veinte

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La puerta tarda unos segundos en abrirse. Harry lleva unos pantalones de pijama y la misma camiseta de antes, se frota los ojos por el sueño.

"¿Rose?" Pregunta. "Son las tres de la mañana." Su voz suena más ronca de lo normal porque se acaba de despertar.

"Lo sé." Digo.

"¿Pasa algo?"

"Yo..." Ahora que lo pienso, es estúpido. No debería de haber despertado a Harry por esto. Encima a Harry, de entre todas las personas a las que podría acudir, está claro que se me ha ido la cabeza.

Harry me mira expectante.

"No puedo dormir." Consigo decir.

Se me queda mirando.

"Lo siento, me iré. Perdón." Comienzo a girarme y me coge de la muñeca. "¿Está todo bien?" Pregunta.

"Sí." Miento. "Estoy bien, yo–"

"¿Segura?" Pregunta interrumpiéndome.

Miro hacia abajo, sus dedos están alrededor de mi muñeca. Niego con la cabeza lentamente. "Entra." Me dice.

Le miro y él me hace un gesto con la cabeza para que entre.

Finalmente me rindo y entro a su apartamento.

Todo está perfectamente ordenado. La decoración es moderna, las paredes son grises, una televisión de pantalla plana está en la pared y frente a ésta hay un sillón azul. Todo está impecable.

Harry anda hacia la cocina y saca dos tazas. Les echa agua y las mete al microondas. Yo me siento en una silla de la isla.

Harry no dice nada mientras pone dos bolsitas de té en cada taza, dándole vueltas con una cuchara. Cuando acaba con cada una, les echa un poco de leche cuidadosamente.

Me pasa una taza.

"¿No les echas miel?" Pregunto.

"No. Sólo leche y té. Te ayudará a relajarte."

Nunca antes había escuchado eso, pero me lo bebo sin rechistar. El té es amargo, pero la leche le da un toque cremoso. No sabe nada mal.

"¿De qué estás tan asustada?" Me acaba preguntando Harry.

Miro a mi taza de té. "Nunca me habían asaltado, y cuando dijiste que no estaba completamente a salvo..." Las palabras salen de mi boca histéricamente.

"¿Te sientes insegura?"

Me encojo de hombros.

Harry saca su cuchara del té. "No te va a pasar nada, Rose." Me dice. "No voy a dejar que te pase nada, ¿vale?"

Asiento.

Esto es demasiado raro, quiero decir, estoy tomando té con Harry a las tres de la mañana en su apartamento. Hace unas horas, estábamos encerrados en un ascensor gritándonos cosas; y ahora, Harry me está diciendo que no va a dejar que me pase nada.

"¿En qué trabajas?" Pregunto.

"Soy contable." Responde.

"Lo sé, pero... Me refiero, ¿qué haces para ellos?"

Las esquinas de la boca de Harry se elevan. "Soy contable." Repite. Le miro confusa. Él sonríe todavía más ante mi expresión.

"¿Qué son los números?" Me pego en la boca tan rápido como lo pregunto. Los ojos de Harry brillan.

"¿Qué números?"

"Cuando... Bueno, cuando te seguí, ellos..."

"Por supuesto." Harry se pasa una mano por su pelo, claramente estresado. Se pasea de un lado a otro por la cocina.

Hidden | h.s (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora