha aparecido en mi buzón otra vez, ¿no te dije que lo solucionaras?"

El tono juguetón de Harry me calma y me hace reír. "Lo siento." Le digo. "Déjalo en mi alfombra, lo recogeré en cuanto llegue a casa."

"Así me gusta."

"¿Harry?" Se me escapa.

"¿Hmm?"

"Tu... ¿Crees en mí?"

"¿Qué quieres decir?"

Trago saliva. "Esto a punto de hacer algo... Algo grande, ¿crees que podré hacerlo?"

Harry se queda callado unos segundos. "Por supuesto que puedes hacerlo."

Sus palabras se quedan marcadas en mi corazón y envían un torrente de alegría a todo mi cuerpo. El hecho de que no me haya preguntado qué es lo que voy a hacer –ni se lo haya preguntado en absoluto–hace que una burbuja de cariño crezca dentro de mí.

"Es exactamente lo que necesitaba escuchar." Respiro y me rio con voz temblorosa. "Gracias, Harry."

"No hay de qué, Rosie." Le escucho sonreír a través del teléfono.

"Tengo que irme, siento lo del correo." Sonrío.

"Más te vale sentirlo. Estás suscrita a un montón de revistas de mierda, no he oído hablar ni de la mitad."

"Adiós Harry."

"Adiós Rose." Le cuelgo y suspiro. Mis nervios se han calmado un poco gracias a la voz de Harry, sonrío mirando a mi regazo.

"Rose Knight."

Me sobresalto estremeciéndome internamente cuando me encuentro con la mirada de Jason. Él sonríe, su figura se eleva por encima de mí. Mis nervios se disparan de nuevo, los siento chocar contra mí como si fueran una ola de agua.

"Siéntate." Le digo simplemente, y él lo hace, sentándose en frente mía en la pequeña mesa.

"Entonces, dime." Dice él, acomodándose y echándose hacía atrás, con los ojos brillantes. "¿Qué puedo hacer por ti?"

Sus palabras me hacen estremecer, pero me recompongo. Respiro profundamente. "Necesito que le digas a Elizabeth la verdad."

Él levanta una ceja. "¿La verdad sobre qué?"

"Ya lo sabes." Estrecho mis ojos.

Él se reclina sobre su asiento, una sonrisa ilumina su cara. "¿Y por qué iba a hacer eso?"

"Porque ha pasado un maldito año, Jason." Le digo. "¿Cuánto tiempo más vas a seguir con esto? Está destruyendo a mi familia."

"¿Y qué gano yo con decirlo?"

"¿Por qué ibas a ganar tú algo con decirlo?"

"Rose, creo que estás olvidando lo que pasó aquella noche."

"No me he olvidado de una mierda, Jason, simplemente déjalo ir ¿vale? Por favor." Mi voz se rompe al final.

Jason aprieta la mandíbula. "No lo sé, Rosie." Dice y siento que me desmayo.

De repente me ataca un arrebato de ira. Él ha sido la causa de todas las peleas y de todo el dolor que he sufrido. Las palabras de Harry resuenan en mi cabeza.

Por supuesto que puedes hacerlo.

"¿Sabes qué, Jason?" Digo levantándome de mi asiento. "Eres patético. Sigues con toda esta mentira a cualquier parte que vas, y no te importa una mierda lo que todo esto está causando en mí, incluso aun cuando ya ha pasado un año. Tú nunca has amado a Elizabeth, ¿cómo podrías? No hubieras hecho lo que hiciste si realmente la amases." Escupo, mis ojos parpadean.

Jason parece sorprendido por mi arrebato y me alegro. Me alegro de haberle sorprendido y de verle en silencio. La Rose sumisa finalmente le ha dicho lo que necesitaba oír.

"Simplemente di la verdad." Le digo. "Sé un maldito hombre por una vez y dile a Elizabeth la puta verdad."

Me paro un momento para ponerme el abrigo y apretarlo a mi alrededor. El viento sopla con dureza por las calles y lo siento en mi mejilla y nariz.

"Me voy mañana." Le digo. "Preferiría que lo supiera para entonces."

Me giro sobre mis talones y camino por la calle, sintiendo que me he quitado un gran peso de encima. Este año ha sido una mierda y todo por él, que parecía estar en todas partes. Esa noche se quedará por siempre grabada en mi memoria, pero haberle dicho todo eso a Jason, lo hace ser menos doloroso.

Cuelgo el abrigo en el perchero del hall cuando llego a casa. Mi madre sale rápidamente de la cocina para ver quién acaba de entrar y sus ojos se suavizan.

"Gracias a Dios, Rose." Dice caminando hacía mí y dándome un abrazo. "No tenía ni idea de dónde habías ido, yo–"

"Mamá, tengo veintitrés años." Me río en su pelo.

"Lo sé, lo sé." Dice apartándose para mirarme. "Pero siempre serás mi niña."

Siento ganas de llorar por lo que me dice mi madre. Ni siquiera me paré a pensar lo difícil que sería para ella el mudarme al otro lado del país – únicamente estaba centrada en mantener toda la mierda alejada lejos de mí. A ella seguramente le rompió el corazón verme marchar, y yo, solo pensaba en lo mucho que quería irme.

"Te quiero, mamá." Le digo. "Y siento mucho haber actuado como una cría con papá y contigo."

Ella asiente con la cabeza. "Siento no haberte dicho nada." Dice. "No ha estado bien."

Me siento como otra persona totalmente diferente – la Rose de siempre no habría llamado nunca a Jason, tampoco se habría disculpado con mi madre. La Rose de siempre seguiría saliendo con Aaron y odiando a Harry. 

Estoy empezando a odiar a esa Rose.

Una explosión de sentimientos me llena y me alejo de mi madre para ir rápidamente hasta la puerta de la habitación de Elizabeth.

"¿Qué haces?" Pregunta mi madre.

"Curar la mala sangre." Le respondo y choco mis nudillos contra la puerta de la habitación.

Hidden | h.s (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora