Harry exhala y recoge sus cosas del suelo. Rápidamente sale del ascensor sin decir ni una palabra.
Yo hago lo mismo, pasándome una mano por el pelo.
"¿Cuánto tiempo lleváis metidos ahí dentro?" Pregunta el Sr. Greenman.
"No lo sé." Le respondo. "Harry presionó todos lo botones de una vez y eso debió colapsar el sistema."
El Sr. Greenman pone los ojos en blanco. "Joder, le he dicho un millón de veces que deje de hacer eso. Lo siento, Rose."
Me encojo de hombros. "No pasa nada."
Greenman mira su reloj. "Odio pedirte esto, Rose, pero, ¿te importaría trabajar hasta tarde esta noche? Tengo dos manuscritos extra que necesito corregidos para mañana–"
Asiento. "Por supuesto. Empezaré ahora mismo."
Vuelvo a mi escritorio y me siento, poniendo en orden todo el papeleo que tengo alrededor de la mesa. Veo que Harry ya se ha ido. Gracias a Dios. Es la última persona a la que me gustaría ver ahora mismo.
Las palabras de Harry me han puesto nerviosa. No soy pretenciosa. Admito que me he sentido genial al abofetearle. Se lo merecía por todo lo que me ha dicho desde que nos conocemos.
¿De verdad piensa todas las cosas que me ha dicho? ¿Soy una snob? ¿Por qué piensa eso? ¿Por qué me juzga tan rápido?
¿Qué le he dicho para que Harry me odie tanto?
El reloj marca las cuatro en punto y me pongo a trabajar. Le escribo a Aaron preguntándole si me puede recoger y me contesta que sí, así tendré la oportunidad de poder disculparme por todo lo que le dije y todo estará bien.
Mi boli rojo se desliza por el papel. El Sr. Greenman se pasa a ver cómo estoy cada dos por tres y me agradece que me haya quedado hasta tarde. También me dice que dejaremos para otro día lo de darle el currículo al Sr. Crystal.
Para las ocho en punto ya he acabado un manuscrito y tan solo me queda la mitad del segundo. El Sr. Greenman vuelve a agradecerme por todo cuando salgo de la oficina.
Marco el número de Aaron. Cuando me salta el contestador, resoplo.
El aire es helado y me abrazo a la chaqueta. No veo su coche por ningún sitio y mi corazón se hunde al darme cuenta de que probablemente, él no va a aparecer. Otra vez.
Realmente necesito hablar con Aaron de esto.
Me estremezco y me siento en el banco, no voy a llorar esta vez. Comienzo a pensar cuáles son mis sentimientos por Aaron. Él se olvida de mí todo el tiempo y casi no hace tiempo para mí. ¿De verdad está en el trabajo? ¿O me está mintiendo?
No, me digo bruscamente a mí misma. No me está mintiendo, ¿por qué lo haría? Está ocupado en el trabajo.
Vuelvo a marcar su número y cuelgo cuando me salta el contestador por segunda vez. ¿Por qué se olvida tanto de mí?
'Aaron no te trata bien, ¿no?'
A pesar de que odio admitirlo, Harry tenía razón. Aaron no me trata bien. Tengo que hablar con él sobre esto, o se acabó.
Por lo menos no está lloviendo.
Miro a mi alrededor. Tampoco veo el coche de Harry en el parking del edificio. Me siento aliviada y decepcionada al mismo tiempo, y no sé por qué. Es un capullo, y no quiero tener nada que ver con él.
Cuidado con lo que deseas, es lo que Harry me ha dicho en el ascensor, ¿qué se supone que significa eso?
Espero otro cuarto de hora y finalmente me levanto del banco.
Supongo que tendré que ir andando a casa.
Mierda. ¿Por qué me he puesto tacones hoy? Estúpida.
Pienso en camino que tengo que tomar para ir a casa y empiezo a andar. El golpe de mis tacones suena contra el pavimento.
Oigo gritos en la distancia. Me estremezco ante la obscenidad de las palabras y continúo andando.
Giro una esquina y resoplo, sacando mi móvil para poner la dirección de mi casa en el GPS. Con suerte no estará muy lejos.
Oigo a alguien detrás de mí, pero lo ignoro. Seguramente sea alguien que está andando por la calle. Las calles de Nueva York son mil veces más peligrosas que las de Portland. ¿Por qué debería de estar preocupada?
Vuelvo a oír un ruido detrás de mí y me giro. Mis ojos escanean la solitaria calle, y acaban por fijarse en el callejón al que seguí a Harry el otro día. El miedo crece dentro de mí y empiezo a andar, esta vez más rápido.
Aquí no hay nadie.
Aquí no hay nadie.
Aquí no hay nadie–
Alguien me coge de la muñeca y me golpea contra un edificio de ladrillo. Un grito sube hasta mi garganta y lo dejo salir por el impacto que me provoca el golpe.
Hay dos chicos mirándome, la luz de la farola les da un halo misterioso. Uno tiene el pelo rubio y los ojos azules, está con los brazos cruzados sobre el pecho. Al otro lo reconozco como el chico moreno que estuvo con Harry el otro día en el callejón.
"Te tenemos." Dice el moreno, con una media sonrisa.
Quiero gritar, pero me he quedado completamente muda.
"Rose, ¿no?" Pregunta el chico rubio. "Qué nombre más bonito."
"¿Cómo sabes mi nombre?" Pregunto con voz temblorosa.
"Sabemos un montón de cosas, Rose." El chico moreno empieza a andar lentamente hacia a mí, la luz de las farolas se refleja en sus ojos de color azul oscuro. No parece ser mucho más mayor que yo. Ninguno de los dos lo parece.
"¿Cuánto te ha dicho?" Pregunta el rubio con voz ronca.
"¿Quién?"
"No te hagas la tonta, Rose." Dice. "¿Qué te ha dicho Styles?"
"¿Harry?"
"Ya me has oído."
"Él– él no me ha dicho nada."
"No mientas. Mentir no te llevará a ningún lado." Dice el moreno burlándose.
"¿Quiénes sois?"
"Nosotros haremos las preguntas." Dice bruscamente.
"Oh, vamos tío." Dice el rubio divertido por la situación. "Debería saber nuestros nombres."
El moreno sonríe. "Está bien." Dice. "Soy Louis, y este es Niall. Ahora que estamos familiarizados, vamos al quid de la cuestión."
Trago. "¿Qué queréis?"
"Queremos saber qué te ha dicho Styles." Dice Niall.
"No me ha dicho nada." Digo, me sorprende lo fuerte que me sale la voz. "Ni siquiera me cae bien. Le odio."
Ambos se miran y comienzan a reírse. "Entonces, ¿por qué te llevó a casa el otro día?" Pregunta Niall.
"Necesitaba un aventón." Digo. "Eso es todo."
Louis se para frente a mí, amenazante. "Déjame decirte algo, Rose." Dice lentamente. "Podemos hacer esto por las buenas o por las malas. Tú decides."
Más gritos amenazan con salir en mi interior, pero sigo paralizada. Debería haber llamado a alguien. No debería de haber vuelto a casa andando.
"No tengo ninguna información, estoy diciéndoos la verdad" Protesto. "Dejad que me vaya a casa."
"Lo siento Rose, no podemos dejar que eso pase." Dice Louis, cruzándose de brazos. "Ahora, dime." Dice entre dientes. "¿Qué te ha dicho Styles?"
Quiero gritar y pedir ayuda, pero mi cuerpo está petrificado. Me duele la cabeza del golpe que me han dado contra la pared, y siento que voy a desmayarme.
De repente un coche derrapa hasta acercarse a la acera y alguien sale de él rápidamente.
"¡Suéltala!" Grita Harry, dando un portazo a la puerta de su coche. Miro con incredulidad como Niall y Louis van hacia él.
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Hidden | h.s (Español)
FanfictionA Rose no le gusta Harry. Y a Harry no le gusta Rose. Pero quizá la constante amenaza de un cerebro del mal y la oscura conspiración de una compañía puedan cambiarlo. O, al menos, un alijo de snickers podría hacerlo. Él era como la luna; una parte d...